El silencio ensordecedor de la izquierda con el fraude de Maduro
La posición del presidente Zapatero es especialmente sangrante, porque conoce perfectamente la realidad de Venezuela.
El Gobierno venezolano ha convertido un país rico en un erial con la moneda hundida, ha destruido los salarios reales de sus ciudadanos y disparado la miseria. La propiedad privada y la libertad de expresión molestan profundamente a la izquierda mesiánica.
La próxima vez que esta izquierda caviar te diga que ellos defienden la democracia, la libertad y los derechos humanos, no olvides la vergonzosa actitud del líder ideológico del sanchismo y de los socios de Sánchez (Sumar, Podemos, Bildu, etc.) ante el asalto a los derechos humanos, la libertad y la democracia en Venezuela, Cuba, Nicaragua, etc.
Ningún demócrata defendería un régimen que ha asesinado a más de 9.400 personas, que mantiene a 267 presos políticos, que cancela y limita la libertad de expresión, que ha expropiado más de 1.000 empresas y además ha arruinado a los ciudadanos convirtiendo un país rico en un erial donde han hundido la moneda, destruido los salarios reales y condenado a la miseria a la población. Y, sin embargo, los socios de Sánchez y el expresidente Zapatero miran hacia otro lado o apoyan a semejante régimen depredador. Una narcodictadura donde el presidente está buscado por la DEA con una recompensa de $15 millones de dólares por colaboración con el narcotráfico.
Cuando estas personas defienden este despreciable régimen nos están diciendo que harían lo mismo en tu país si pudieran.
El centro Carter, único observador independiente en las elecciones de Venezuela, ha ratificado a González Urrutia como ganador con más del 60% de los votos y además descartó el inventado ataque informático del CNE (Consejo Nacional Electoral) que utilizó Maduro para perpetrar su fraude. Así lo ha reflejado el informe presentado por la jefa de la misión, Jeannie Lincoln.
Estados Unidos, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y hasta diecisiete países de la OEA (Organización de Estados Americanos) han reconocido el fraude electoral y la falta de veracidad de los datos cocinados por un CNE que no se molestó siquiera en analizar si sumaban un 100%.
No olvidemos que el CNE lleva más de nueve días intentando cocinar unas actas que den un barniz de legitimidad al gigantesco fraude llevado a cabo por Maduro. El fraude es tan obsceno que, a pesar de tener un sistema informático “blindado”, según el propio gobierno, no han publicado a cierre de este artículo ni siquiera sus datos falsos con el 100% “escrutado”, además de negarse a publicar actas, que siguen intentando manipular con su maquinaria institucional corrupta.
La posición del presidente Zapatero es especialmente sangrante, porque conoce perfectamente la realidad de Venezuela. Se equivoca cuando acude a la equidistancia entre la oposición democrática y una dictadura feroz que reprime y encarcela a los opositores. Acudir a la llamada al diálogo entre el que asesina y el asesinado no deja de ser una manera de blanquear a la narcodictadura. ¿Qué diálogo hay cuando el gobierno encarcela, tortura y asesina al disidente? Es más, el presidente Zapatero sabe que las instituciones en Venezuela han sido secuestradas por el chavismo y que la represión alcanza niveles insoportables. Es por ello que la equidistancia y el silencio es lo contrario a la diplomacia y el acuerdo, para convertirse en connivencia y blanqueo de la narcodictadura.
El silencio de la izquierda española contrasta con la contundencia del mensaje de Sánchez ante el anterior fraude de Maduro. “Condeno el golpe dado por Maduro en Venezuela”, escribía en marzo de 2017, y condenaba “la destrucción de las libertades democráticas” del régimen. El Gobierno del PSOE de 2018 reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
El silencio ensordecedor de la izquierda con el fraude de Maduro
La posición del presidente Zapatero es especialmente sangrante, porque conoce perfectamente la realidad de Venezuela.
El Gobierno venezolano ha convertido un país rico en un erial con la moneda hundida, ha destruido los salarios reales de sus ciudadanos y disparado la miseria. La propiedad privada y la libertad de expresión molestan profundamente a la izquierda mesiánica.
La próxima vez que esta izquierda caviar te diga que ellos defienden la democracia, la libertad y los derechos humanos, no olvides la vergonzosa actitud del líder ideológico del sanchismo y de los socios de Sánchez (Sumar, Podemos, Bildu, etc.) ante el asalto a los derechos humanos, la libertad y la democracia en Venezuela, Cuba, Nicaragua, etc.
Ningún demócrata defendería un régimen que ha asesinado a más de 9.400 personas, que mantiene a 267 presos políticos, que cancela y limita la libertad de expresión, que ha expropiado más de 1.000 empresas y además ha arruinado a los ciudadanos convirtiendo un país rico en un erial donde han hundido la moneda, destruido los salarios reales y condenado a la miseria a la población. Y, sin embargo, los socios de Sánchez y el expresidente Zapatero miran hacia otro lado o apoyan a semejante régimen depredador. Una narcodictadura donde el presidente está buscado por la DEA con una recompensa de $15 millones de dólares por colaboración con el narcotráfico.
Cuando estas personas defienden este despreciable régimen nos están diciendo que harían lo mismo en tu país si pudieran.
El centro Carter, único observador independiente en las elecciones de Venezuela, ha ratificado a González Urrutia como ganador con más del 60% de los votos y además descartó el inventado ataque informático del CNE (Consejo Nacional Electoral) que utilizó Maduro para perpetrar su fraude. Así lo ha reflejado el informe presentado por la jefa de la misión, Jeannie Lincoln.
Estados Unidos, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y hasta diecisiete países de la OEA (Organización de Estados Americanos) han reconocido el fraude electoral y la falta de veracidad de los datos cocinados por un CNE que no se molestó siquiera en analizar si sumaban un 100%.
No olvidemos que el CNE lleva más de nueve días intentando cocinar unas actas que den un barniz de legitimidad al gigantesco fraude llevado a cabo por Maduro. El fraude es tan obsceno que, a pesar de tener un sistema informático “blindado”, según el propio gobierno, no han publicado a cierre de este artículo ni siquiera sus datos falsos con el 100% “escrutado”, además de negarse a publicar actas, que siguen intentando manipular con su maquinaria institucional corrupta.
La posición del presidente Zapatero es especialmente sangrante, porque conoce perfectamente la realidad de Venezuela. Se equivoca cuando acude a la equidistancia entre la oposición democrática y una dictadura feroz que reprime y encarcela a los opositores. Acudir a la llamada al diálogo entre el que asesina y el asesinado no deja de ser una manera de blanquear a la narcodictadura. ¿Qué diálogo hay cuando el gobierno encarcela, tortura y asesina al disidente? Es más, el presidente Zapatero sabe que las instituciones en Venezuela han sido secuestradas por el chavismo y que la represión alcanza niveles insoportables. Es por ello que la equidistancia y el silencio es lo contrario a la diplomacia y el acuerdo, para convertirse en connivencia y blanqueo de la narcodictadura.
El silencio de la izquierda española contrasta con la contundencia del mensaje de Sánchez ante el anterior fraude de Maduro. “Condeno el golpe dado por Maduro en Venezuela”, escribía en marzo de 2017, y condenaba “la destrucción de las libertades democráticas” del régimen. El Gobierno del PSOE de 2018 reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.