El 12 de octubre es el Día de la Hispanidad. Para muchos pueblos indígenas, significó el fin de imperios violentos. Los héroes Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Malinalli, Pedro de Alvarado, Francisco Pizarro contribuyeron a la creación de España en América.
El descubrimiento del continente americano por Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492 representó una transformación significativa y bidireccional. Los exploradores castellanos encontraron territorios desconocidos para ellos, mientras que los pueblos indígenas tomaron conciencia de la existencia de civilizaciones más allá del océano. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión global. Al reclamar San Salvador en nombre de los monarcas de Castilla, Colón integró el territorio en la esfera de influencia de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, quienes posteriormente consolidaron estructuras políticas, sociales y económicas que modificaron sustancialmente la trayectoria del mundo durante los siglos posteriores.
A su llegada a Cozumel, Hernán Cortés tenía la instrucción expresa de entablar relaciones comerciales con los pueblos originarios, sin autorización para emprender tareas de conquista o colonización. A pesar de ello, el recibimiento por parte de los indígenas fue hostil, respondiendo con acciones bélicas ante la presencia castellana. Aunque Cortés intentó reiteradamente establecer comunicación pacífica, las hostilidades persistieron hasta que, al constatar la resistencia castellana, los nativos optaron por establecer un diálogo. Informaron entonces a Cortés sobre la existencia de dos castellanos retenidos por un cacique local. Cortés dispuso su liberación mediante una transacción. Mientras Gonzalo Guerrero decidió permanecer debido a sus lazos familiares con la población indígena, Jerónimo de Aguilar, oriundo de Écija, aceptó regresar y demostró especial gratitud tras ser rescatado. Posteriormente, la participación de Aguilar resultó fundamental para las operaciones de Cortés, ya que desempeñó funciones como intérprete entre los mayas y los castellanos.
El 12 de marzo de 1519, Cortés y sus soldados arribaron a Tabasco. Los habitantes locales reaccionaron con hostilidad. Tras la derrota tabasqueña en la batalla de Centla el 14 de marzo de 1519, ofrecieron veinte mujeres esclavas como gesto de paz a los españoles. Entre ellas estaba Malinalli, bautizada por Cortés como doña Marina, quien desempeñó un papel relevante en los eventos posteriores. Cuando el grupo llegó a Yucatán, doña Marina facilitó la comunicación porque conocía el idioma de Guazacualco (náhuatl), que Aguilar no dominaba, además del idioma de Tabasco (maya), que sí hablaba Jerónimo. De ese modo, doña Marina traducía para Aguilar, quien entonces traducía al castellano. El contacto entre castellanos e indígenas se hizo posible mediante el uso de tres lenguas y dos traductores, hasta que doña Marina adquirió fluidez en castellano. Bernal Díaz del Castillo comentó: «Sin la ayuda de doña Marina, no hubiéramos entendido los idiomas de la Nueva España y de México».
Esta inusitada coincidencia fue identificada por Malinalli, como una oportunidad que no volvería a repetirse nunca. Los castellanos podían servir a los pueblos sometidos por Montezuma como ventaja marginal para derrotarlo y por medio de doña Marina solicitaron la ayuda de Cortés. Narraron a Cortés, como los recaudadores de Montezuma les tomaban sus mujeres e hijas y las forzaban, que a sus hijos los secuestraban para sacrificarlos y después comérselos.
Esta asombrosa hazaña la describe bien Bernal Díaz del Castillo cuando afirmó: «Jamás capitanes romanos de los muy nombrados han acometido tan grandes hechos como nosotros».
Cortés, viendo esta oportunidad única e irrepetible que se le presentaba, decidió desobedecer las órdenes de Diego Velásquez y poblar y conquistar. Y así, colaborando con los tlaxcaltecas y quauhquecholtecas liberaron a estos pueblos del dominio de uno de los más sangrientos y crueles imperios: el imperio mexica. Y en conjunto con ellos fundaron y crearon la Nueva España, importante virreinato del imperio de la Monarquía de Castilla que se estaba formando.
La Monarquía de Castilla, también llamada Monarquía Hispánica, fue un imperio territorial y comercial de unos veinte millones de kilómetros cuadrados. Abarcó numerosos pueblos y lenguas —moros, íberos, visigodos, napolitanos, flamencos, indios, luzones y sus mezclas— todos con iguales derechos y obligaciones ante la Corona.
El 20 de junio de 1500, mediante real provisión, Isabel I de Castilla prohibió la esclavitud de los indígenas. Posteriormente, en 1503, legitimó y recomendó los matrimonios mixtos al declarar que los indígenas eran vasallos libres de la Corona Española. En las Leyes de Burgos de 1512, Fernando de Aragón estipuló el reconocimiento de los indígenas como hombres libres y propietarios legítimos de sus viviendas y bienes. Dichas normativas no representaron inconveniente alguno en las interacciones con los amerindios aliados —tlaxcaltecas, quauhquecholtecas, guaraníes, huancas, entre otros— durante las campañas contra los imperios mexica, inca y quiché.
No obstante, la situación de los vencidos y prisioneros de guerra quedó sin resolución hasta la promulgación de las “Leyes Nuevas” en noviembre de 1542 por el gobierno de Carlos V. Estas disposiciones fueron anunciadas en la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en mayo de 1544 y su cumplimiento fue supervisado por la Audiencia de los Confines, posteriormente llamada Audiencia de Guatemala, dirigida por Alonso López de Cerrato. Desde ese momento se estableció que los nativos debían ser considerados hombres libres; no debía existir esclavitud ni de guerra ni de rescate, promoviendo su integración laboral como jornaleros remunerados y resguardados por autoridades civiles y religiosas. La implementación de las “Leyes Nuevas” fue influida por la reinterpretación doctrinal de las Siete Partidas, legislación elaborada en Castilla durante el reinado de Alfonso X en 1256 por los pensadores escolásticos neo tomistas de la Escuela de Salamanca.
Esta asombrosa hazaña la describe bien Bernal Díaz del Castillo cuando afirmó:
«Jamás capitanes romanos de los muy nombrados han acometido tan grandes hechos como nosotros».
Feliz día de la Hispanidad.
El 12 de octubre es el Día de la Hispanidad. Para muchos pueblos indígenas, significó el fin de imperios violentos. Los héroes Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Malinalli, Pedro de Alvarado, Francisco Pizarro contribuyeron a la creación de España en América.
El descubrimiento del continente americano por Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492 representó una transformación significativa y bidireccional. Los exploradores castellanos encontraron territorios desconocidos para ellos, mientras que los pueblos indígenas tomaron conciencia de la existencia de civilizaciones más allá del océano. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión global. Al reclamar San Salvador en nombre de los monarcas de Castilla, Colón integró el territorio en la esfera de influencia de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, quienes posteriormente consolidaron estructuras políticas, sociales y económicas que modificaron sustancialmente la trayectoria del mundo durante los siglos posteriores.
A su llegada a Cozumel, Hernán Cortés tenía la instrucción expresa de entablar relaciones comerciales con los pueblos originarios, sin autorización para emprender tareas de conquista o colonización. A pesar de ello, el recibimiento por parte de los indígenas fue hostil, respondiendo con acciones bélicas ante la presencia castellana. Aunque Cortés intentó reiteradamente establecer comunicación pacífica, las hostilidades persistieron hasta que, al constatar la resistencia castellana, los nativos optaron por establecer un diálogo. Informaron entonces a Cortés sobre la existencia de dos castellanos retenidos por un cacique local. Cortés dispuso su liberación mediante una transacción. Mientras Gonzalo Guerrero decidió permanecer debido a sus lazos familiares con la población indígena, Jerónimo de Aguilar, oriundo de Écija, aceptó regresar y demostró especial gratitud tras ser rescatado. Posteriormente, la participación de Aguilar resultó fundamental para las operaciones de Cortés, ya que desempeñó funciones como intérprete entre los mayas y los castellanos.
El 12 de marzo de 1519, Cortés y sus soldados arribaron a Tabasco. Los habitantes locales reaccionaron con hostilidad. Tras la derrota tabasqueña en la batalla de Centla el 14 de marzo de 1519, ofrecieron veinte mujeres esclavas como gesto de paz a los españoles. Entre ellas estaba Malinalli, bautizada por Cortés como doña Marina, quien desempeñó un papel relevante en los eventos posteriores. Cuando el grupo llegó a Yucatán, doña Marina facilitó la comunicación porque conocía el idioma de Guazacualco (náhuatl), que Aguilar no dominaba, además del idioma de Tabasco (maya), que sí hablaba Jerónimo. De ese modo, doña Marina traducía para Aguilar, quien entonces traducía al castellano. El contacto entre castellanos e indígenas se hizo posible mediante el uso de tres lenguas y dos traductores, hasta que doña Marina adquirió fluidez en castellano. Bernal Díaz del Castillo comentó: «Sin la ayuda de doña Marina, no hubiéramos entendido los idiomas de la Nueva España y de México».
Esta inusitada coincidencia fue identificada por Malinalli, como una oportunidad que no volvería a repetirse nunca. Los castellanos podían servir a los pueblos sometidos por Montezuma como ventaja marginal para derrotarlo y por medio de doña Marina solicitaron la ayuda de Cortés. Narraron a Cortés, como los recaudadores de Montezuma les tomaban sus mujeres e hijas y las forzaban, que a sus hijos los secuestraban para sacrificarlos y después comérselos.
Esta asombrosa hazaña la describe bien Bernal Díaz del Castillo cuando afirmó: «Jamás capitanes romanos de los muy nombrados han acometido tan grandes hechos como nosotros».
Cortés, viendo esta oportunidad única e irrepetible que se le presentaba, decidió desobedecer las órdenes de Diego Velásquez y poblar y conquistar. Y así, colaborando con los tlaxcaltecas y quauhquecholtecas liberaron a estos pueblos del dominio de uno de los más sangrientos y crueles imperios: el imperio mexica. Y en conjunto con ellos fundaron y crearon la Nueva España, importante virreinato del imperio de la Monarquía de Castilla que se estaba formando.
La Monarquía de Castilla, también llamada Monarquía Hispánica, fue un imperio territorial y comercial de unos veinte millones de kilómetros cuadrados. Abarcó numerosos pueblos y lenguas —moros, íberos, visigodos, napolitanos, flamencos, indios, luzones y sus mezclas— todos con iguales derechos y obligaciones ante la Corona.
El 20 de junio de 1500, mediante real provisión, Isabel I de Castilla prohibió la esclavitud de los indígenas. Posteriormente, en 1503, legitimó y recomendó los matrimonios mixtos al declarar que los indígenas eran vasallos libres de la Corona Española. En las Leyes de Burgos de 1512, Fernando de Aragón estipuló el reconocimiento de los indígenas como hombres libres y propietarios legítimos de sus viviendas y bienes. Dichas normativas no representaron inconveniente alguno en las interacciones con los amerindios aliados —tlaxcaltecas, quauhquecholtecas, guaraníes, huancas, entre otros— durante las campañas contra los imperios mexica, inca y quiché.
No obstante, la situación de los vencidos y prisioneros de guerra quedó sin resolución hasta la promulgación de las “Leyes Nuevas” en noviembre de 1542 por el gobierno de Carlos V. Estas disposiciones fueron anunciadas en la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en mayo de 1544 y su cumplimiento fue supervisado por la Audiencia de los Confines, posteriormente llamada Audiencia de Guatemala, dirigida por Alonso López de Cerrato. Desde ese momento se estableció que los nativos debían ser considerados hombres libres; no debía existir esclavitud ni de guerra ni de rescate, promoviendo su integración laboral como jornaleros remunerados y resguardados por autoridades civiles y religiosas. La implementación de las “Leyes Nuevas” fue influida por la reinterpretación doctrinal de las Siete Partidas, legislación elaborada en Castilla durante el reinado de Alfonso X en 1256 por los pensadores escolásticos neo tomistas de la Escuela de Salamanca.
Esta asombrosa hazaña la describe bien Bernal Díaz del Castillo cuando afirmó:
«Jamás capitanes romanos de los muy nombrados han acometido tan grandes hechos como nosotros».
Feliz día de la Hispanidad.