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Delcy y la magia de los escándalos ficticios

Tampoco debemos olvidar que el hombre es el único animal que insiste en tropezar con la misma piedra. El escándalo ficticio va cumpliendo su cometido y el show continúa.

Foto de Marcelo García / oficina de prensa de Miraflores / AFP
Julio Ligorría Carballido |
17 de septiembre, 2024

Lo que la prensa reporta hoy en la arena internacional con respecto a Venezuela es en ocasiones tan confuso y carente de análisis y profundidad que me hace ser suspicaz y pensar dos veces sobre las intenciones de lo que está detrás de cada movimiento. Me obliga a observar con detenimiento y revisar mis notas sobre actuaciones anteriores, con el fin de intentar descubrir cuál es realmente el propósito o lo que se busca.

Hay que recordar la célebre frase de Henry Kissinger, cuando dijo: “¿Alguien tiene las preguntas para mis respuestas?”, implicando que él diría lo que deseaba, sin importar qué le preguntaban. Luego, todos veíamos lo expresado por Kissinger en un grandioso titular en todos los tabloides y cada palabra cuidadosamente expresada tenía un muy preciso propósito que empujaba en dirección de sus objetivos.

Expongo lo anterior porque cuando uno profundiza en la verdad de lo que ocurrió con la solicitud de asilo “asistido” a favor de Edmundo González Urrutia y comprueba que el arquitecto detrás de tal gestión fue el empleado de la tiranía y ex presidente de España, José Luis Rodriguez Zapatero, solo se debe seguir el hilo conductor para descubrir que todas las acciones posteriores a la llegada del Presidente electo de Venezuela a España son las que conforman la trampa perfecta para ganar el tiempo necesario que necesita el “Gato Pardo” venezolano, para que el  10 de enero de 2025 nada cambie, sino, más bien, se consolide la tiranía.

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Solo veamos estas señales emergidas de una de las mentes estrategicas mas agudas del regimen madurista, la de Delcy Rodriguez,; una verdadera experta en contra-inteligencia y quien constituye hoy el poder real, junto a su hermano Jorge. De hecho, son ellos la guardia pretoriana del “Olimpo Revolucionario” y quienes deciden darle cobertura y credibilidad a todo lo actuado en la sombra por su empleado, el señor Zapatero, y para no dañar la ya languideciente credibilidad del gobierno de Pedro Sanchéz, se decide montar un escándalo internacional que simula amenazar con el rompimiento de relaciones diplomáticas entre España y Venezuela.

Es así que, de manera sorpresiva, la ministra de Defensa española, Margarita Robles, sin razón ni estímulo alguno se permite salirse del guión habitual y califica al gobierno de Maduro como una “dictadura”, recordando que todos los venezolanos que viven en España han debido exiliarse debido a esa anomalía política. 

Durante la misma semana, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el socialista catalán Josep Borrell, tambien de manera no esperada se ha referido a Venezuela como “un régimen dictatorial” y “autoritario”. Luego, tratando de suavizar sus afirmaciones, ha apuntado, sin embargo, que con decir que Venezuela es un régimen dictatorial “no arreglamos nada” y que arreglar las cosas reclama a veces “una cierta contención verbal”, para añadir a continuación una muy “cantinflesca” declaración: “Pero no nos engañemos con la naturaleza de las cosas. Venezuela ha convocado unas elecciones, pero no era una democracia antes y no lo es, ni mucho menos, después”.

Sánchez, como claro aliado en la sombra del régimen madurista, por el momento se excusa diciendo que considera que debe mantenerse cierto margen de maniobra que permita negociaciones antes del 10 de enero de 2025, fecha en la que debe producirse el juramento del presidente. Esto en cualquier sitio se llama "ganar tiempo" a favor de la tiranía venezolana, apoyada de manera grotesca por el mentor y guía espiritual del Presidente Sanchez, José Luis Rodríguez Zapatero.

Estas declaraciones de Borrell, como dije, se producen en la misma semana en la que la ministra de Defensa, Margarita Robles, también calificó de “dictadura” al régimen venezolano, lo que no había hecho hasta ahora ningún miembro del Gobierno de España y que deja la sensación de un muy bien armado libreto de una obra que apenas comienza.

En total consecuencia y como engranaje de relojería, la respuesta venezolana, como estaba previsto, no se hizo esperar. El ministro de Relaciones Exteriores venezolano invitó al embajador español en Caracas, para increpar y sancionarle; y además llamó a consultas a la embajadora venezolana en Madrid. 

Pero lo anterior claramente no era suficiente de este lado del Atlántico, por lo que la “magia del escándalo ficiticio” debía ampliarse con una escalada. Para ello, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, hermano de Delcy, Jorge Rodríguez, expresa que ha llegado el momento que el gobierno de Nicolás Maduro "rompa completamente" los lazos con Madrid. ¿Quién se lo cree?

Mientras todo eso ocurría, otras acciones sucedían en el Congreso español. Los partidos Popular y Vox lograban aprobar una resolución que llama al gobierno español a reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela y también pide a Pedro Sánchez que impulse su reconocimiento en la Unión Europea. Sánchez, como claro aliado en la sombra del régimen madurista, por el momento se excusa diciendo que considera que debe mantenerse cierto margen de maniobra que permita negociaciones antes del 10 de enero de 2025, fecha en la que debe producirse el juramento del presidente. Esto en cualquier sitio se llama "ganar tiempo" a favor de la tiranía venezolana, apoyada de manera grotesca por el mentor y guía espiritual del Presidente Sanchez, José Luis Rodríguez Zapatero.

Esta semana, se espera que el asunto sea tratado en la calle du Printemps, en Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo. Como se sabe, los Veintisiete cancilleres de la UE no reconocen a Nicolás Maduro y mi apreciación preliminar es que no darán el paso de reconocer a González Urrutia, porque el fantasma de Juan Guaidó les pesa mucho y está presente en todas las discusiones. Pues, como se recuerda, en su momento Guaidó fue reconocido como presidente encargado por muchos Estados miembros de la UE, también con un papel de liderazgo por parte de la Eurocámara, que votó masivamente a favor de su reconocimiento. Hoy, todos saben el penoso final de  Guaidó y sus aliados. Sin embargo, debo acotar que todo es posible. Tampoco debemos olvidar que el hombre es el único animal que insiste en tropezar con la misma piedra. El escándalo ficticio va cumpliendo su cometido y el show continúa.

Delcy y la magia de los escándalos ficticios

Tampoco debemos olvidar que el hombre es el único animal que insiste en tropezar con la misma piedra. El escándalo ficticio va cumpliendo su cometido y el show continúa.

Julio Ligorría Carballido |
17 de septiembre, 2024
Foto de Marcelo García / oficina de prensa de Miraflores / AFP

Lo que la prensa reporta hoy en la arena internacional con respecto a Venezuela es en ocasiones tan confuso y carente de análisis y profundidad que me hace ser suspicaz y pensar dos veces sobre las intenciones de lo que está detrás de cada movimiento. Me obliga a observar con detenimiento y revisar mis notas sobre actuaciones anteriores, con el fin de intentar descubrir cuál es realmente el propósito o lo que se busca.

Hay que recordar la célebre frase de Henry Kissinger, cuando dijo: “¿Alguien tiene las preguntas para mis respuestas?”, implicando que él diría lo que deseaba, sin importar qué le preguntaban. Luego, todos veíamos lo expresado por Kissinger en un grandioso titular en todos los tabloides y cada palabra cuidadosamente expresada tenía un muy preciso propósito que empujaba en dirección de sus objetivos.

Expongo lo anterior porque cuando uno profundiza en la verdad de lo que ocurrió con la solicitud de asilo “asistido” a favor de Edmundo González Urrutia y comprueba que el arquitecto detrás de tal gestión fue el empleado de la tiranía y ex presidente de España, José Luis Rodriguez Zapatero, solo se debe seguir el hilo conductor para descubrir que todas las acciones posteriores a la llegada del Presidente electo de Venezuela a España son las que conforman la trampa perfecta para ganar el tiempo necesario que necesita el “Gato Pardo” venezolano, para que el  10 de enero de 2025 nada cambie, sino, más bien, se consolide la tiranía.

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Es así que, de manera sorpresiva, la ministra de Defensa española, Margarita Robles, sin razón ni estímulo alguno se permite salirse del guión habitual y califica al gobierno de Maduro como una “dictadura”, recordando que todos los venezolanos que viven en España han debido exiliarse debido a esa anomalía política. 

Durante la misma semana, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el socialista catalán Josep Borrell, tambien de manera no esperada se ha referido a Venezuela como “un régimen dictatorial” y “autoritario”. Luego, tratando de suavizar sus afirmaciones, ha apuntado, sin embargo, que con decir que Venezuela es un régimen dictatorial “no arreglamos nada” y que arreglar las cosas reclama a veces “una cierta contención verbal”, para añadir a continuación una muy “cantinflesca” declaración: “Pero no nos engañemos con la naturaleza de las cosas. Venezuela ha convocado unas elecciones, pero no era una democracia antes y no lo es, ni mucho menos, después”.

Sánchez, como claro aliado en la sombra del régimen madurista, por el momento se excusa diciendo que considera que debe mantenerse cierto margen de maniobra que permita negociaciones antes del 10 de enero de 2025, fecha en la que debe producirse el juramento del presidente. Esto en cualquier sitio se llama "ganar tiempo" a favor de la tiranía venezolana, apoyada de manera grotesca por el mentor y guía espiritual del Presidente Sanchez, José Luis Rodríguez Zapatero.

Estas declaraciones de Borrell, como dije, se producen en la misma semana en la que la ministra de Defensa, Margarita Robles, también calificó de “dictadura” al régimen venezolano, lo que no había hecho hasta ahora ningún miembro del Gobierno de España y que deja la sensación de un muy bien armado libreto de una obra que apenas comienza.

En total consecuencia y como engranaje de relojería, la respuesta venezolana, como estaba previsto, no se hizo esperar. El ministro de Relaciones Exteriores venezolano invitó al embajador español en Caracas, para increpar y sancionarle; y además llamó a consultas a la embajadora venezolana en Madrid. 

Pero lo anterior claramente no era suficiente de este lado del Atlántico, por lo que la “magia del escándalo ficiticio” debía ampliarse con una escalada. Para ello, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, hermano de Delcy, Jorge Rodríguez, expresa que ha llegado el momento que el gobierno de Nicolás Maduro "rompa completamente" los lazos con Madrid. ¿Quién se lo cree?

Mientras todo eso ocurría, otras acciones sucedían en el Congreso español. Los partidos Popular y Vox lograban aprobar una resolución que llama al gobierno español a reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela y también pide a Pedro Sánchez que impulse su reconocimiento en la Unión Europea. Sánchez, como claro aliado en la sombra del régimen madurista, por el momento se excusa diciendo que considera que debe mantenerse cierto margen de maniobra que permita negociaciones antes del 10 de enero de 2025, fecha en la que debe producirse el juramento del presidente. Esto en cualquier sitio se llama "ganar tiempo" a favor de la tiranía venezolana, apoyada de manera grotesca por el mentor y guía espiritual del Presidente Sanchez, José Luis Rodríguez Zapatero.

Esta semana, se espera que el asunto sea tratado en la calle du Printemps, en Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo. Como se sabe, los Veintisiete cancilleres de la UE no reconocen a Nicolás Maduro y mi apreciación preliminar es que no darán el paso de reconocer a González Urrutia, porque el fantasma de Juan Guaidó les pesa mucho y está presente en todas las discusiones. Pues, como se recuerda, en su momento Guaidó fue reconocido como presidente encargado por muchos Estados miembros de la UE, también con un papel de liderazgo por parte de la Eurocámara, que votó masivamente a favor de su reconocimiento. Hoy, todos saben el penoso final de  Guaidó y sus aliados. Sin embargo, debo acotar que todo es posible. Tampoco debemos olvidar que el hombre es el único animal que insiste en tropezar con la misma piedra. El escándalo ficticio va cumpliendo su cometido y el show continúa.

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