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¡El que no trabaja, que no coma!

Una sociedad libre y republicana no puede mantener a algunos privilegiados bebiendo de Luperca gratuitamente.

El dirigente magisterial Joviel Acevedo se dirige a miles de maestros en la Plaza de la Constitución en Ciudad de Guatemala, el 30 de marzo de 2006. AFP PHOTO/Orlando SIERRA.
Reynaldo Rodríguez |
15 de mayo, 2024

Desde que Joviel Acevedo se asentó cómodamente bajo la égida de la administración pública y los políticos, los cambios radicales para los profesores se han ido diluyendo entre azul y azul, entre mar y cielo. El problema con Joviel Acevedo no solo parte de la estructura sindical que lo mantiene, sino de su poder sobre esta misma y la extensión hasta los entes del Estado. Una sociedad libre y republicana no puede mantener a algunos privilegiados bebiendo de Luperca gratuitamente ¡El que no trabaja, que no coma! Si la afirmación paulina es tajante, ¿por qué los guatemaltecos, que trabajan y, por ende, comen honradamente, le dan de comer al que no trabaja?

Recientemente, Joviel Acevedo convocó a marchas para salvaguardar su carne frente al impulso por transparentar las negociaciones entre el sindicato y el Ministerio de Educación. Pondría seriamente en duda la cercanía ideológica de algunos participantes, pues existe una red de incentivos perversos para que los profesores tomen parte en ellas. No ser del agrado del caudillo implica ser asignado a puestos en lugares no deseados o, incluso, ser expulsado por orden arbitraria de este.

¿Cómo se puede vivir en una república y en dominación simultáneamente?

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Acevedo es la clara representación de la dominación. La voluntad arbitraria de Joviel asigna y desasigna el futuro de los profesores y de los recursos del Estado, en mayor o menor medida. En una sociedad republicana, el Estado debería interferir entre las partes para asegurarse que no exista dominación entre estas, a saber, que la libertad de las partes se vea consagrada y resguardada. Sin embargo, el Estado guatemalteco le ha otorgado constantemente beneficios y privilegios al STEG y, en particular, a Joviel Acevedo.

El actual presidente debería tomar cartas en el asunto. Él está allí para gobernar dentro de los marcos de lo legítimo. Si sus esfuerzos republicanos fueron únicamente el incentivar al envío de ternas para los puestos de gobernador… ¡que trabajo más exhaustivo! Hay que gobernar. Eso implica ordenar (...) es imperativo ordenar la salida de Acevedo y sembrar la Semilla de un nuevo orden: allí puede redimirse medianamente el partido en gobierno.

No hay un consenso democrático, unitario, unívoco y consensuado libremente para que Acevedo sea representante de los profesores. Él ha creado una estructura, la cual encierra a los profesores en una red de obediencia y castigo hacia su voluntad. El STEG es un tipo de organismo carcelario para aquellos que saben que “no solo de pan vive el hombre”, sino también del hálito del conocer y la sabiduría.

Una persona particular define el camino al cual se dirige la población guatemalteca. Una persona particular escoge el futuro de las mentes por moldear. Aunque esa persona tuviese la piedad de un santo, no permitiría que estuviese frente al timón de la nave. ¡Una sociedad republicana prefiere mil veces buenas leyes que buenos tiranos!

El actual presidente debería tomar cartas en el asunto. Él está allí para gobernar dentro de los marcos de lo legítimo. Si sus esfuerzos republicanos fueron únicamente el incentivar al envío de ternas para los puestos de gobernador… ¡que trabajo más exhaustivo! Hay que gobernar. Eso implica ordenar. Si se desea una sociedad justa, no se puede permitir la dominación. Es imperativo ordenar la salida de Acevedo y sembrar la Semilla de un nuevo orden: allí puede redimirse medianamente el partido en gobierno.

¡El que no trabaja, que no coma!

Una sociedad libre y republicana no puede mantener a algunos privilegiados bebiendo de Luperca gratuitamente.

Reynaldo Rodríguez |
15 de mayo, 2024
El dirigente magisterial Joviel Acevedo se dirige a miles de maestros en la Plaza de la Constitución en Ciudad de Guatemala, el 30 de marzo de 2006. AFP PHOTO/Orlando SIERRA.

Desde que Joviel Acevedo se asentó cómodamente bajo la égida de la administración pública y los políticos, los cambios radicales para los profesores se han ido diluyendo entre azul y azul, entre mar y cielo. El problema con Joviel Acevedo no solo parte de la estructura sindical que lo mantiene, sino de su poder sobre esta misma y la extensión hasta los entes del Estado. Una sociedad libre y republicana no puede mantener a algunos privilegiados bebiendo de Luperca gratuitamente ¡El que no trabaja, que no coma! Si la afirmación paulina es tajante, ¿por qué los guatemaltecos, que trabajan y, por ende, comen honradamente, le dan de comer al que no trabaja?

Recientemente, Joviel Acevedo convocó a marchas para salvaguardar su carne frente al impulso por transparentar las negociaciones entre el sindicato y el Ministerio de Educación. Pondría seriamente en duda la cercanía ideológica de algunos participantes, pues existe una red de incentivos perversos para que los profesores tomen parte en ellas. No ser del agrado del caudillo implica ser asignado a puestos en lugares no deseados o, incluso, ser expulsado por orden arbitraria de este.

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El actual presidente debería tomar cartas en el asunto. Él está allí para gobernar dentro de los marcos de lo legítimo. Si sus esfuerzos republicanos fueron únicamente el incentivar al envío de ternas para los puestos de gobernador… ¡que trabajo más exhaustivo! Hay que gobernar. Eso implica ordenar (...) es imperativo ordenar la salida de Acevedo y sembrar la Semilla de un nuevo orden: allí puede redimirse medianamente el partido en gobierno.

No hay un consenso democrático, unitario, unívoco y consensuado libremente para que Acevedo sea representante de los profesores. Él ha creado una estructura, la cual encierra a los profesores en una red de obediencia y castigo hacia su voluntad. El STEG es un tipo de organismo carcelario para aquellos que saben que “no solo de pan vive el hombre”, sino también del hálito del conocer y la sabiduría.

Una persona particular define el camino al cual se dirige la población guatemalteca. Una persona particular escoge el futuro de las mentes por moldear. Aunque esa persona tuviese la piedad de un santo, no permitiría que estuviese frente al timón de la nave. ¡Una sociedad republicana prefiere mil veces buenas leyes que buenos tiranos!

El actual presidente debería tomar cartas en el asunto. Él está allí para gobernar dentro de los marcos de lo legítimo. Si sus esfuerzos republicanos fueron únicamente el incentivar al envío de ternas para los puestos de gobernador… ¡que trabajo más exhaustivo! Hay que gobernar. Eso implica ordenar. Si se desea una sociedad justa, no se puede permitir la dominación. Es imperativo ordenar la salida de Acevedo y sembrar la Semilla de un nuevo orden: allí puede redimirse medianamente el partido en gobierno.

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