Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

El despertar de los gigantes: Guatemala puede conquistar el mundo

.
Dr. Ramiro Bolaños |
21 de abril, 2025

La noticia sacudió a los medios internacionales y llenó de orgullo a millones de guatemaltecos: en abril de 2025, Castillo Hermanos, matriz de Cervecería Centro Americana, adquirió por $1.5 mil millones Harvest Hill, fabricante de SunnyD, reconocida marca estadounidense del mercado de jugos. Esta transacción es una de las mayores inversiones latinoamericanas recientes en EE. UU., superando la compra de Valora por FEMSA en 2023 ($1.15 mil millones) y de adquisiciones históricas como la de Sara Lee por Bimbo ($959 millones, 2011). En medio de los $3 billones invertidos por EE. UU. para impulsar su economía a través del American Rescue Plan y la Infrastructure Investment Act, Guatemala demostró que no solo puede competir en el exigente mercado norteamericano, sino ganar con claridad.

Este logro no es aislado: es parte de un cambio en el mapa regional de inversiones. Históricamente, empresas colombianas invirtieron entre 2013 y 2018 alrededor de $6,695 millones en Centroamérica en sectores estratégicos como banca, energía y bienes de consumo. Sin embargo, hoy la balanza empieza a inclinarse hacia el lado guatemalteco. Cementos Progreso invirtió $335 millones en activos de Cemex en Costa Rica y El Salvador en 2022, y luego realizó otra adquisición estratégica en República Dominicana en 2024 por $950 millones. CMI, tras invertir en Pronaca de Ecuador en 2018, amplió en 2024 su presencia en Estados Unidos con la compra de Del Real Foods, consolidando una inversión acumulada en la división Pollo Campero de más de $190 millones, con la apertura del restaurante número 100 en EE. UU. en 2024 y el plan ambicioso de alcanzar las 250 ubicaciones para 2027. Por su parte, Ingenio Magdalena adquirió en marzo de 2025 el 80% de Agrícola del Chira en Perú, una operación estratégica que abarca 9,400 hectáreas de cultivo por un valor estimado de $160 millones, proyectando a Guatemala como líder agroindustrial en la región andina.

Empresas como Pantaleon Holdings no se quedan atrás, operando en seis países y generando más de 1.1 millones de toneladas anuales de azúcar y subproductos. Aunque aun lejos de gigantes brasileños como Copersucar y Raízen, Guatemala ya es el sexto país del mundo en producción de azúcar por habitante, con 316 libras anuales, solo superado por gigantes como Brasil y Australia, y países de nicho como Mauricio y Eswatini. Licorera Botrán, gracias a Ron Zacapa, ha posicionado a Guatemala en la cima global, con reconocimientos como su ingreso al Salón de la Fama del International Rum Festival.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Pero Guatemala no solo triunfa por medio de empresas. Sus talentos individuales han brillado en el mundo: Doroteo Guamuch Flores ganó la Maratón de Boston en 1952; Adriana Ruano obtuvo la histórica medalla de oro y Jean Pierre Brol la de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024; Erick Barrondo hizo historia en con la primera medalla en Londres 2012 y Luis Grijalva destacó en atletismo olímpico. Miguel Ángel Asturias (Literatura, 1967) y Rigoberta Menchú (Paz, 1992) elevaron nuestro nombre al ganar dos Premios Nobel. Artistas como Ricardo Arjona, Gaby Moreno y Oscar Isaac han trascendido fronteras. Luis von Ahn revolucionó la educación global con Duolingo, valorado en miles de millones.

Que Guatemala se convierta hoy en exportador global de capital y talento no es casualidad. Es la continuación natural de una tradición milenaria de comercio y riqueza. Desde el primer milenio, Guatemala fue el epicentro comercial del mundo maya. Las minas de obsidiana de El Chayal, cerca de Kaminaljuyú, abastecían hasta el 95 % del consumo de sitios clave como Tikal y Calakmul y llegaban hasta Teotihuacán, la metrópolis más grande de América en su época.

Durante el período colonial, Guatemala representó cerca del 50 % de las exportaciones hispanoamericanas hacia Nueva España. Entre los siglos XVI y XVIII, Guatemala lideró el mercado del añil, exportando hasta 1.2 millones de libras anuales en el siglo XVIII, aproximadamente el 60 % de todo el añil que ingresaba por el puerto de Sevilla. Luego de la Independencia, nuestra cochinilla superó a México en 1850, con una exportación récord de 1.5 millones de libras, dominando el mercado del Imperio Británico.

No podemos conformarnos con victorias esporádicas; debemos aspirar a una nación que viva en el éxito permanente. El camino está trazado, las cifras son claras y nuestra historia lo respalda. El momento de construir ese país es hoy.

Desde finales del siglo XIX, el café definió mucho de nuestra economía. En 1880, Guatemala producía el 3 % del mercado global. Hoy, Guatemala mantiene un porcentaje mundial similar, pero sobresale en calidad, pues el café de Antigua y Huehuetenango gana premios internacionales con puntajes que superan los 90 en la Cup of Excellence, generando precios récord en subastas internacionales.

El cacao, usado como moneda en tiempos mayas, dominó el comercio regional hasta suplir el 50 % de las exportaciones de cacao a Nueva España durante el período español. Hoy renace para conquistar el mercado global del chocolate artesanal. El cardamomo guatemalteco, con exportaciones alrededor de 29,000 toneladas anuales, sigue siendo el líder mundial absoluto, conocido en el mercado como “oro verde”. El banano representa casi el 4 % de la producción global, con 4.5 millones de toneladas anuales, y el aceite de palma suma otras 800,000 toneladas, alcanzando más del 1 % global, cifras que afianzan nuestra participación destacada en mercados agrícolas internacionales.

Estas historias no son simplemente recuerdos ni éxitos aislados. Son pruebas contundentes de que, cuando Guatemala sueña en grande, es capaz de lograr cosas extraordinarias. El talento guatemalteco tiene el potencial y la fuerza para conquistar los mercados más competitivos del mundo. Lo hemos hecho antes, lo estamos haciendo ahora y debemos hacerlo siempre.

Pero necesitamos más: necesitamos un país que se atreva a soñar con ambición, un país donde la excelencia sea norma y no excepción. Necesitamos un entorno en el que la inversión, la innovación y la libertad económica sean protegidas y fomentadas sin miedo ni límites. La audacia de las empresas que hoy conquistan mercados extranjeros y de los atletas y artistas que triunfan globalmente es un poderoso recordatorio de lo que somos capaces.

No podemos conformarnos con victorias esporádicas; debemos aspirar a una nación que viva en el éxito permanente. El camino está trazado, las cifras son claras y nuestra historia lo respalda. El momento de construir ese país es hoy. Actuemos ahora para que este despertar marque para siempre nuestro rumbo como una nación llamada a conquistar las glorias del mundo.

La historia demuestra que sí podemos. Y ahora, depende de nosotros demostrarle al mundo que esto es solo el principio.

El despertar de los gigantes: Guatemala puede conquistar el mundo

Dr. Ramiro Bolaños |
21 de abril, 2025
.

La noticia sacudió a los medios internacionales y llenó de orgullo a millones de guatemaltecos: en abril de 2025, Castillo Hermanos, matriz de Cervecería Centro Americana, adquirió por $1.5 mil millones Harvest Hill, fabricante de SunnyD, reconocida marca estadounidense del mercado de jugos. Esta transacción es una de las mayores inversiones latinoamericanas recientes en EE. UU., superando la compra de Valora por FEMSA en 2023 ($1.15 mil millones) y de adquisiciones históricas como la de Sara Lee por Bimbo ($959 millones, 2011). En medio de los $3 billones invertidos por EE. UU. para impulsar su economía a través del American Rescue Plan y la Infrastructure Investment Act, Guatemala demostró que no solo puede competir en el exigente mercado norteamericano, sino ganar con claridad.

Este logro no es aislado: es parte de un cambio en el mapa regional de inversiones. Históricamente, empresas colombianas invirtieron entre 2013 y 2018 alrededor de $6,695 millones en Centroamérica en sectores estratégicos como banca, energía y bienes de consumo. Sin embargo, hoy la balanza empieza a inclinarse hacia el lado guatemalteco. Cementos Progreso invirtió $335 millones en activos de Cemex en Costa Rica y El Salvador en 2022, y luego realizó otra adquisición estratégica en República Dominicana en 2024 por $950 millones. CMI, tras invertir en Pronaca de Ecuador en 2018, amplió en 2024 su presencia en Estados Unidos con la compra de Del Real Foods, consolidando una inversión acumulada en la división Pollo Campero de más de $190 millones, con la apertura del restaurante número 100 en EE. UU. en 2024 y el plan ambicioso de alcanzar las 250 ubicaciones para 2027. Por su parte, Ingenio Magdalena adquirió en marzo de 2025 el 80% de Agrícola del Chira en Perú, una operación estratégica que abarca 9,400 hectáreas de cultivo por un valor estimado de $160 millones, proyectando a Guatemala como líder agroindustrial en la región andina.

Empresas como Pantaleon Holdings no se quedan atrás, operando en seis países y generando más de 1.1 millones de toneladas anuales de azúcar y subproductos. Aunque aun lejos de gigantes brasileños como Copersucar y Raízen, Guatemala ya es el sexto país del mundo en producción de azúcar por habitante, con 316 libras anuales, solo superado por gigantes como Brasil y Australia, y países de nicho como Mauricio y Eswatini. Licorera Botrán, gracias a Ron Zacapa, ha posicionado a Guatemala en la cima global, con reconocimientos como su ingreso al Salón de la Fama del International Rum Festival.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Pero Guatemala no solo triunfa por medio de empresas. Sus talentos individuales han brillado en el mundo: Doroteo Guamuch Flores ganó la Maratón de Boston en 1952; Adriana Ruano obtuvo la histórica medalla de oro y Jean Pierre Brol la de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024; Erick Barrondo hizo historia en con la primera medalla en Londres 2012 y Luis Grijalva destacó en atletismo olímpico. Miguel Ángel Asturias (Literatura, 1967) y Rigoberta Menchú (Paz, 1992) elevaron nuestro nombre al ganar dos Premios Nobel. Artistas como Ricardo Arjona, Gaby Moreno y Oscar Isaac han trascendido fronteras. Luis von Ahn revolucionó la educación global con Duolingo, valorado en miles de millones.

Que Guatemala se convierta hoy en exportador global de capital y talento no es casualidad. Es la continuación natural de una tradición milenaria de comercio y riqueza. Desde el primer milenio, Guatemala fue el epicentro comercial del mundo maya. Las minas de obsidiana de El Chayal, cerca de Kaminaljuyú, abastecían hasta el 95 % del consumo de sitios clave como Tikal y Calakmul y llegaban hasta Teotihuacán, la metrópolis más grande de América en su época.

Durante el período colonial, Guatemala representó cerca del 50 % de las exportaciones hispanoamericanas hacia Nueva España. Entre los siglos XVI y XVIII, Guatemala lideró el mercado del añil, exportando hasta 1.2 millones de libras anuales en el siglo XVIII, aproximadamente el 60 % de todo el añil que ingresaba por el puerto de Sevilla. Luego de la Independencia, nuestra cochinilla superó a México en 1850, con una exportación récord de 1.5 millones de libras, dominando el mercado del Imperio Británico.

No podemos conformarnos con victorias esporádicas; debemos aspirar a una nación que viva en el éxito permanente. El camino está trazado, las cifras son claras y nuestra historia lo respalda. El momento de construir ese país es hoy.

Desde finales del siglo XIX, el café definió mucho de nuestra economía. En 1880, Guatemala producía el 3 % del mercado global. Hoy, Guatemala mantiene un porcentaje mundial similar, pero sobresale en calidad, pues el café de Antigua y Huehuetenango gana premios internacionales con puntajes que superan los 90 en la Cup of Excellence, generando precios récord en subastas internacionales.

El cacao, usado como moneda en tiempos mayas, dominó el comercio regional hasta suplir el 50 % de las exportaciones de cacao a Nueva España durante el período español. Hoy renace para conquistar el mercado global del chocolate artesanal. El cardamomo guatemalteco, con exportaciones alrededor de 29,000 toneladas anuales, sigue siendo el líder mundial absoluto, conocido en el mercado como “oro verde”. El banano representa casi el 4 % de la producción global, con 4.5 millones de toneladas anuales, y el aceite de palma suma otras 800,000 toneladas, alcanzando más del 1 % global, cifras que afianzan nuestra participación destacada en mercados agrícolas internacionales.

Estas historias no son simplemente recuerdos ni éxitos aislados. Son pruebas contundentes de que, cuando Guatemala sueña en grande, es capaz de lograr cosas extraordinarias. El talento guatemalteco tiene el potencial y la fuerza para conquistar los mercados más competitivos del mundo. Lo hemos hecho antes, lo estamos haciendo ahora y debemos hacerlo siempre.

Pero necesitamos más: necesitamos un país que se atreva a soñar con ambición, un país donde la excelencia sea norma y no excepción. Necesitamos un entorno en el que la inversión, la innovación y la libertad económica sean protegidas y fomentadas sin miedo ni límites. La audacia de las empresas que hoy conquistan mercados extranjeros y de los atletas y artistas que triunfan globalmente es un poderoso recordatorio de lo que somos capaces.

No podemos conformarnos con victorias esporádicas; debemos aspirar a una nación que viva en el éxito permanente. El camino está trazado, las cifras son claras y nuestra historia lo respalda. El momento de construir ese país es hoy. Actuemos ahora para que este despertar marque para siempre nuestro rumbo como una nación llamada a conquistar las glorias del mundo.

La historia demuestra que sí podemos. Y ahora, depende de nosotros demostrarle al mundo que esto es solo el principio.

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?