EL ARGUMENTO
El otro día, conversando con un apreciable amigo, dijo: «el trilema de Münchhausen nos muestra que cualquier intento de justificar una proposición se enfrenta a una regresión infinita, un círculo vicioso o axiomas arbitrarios. Esto sugiere que la certeza absoluta es inalcanzable».
Este trilema tan bien descrito por el compañero, conocido como “trilema de Münchhausen”, así llamado por Hans Albert, era antes conocido por “trilema de Agripa”, así denominado por el filósofo Diógenes Laercio refiriéndose al filósofo escéptico Agripa.
EL CONTRAARGUMENTO
Contrargumenté que el trilema de Münchhausen o de Agripa tiene tres errores básicos: primero su proposición «la certeza absoluta es inalcanzable» pretende ser “una certeza absoluta”, luego es una contradicción. Segundo, la regresión para justificar una proposición no es infinita como afirma. El proceso de regresión, que en lógica se denomina "reducción", regresa de conceptos abstractos (abstracción de abstracciones) a conceptosconcretos (abstracción de concretos) a la evidencia sensorial que es el singular o referente concreto sobre el que se construye el orden jerárquico conceptual. Por último, un axioma es una proposición que no se puede refutar porque en el intento se tiene que aceptar como válida. Por ejemplo, la refutación del axioma “la acción humana es conducta deliberada para alcanzar un fin” es en sí conducta deliberada cuyo fin es negar el axioma.
El axioma o verdad primera de la existencia es omnipresentemente evidente, es decir, mientras estés consciente es imposible no verlo. Este axioma lo postuló Parménides como «lo que es, es y lo que no es, no es» y Rand lo articuló como «la existencia existe y solo la existencia existe». Estos dan lugar a los axiomas lógicos de "no contradicción" que reza «es imposible que el mismo predicado pertenezca y no pertenezca al mismo sujeto, simultáneamente y en el mismo sentido» o, dicho de otro modo, «es imposible afirmar y negar la misma cosa» y el del "tercio excluso" que declara «toda proposición ha de ser verdadera o falsa» es decir, que no hay término medio, que un tercer término o posibilidad entre la verdad y la falsedad está excluido, descartado. Por ejemplo, si afirmo que «todo hombre es mortal y al mismo tiempo que algún hombre no es mortal» mi declaración es una contradicción. Y, la afirmación o la negacióndebe ser verdadera o falsa, no hay tercera posibilidad. Ambos principios sirven de base para todo conocimiento y están muy lejos de ser arbitrarios. Mas bien son totalmente objetivos, no dependen de voluntad alguna.
Los conceptos no son ni verdaderos ni falsos, ni correctos ni incorrectos. Solo las proposiciones, que relacionan conceptos con la realidad pueden ser verdaderas o falsas, correctas o incorrectas. El concepto es una unidad sintética, una integración mental de uno o más referentes.
RÉPLICA AL CONTRAARGUMENTO
El amigo respondió insistiendo en que la certeza absoluta es inalcanzable, obviando el hecho de pretender estar en lo cierto, que «el problema o desafío está en que lo que percibimos también puede ser un truco de la mente. Por ejemplo, en la Sinestesia, los sonidos tienen colores y los números también, y así hay otros. Pero además lo sensorial lo debes transformar en conceptos y allí entramos en el otro debate de si los conceptos son objetivos o no. Dentro del trilema, Rand caería en la rama dogmática asumiendo que los axiomas, sensaciones sensoriales y conceptos son «inequívocamente los correcto».
REFUTACIÓN
Rebatí que su respuesta era falaz pues se estaba robando el concepto “correcto" al usarlo para negar sus raíces genéticas, es decir, los conceptos anteriores y evidencia sobre los que depende lógicamente. La implicación de su razonamiento es que los axiomas lógicos, la evidencia sensorial y los conceptos no son correctos, adecuados a la realidad, sino arbitrarios, producto de dogmas no objetivos.
El término “correcto” se puede aplicar a un axioma porque al fin y al cabo es una proposición. Pero a la evidencia sensorial no. Porque, ¿de dónde viene el concepto "correcto" si no como calificativo de que una afirmación concuerda con la realidad, es decir con la evidencia sensorial que es la referencia última? Y la evidencia sensorial no es ni correcta ni incorrecta, solo es. Es el resultado de la interacción entre el orden sensorial del hombre con la realidad que lo rodea. No se puede calificar de correcta o incorrecta pues nadie puede decir cómo se deberían ver u oír u oler las cosas. Los sentidos no tienen voluntad para engañar. Es el material con el que tenemos que trabajar para construir nuestros conceptos. La evidencia sensorial es el referente para calificar si la proposición tiene errores o no, es el referente con el que comparamos nuestras afirmaciones o negaciones. Sin la evidencia sensorial el concepto "correcto" no tiene sustento, es meramente un sonido sin referente. Es vacío, como "cademo".
Y los conceptos no son ni verdaderos ni falsos, ni correctos ni incorrectos. Solo las proposiciones, que relacionan conceptos con la realidad pueden ser verdaderas o falsas, correctas o incorrectas. El concepto es una unidad sintética, una integración mental de uno o más referentes. Es un repositorio, un archivo mental, como las carpetas que uno crea en su computadora para ordenar la información que tiene almacenada. Los conceptos ordenan nuestra información para hacerla accesible. Un concepto puede no tener referencia en la naturaleza, como "centauro" por ejemplo, pero no es ni verdadero ni falso. Solo si se afirma que el centauro existe en la naturaleza como ente real es la afirmación falsa. Si se afirma que el centauro es un ente de razón, que existe en la ficción mitológica, entonces la proposición es verdadera.
Continuará.
EL ARGUMENTO
El otro día, conversando con un apreciable amigo, dijo: «el trilema de Münchhausen nos muestra que cualquier intento de justificar una proposición se enfrenta a una regresión infinita, un círculo vicioso o axiomas arbitrarios. Esto sugiere que la certeza absoluta es inalcanzable».
Este trilema tan bien descrito por el compañero, conocido como “trilema de Münchhausen”, así llamado por Hans Albert, era antes conocido por “trilema de Agripa”, así denominado por el filósofo Diógenes Laercio refiriéndose al filósofo escéptico Agripa.
EL CONTRAARGUMENTO
Contrargumenté que el trilema de Münchhausen o de Agripa tiene tres errores básicos: primero su proposición «la certeza absoluta es inalcanzable» pretende ser “una certeza absoluta”, luego es una contradicción. Segundo, la regresión para justificar una proposición no es infinita como afirma. El proceso de regresión, que en lógica se denomina "reducción", regresa de conceptos abstractos (abstracción de abstracciones) a conceptosconcretos (abstracción de concretos) a la evidencia sensorial que es el singular o referente concreto sobre el que se construye el orden jerárquico conceptual. Por último, un axioma es una proposición que no se puede refutar porque en el intento se tiene que aceptar como válida. Por ejemplo, la refutación del axioma “la acción humana es conducta deliberada para alcanzar un fin” es en sí conducta deliberada cuyo fin es negar el axioma.
El axioma o verdad primera de la existencia es omnipresentemente evidente, es decir, mientras estés consciente es imposible no verlo. Este axioma lo postuló Parménides como «lo que es, es y lo que no es, no es» y Rand lo articuló como «la existencia existe y solo la existencia existe». Estos dan lugar a los axiomas lógicos de "no contradicción" que reza «es imposible que el mismo predicado pertenezca y no pertenezca al mismo sujeto, simultáneamente y en el mismo sentido» o, dicho de otro modo, «es imposible afirmar y negar la misma cosa» y el del "tercio excluso" que declara «toda proposición ha de ser verdadera o falsa» es decir, que no hay término medio, que un tercer término o posibilidad entre la verdad y la falsedad está excluido, descartado. Por ejemplo, si afirmo que «todo hombre es mortal y al mismo tiempo que algún hombre no es mortal» mi declaración es una contradicción. Y, la afirmación o la negacióndebe ser verdadera o falsa, no hay tercera posibilidad. Ambos principios sirven de base para todo conocimiento y están muy lejos de ser arbitrarios. Mas bien son totalmente objetivos, no dependen de voluntad alguna.
Los conceptos no son ni verdaderos ni falsos, ni correctos ni incorrectos. Solo las proposiciones, que relacionan conceptos con la realidad pueden ser verdaderas o falsas, correctas o incorrectas. El concepto es una unidad sintética, una integración mental de uno o más referentes.
RÉPLICA AL CONTRAARGUMENTO
El amigo respondió insistiendo en que la certeza absoluta es inalcanzable, obviando el hecho de pretender estar en lo cierto, que «el problema o desafío está en que lo que percibimos también puede ser un truco de la mente. Por ejemplo, en la Sinestesia, los sonidos tienen colores y los números también, y así hay otros. Pero además lo sensorial lo debes transformar en conceptos y allí entramos en el otro debate de si los conceptos son objetivos o no. Dentro del trilema, Rand caería en la rama dogmática asumiendo que los axiomas, sensaciones sensoriales y conceptos son «inequívocamente los correcto».
REFUTACIÓN
Rebatí que su respuesta era falaz pues se estaba robando el concepto “correcto" al usarlo para negar sus raíces genéticas, es decir, los conceptos anteriores y evidencia sobre los que depende lógicamente. La implicación de su razonamiento es que los axiomas lógicos, la evidencia sensorial y los conceptos no son correctos, adecuados a la realidad, sino arbitrarios, producto de dogmas no objetivos.
El término “correcto” se puede aplicar a un axioma porque al fin y al cabo es una proposición. Pero a la evidencia sensorial no. Porque, ¿de dónde viene el concepto "correcto" si no como calificativo de que una afirmación concuerda con la realidad, es decir con la evidencia sensorial que es la referencia última? Y la evidencia sensorial no es ni correcta ni incorrecta, solo es. Es el resultado de la interacción entre el orden sensorial del hombre con la realidad que lo rodea. No se puede calificar de correcta o incorrecta pues nadie puede decir cómo se deberían ver u oír u oler las cosas. Los sentidos no tienen voluntad para engañar. Es el material con el que tenemos que trabajar para construir nuestros conceptos. La evidencia sensorial es el referente para calificar si la proposición tiene errores o no, es el referente con el que comparamos nuestras afirmaciones o negaciones. Sin la evidencia sensorial el concepto "correcto" no tiene sustento, es meramente un sonido sin referente. Es vacío, como "cademo".
Y los conceptos no son ni verdaderos ni falsos, ni correctos ni incorrectos. Solo las proposiciones, que relacionan conceptos con la realidad pueden ser verdaderas o falsas, correctas o incorrectas. El concepto es una unidad sintética, una integración mental de uno o más referentes. Es un repositorio, un archivo mental, como las carpetas que uno crea en su computadora para ordenar la información que tiene almacenada. Los conceptos ordenan nuestra información para hacerla accesible. Un concepto puede no tener referencia en la naturaleza, como "centauro" por ejemplo, pero no es ni verdadero ni falso. Solo si se afirma que el centauro existe en la naturaleza como ente real es la afirmación falsa. Si se afirma que el centauro es un ente de razón, que existe en la ficción mitológica, entonces la proposición es verdadera.
Continuará.