Sin ninguna duda, el tema nacional en nuestra Guate es el señor presidente. Sí, me refiero a él como señor, por el respeto que deriva del cargo que ostenta. Una gran mayoría de artículos de opinión se refieren al presidente, “a secas”. Reitero, mantengo el indicativo “señor”, estando segura que muchos no quieren referirse a él de esa forma respetuosa. Ha sido tal la debacle, el desorden y, sobre todo, la incompetencia, que los adjetivos calificativos que circulan en las redes son, por demás, irrespetuosos.
No es la primera vez que sucede. De hecho, casi todos, o todos, los que han ostentado el cargo de presidente han recibido esos calificativos bastante desfavorables, unos más que otros. Independientemente de la calidad de la gestión, es inevitable que haya personas individuales, grupos organizados, oenegés, etc., que se pronuncien de esa forma tan desfavorable, especialmente cuando no han sido satisfechas las peticiones o exigencias.
¿Cuál es la realidad? ¿Cuáles adjetivos calificativos podemos asignarle al presidente? Los ofensivos los dejaré por fuera pues se trata del presidente de la República y esa investidura merece respeto. Sin embargo, los guatemaltecos fuimos engañados, otra vez, con los “cantos de sirena” vertidos durante la campaña electoral. Eso debería ser suficiente para verter toda suerte de ataques, pero, nuevamente, mantendremos el respeto a la investidura y a la persona que lo ostenta.
El tema no debería ser el señor presidente. Tenemos que redirigir nuestros comentarios hacia lo que realmente importa, esto es, el cumplimiento de las promesas de campaña. Tenemos demasiados problemas en nuestra Guateque requieren soluciones efectivas y prontas.
El sistema de salud es desastroso. No puede ser que al señor presidente no le importe esto. Es, a mi criterio, la prioridad número uno. Son miles de personas que no pueden pagar servicios privados. Otros miles están en el sector informal, por lo que no tienen acceso al seguro social. Los hospitales nacionales están rebalsados, son ineficientes, hay escasez de medicamentos, entre muchos otros problemas. Esto es prioritario, muchísimo más que un viaje al extranjero.
La educación pública continúa en “trapos de cucaracha”. No podemos pretender que tantos niños sean exitosos en su edad adulta si han recibido una pésima educación. A esto hay que sumarle la desnutrición que impide el desarrollo de esos cerebros.
No puedo dejar de mencionar el desarrollo del sector privado, con problemas de tramitología, corrupción, trabas y cuanta cosa, que dificulta grandemente la generación de empleos. Es aquí donde tiene que haber muchísima más colaboración, soluciones y desarrollo. Se generan más empleos, se pagan más impuestos y abunda la riqueza para todos.
Lamentablemente, nada de esto es una realidad. Y mientras los niños están desnutridos y con baja educación, los empresarios combatiendo la corrupción para lograr desarrollar sus proyectos y un largo etcétera, el enfoque ha sido en enviar una imagen positiva a los amigos de fuera, que reciben con palmas los informes pues son, en su mayoría, de tendencia socialista.
Señor presidente, el sector privado es el más interesado en que todo funcione bien en nuestra Guate. Solo así podemos generar más empleos que coadyuvarán a reducir la pobreza y la desnutrición, problemas que ya he mencionado antes pero que los reitero por la monumental importancia que tienen.
El tema es Guatemala y, consecuentemente, somos todos quienes vivimos en esta tierra bendita por Dios.
Sin ninguna duda, el tema nacional en nuestra Guate es el señor presidente. Sí, me refiero a él como señor, por el respeto que deriva del cargo que ostenta. Una gran mayoría de artículos de opinión se refieren al presidente, “a secas”. Reitero, mantengo el indicativo “señor”, estando segura que muchos no quieren referirse a él de esa forma respetuosa. Ha sido tal la debacle, el desorden y, sobre todo, la incompetencia, que los adjetivos calificativos que circulan en las redes son, por demás, irrespetuosos.
No es la primera vez que sucede. De hecho, casi todos, o todos, los que han ostentado el cargo de presidente han recibido esos calificativos bastante desfavorables, unos más que otros. Independientemente de la calidad de la gestión, es inevitable que haya personas individuales, grupos organizados, oenegés, etc., que se pronuncien de esa forma tan desfavorable, especialmente cuando no han sido satisfechas las peticiones o exigencias.
¿Cuál es la realidad? ¿Cuáles adjetivos calificativos podemos asignarle al presidente? Los ofensivos los dejaré por fuera pues se trata del presidente de la República y esa investidura merece respeto. Sin embargo, los guatemaltecos fuimos engañados, otra vez, con los “cantos de sirena” vertidos durante la campaña electoral. Eso debería ser suficiente para verter toda suerte de ataques, pero, nuevamente, mantendremos el respeto a la investidura y a la persona que lo ostenta.
El tema no debería ser el señor presidente. Tenemos que redirigir nuestros comentarios hacia lo que realmente importa, esto es, el cumplimiento de las promesas de campaña. Tenemos demasiados problemas en nuestra Guateque requieren soluciones efectivas y prontas.
El sistema de salud es desastroso. No puede ser que al señor presidente no le importe esto. Es, a mi criterio, la prioridad número uno. Son miles de personas que no pueden pagar servicios privados. Otros miles están en el sector informal, por lo que no tienen acceso al seguro social. Los hospitales nacionales están rebalsados, son ineficientes, hay escasez de medicamentos, entre muchos otros problemas. Esto es prioritario, muchísimo más que un viaje al extranjero.
La educación pública continúa en “trapos de cucaracha”. No podemos pretender que tantos niños sean exitosos en su edad adulta si han recibido una pésima educación. A esto hay que sumarle la desnutrición que impide el desarrollo de esos cerebros.
No puedo dejar de mencionar el desarrollo del sector privado, con problemas de tramitología, corrupción, trabas y cuanta cosa, que dificulta grandemente la generación de empleos. Es aquí donde tiene que haber muchísima más colaboración, soluciones y desarrollo. Se generan más empleos, se pagan más impuestos y abunda la riqueza para todos.
Lamentablemente, nada de esto es una realidad. Y mientras los niños están desnutridos y con baja educación, los empresarios combatiendo la corrupción para lograr desarrollar sus proyectos y un largo etcétera, el enfoque ha sido en enviar una imagen positiva a los amigos de fuera, que reciben con palmas los informes pues son, en su mayoría, de tendencia socialista.
Señor presidente, el sector privado es el más interesado en que todo funcione bien en nuestra Guate. Solo así podemos generar más empleos que coadyuvarán a reducir la pobreza y la desnutrición, problemas que ya he mencionado antes pero que los reitero por la monumental importancia que tienen.
El tema es Guatemala y, consecuentemente, somos todos quienes vivimos en esta tierra bendita por Dios.