Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Detrás de velo de la incertidumbre

Es momento de tomar las riendas y sentar un precedente positivo en la recuperación institucional del país.

Foto por Johan Ordóñez / AFP
Marimaite Rayo |
09 de enero, 2025

Detrás de velo de la incertidumbre 

Para la mayoría de los guatemaltecos, el primer año de gobierno del presidente Bernardo Arévalo estuvo lleno de sorpresas, que en su mayoría no fueron positivas. Sin embargo, para los propios funcionarios de la administración este primer ciclo político también representó un golpe de realidad, en el que tuvieron que navegar las aguas turbulentas del oficialismo. Es decir, el paso de la oposición a formar gobierno no fue un camino lleno de rosas, sino que las espinas en el trayecto rasgaron su programa de gobierno y sangraron aquellas instituciones que prometieron recuperar. 

Asimismo, en varias situaciones en donde el oficialismo se encontró entre la espada y la pared, particularmente en el Congreso, sacaron a relucir los verdaderos colores de sus integrantes. Esto se debe a que, cuando se trataba de avanzar en la agenda del Ejecutivo o defender los intereses de “partido”, el criticado lobby corrupto salía por la ventana y los únicos intereses en juego eran los propios. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Oportunidad de oro 

De acuerdo con los postulados de los miembros del oficialismo, estas dinámicas se deben a la debilidad institucional y los obstáculos que han dejado administraciones pasadas en el camino, materializados en trampas burocráticas, nudos de poder y funcionarios contrarios a su ejercicio político. Sin embargo, este segundo año de gobierno podría ser determinante, no solo para el legado histórico de Arévalo y su partido, sino que también para las diferentes instancias estatales, ya que el Congreso tendrá en sus manos varias iniciativas que, de ser abordadas adecuadamente, podrían representar una oportunidad de oro para la recuperación institucional del país. 

Algunas de las iniciativas que se han considerado dentro de la arena de poder y se han empezado a negociar para su inclusión en la agenda política incluyen la reforma a la Ley Orgánica del Ministerio Público (MP) y las reformas presentadas por la Comisión Nacional contra la Corrupción (CNC) en beneficio de la transparencia en el ejercicio político, entre otras.

El año de prueba acabó. Ya no hay excusas para continuar con las prácticas de antes. El gobierno de Arévalo caminó con la presión de grandes expectativas y hasta el momento no las ha cumplido.

En términos generales, ambas iniciativas tienen la posibilidad, ya sea, de recuperar la robustez del andamiaje institucional o profundizar en la crisis en la que se encuentra el sistema político guatemalteco. 

Por lo tanto, es determinante que cada acción, medida y propuesta que se haga en el Congreso se piense y ejecute quirúrgicamente. Es decir, un año al frente del gobierno debe ser suficiente tiempo para revelar que la política no es más que otro espacio de intercambio y como tal, los incentivos son cruciales en el resultado final. Así pues, a fin de evitar que los incentivos personales deformen la finalidad de las leyes, es necesario que los legisladores actúen detrás del velo de la incertidumbre o la ignorancia. Esto quiere decir que los legisladores deben decidir sobre las normas sin tomar en cuenta su propia posición en la sociedad o los efectos que estas puedan tener sobre ellos. De esta manera existe cierta garantía de que las leyes sean imparciales, objetivas y sin beneficiar a particulares. 

El socavamiento institucional de los últimos años evidencia los efectos que tienen las normas que se redactan a fin de beneficiar a unos pocos en perjuicio de la mayoría. Asimismo, si las normas son circunstanciales, pueden ser una herramienta que se preste a la arbitrariedad y el desgaste institucional. 

El año de prueba acabó. Ya no hay excusas para continuar con las prácticas de antes. El gobierno de Arévalo caminó con la presión de grandes expectativas y hasta el momento no las ha cumplido. Por lo tanto, es momento de tomar las riendas y sentar un precedente positivo en la recuperación institucional del país.

Detrás de velo de la incertidumbre

Es momento de tomar las riendas y sentar un precedente positivo en la recuperación institucional del país.

Marimaite Rayo |
09 de enero, 2025
Foto por Johan Ordóñez / AFP

Detrás de velo de la incertidumbre 

Para la mayoría de los guatemaltecos, el primer año de gobierno del presidente Bernardo Arévalo estuvo lleno de sorpresas, que en su mayoría no fueron positivas. Sin embargo, para los propios funcionarios de la administración este primer ciclo político también representó un golpe de realidad, en el que tuvieron que navegar las aguas turbulentas del oficialismo. Es decir, el paso de la oposición a formar gobierno no fue un camino lleno de rosas, sino que las espinas en el trayecto rasgaron su programa de gobierno y sangraron aquellas instituciones que prometieron recuperar. 

Asimismo, en varias situaciones en donde el oficialismo se encontró entre la espada y la pared, particularmente en el Congreso, sacaron a relucir los verdaderos colores de sus integrantes. Esto se debe a que, cuando se trataba de avanzar en la agenda del Ejecutivo o defender los intereses de “partido”, el criticado lobby corrupto salía por la ventana y los únicos intereses en juego eran los propios. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Oportunidad de oro 

De acuerdo con los postulados de los miembros del oficialismo, estas dinámicas se deben a la debilidad institucional y los obstáculos que han dejado administraciones pasadas en el camino, materializados en trampas burocráticas, nudos de poder y funcionarios contrarios a su ejercicio político. Sin embargo, este segundo año de gobierno podría ser determinante, no solo para el legado histórico de Arévalo y su partido, sino que también para las diferentes instancias estatales, ya que el Congreso tendrá en sus manos varias iniciativas que, de ser abordadas adecuadamente, podrían representar una oportunidad de oro para la recuperación institucional del país. 

Algunas de las iniciativas que se han considerado dentro de la arena de poder y se han empezado a negociar para su inclusión en la agenda política incluyen la reforma a la Ley Orgánica del Ministerio Público (MP) y las reformas presentadas por la Comisión Nacional contra la Corrupción (CNC) en beneficio de la transparencia en el ejercicio político, entre otras.

El año de prueba acabó. Ya no hay excusas para continuar con las prácticas de antes. El gobierno de Arévalo caminó con la presión de grandes expectativas y hasta el momento no las ha cumplido.

En términos generales, ambas iniciativas tienen la posibilidad, ya sea, de recuperar la robustez del andamiaje institucional o profundizar en la crisis en la que se encuentra el sistema político guatemalteco. 

Por lo tanto, es determinante que cada acción, medida y propuesta que se haga en el Congreso se piense y ejecute quirúrgicamente. Es decir, un año al frente del gobierno debe ser suficiente tiempo para revelar que la política no es más que otro espacio de intercambio y como tal, los incentivos son cruciales en el resultado final. Así pues, a fin de evitar que los incentivos personales deformen la finalidad de las leyes, es necesario que los legisladores actúen detrás del velo de la incertidumbre o la ignorancia. Esto quiere decir que los legisladores deben decidir sobre las normas sin tomar en cuenta su propia posición en la sociedad o los efectos que estas puedan tener sobre ellos. De esta manera existe cierta garantía de que las leyes sean imparciales, objetivas y sin beneficiar a particulares. 

El socavamiento institucional de los últimos años evidencia los efectos que tienen las normas que se redactan a fin de beneficiar a unos pocos en perjuicio de la mayoría. Asimismo, si las normas son circunstanciales, pueden ser una herramienta que se preste a la arbitrariedad y el desgaste institucional. 

El año de prueba acabó. Ya no hay excusas para continuar con las prácticas de antes. El gobierno de Arévalo caminó con la presión de grandes expectativas y hasta el momento no las ha cumplido. Por lo tanto, es momento de tomar las riendas y sentar un precedente positivo en la recuperación institucional del país.

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?