Del Egoísmo o Amor Propio 9ª Parte
La función de la benevolencia en la búsqueda de nuestro interés propio racional es crear oportunidades para el comercio tratando a otras personas como posibles socios comerciales.
Consideremos ahora lo que dice sobre el egoísmo el filósofo Objetivista David Kelley, quien funda en 1990 The Objectivist Center (TOC), hoy The Atlas Society (TAS). Sostiene como otros Objetivistas (Branden y Rand) que la virtud principal del egoísmo es la racionalidad. Todas las virtudes de la ética Objetivista, nos dice Kelley, pueden ser consideradas como formas de racionalidad en la medida en que implican el reconocimiento de ciertos hechos como guías para la acción. Pero como el principio de vivir por la razón no es lo suficientemente específico como para servir como un código moral por sí mismo, es necesario identificar los conceptos de otras virtudes que sirven para identificar qué es lo que la razón requiere con respecto a las características fundamentales y profundas de la vida humana.
El principio del negociante
Los objetivistas reconocen, al igual que Ludwig von Mises, que la cooperación social se fundamenta en el egoísmo bien entendido o racional que establece el principio del negociante. Y este principio establece derivadas de la racionalidad tres virtudes esenciales: la Productividad, la Justicia y la Benevolencia. Kelly desarrolla estos conceptos en su libro UNRUGGED INDIVIDUALISM, The Selfish Basis of Benevolence (INDIVIDUALISMO CIVILIZADO, La Base Egoísta de la Benevolencia) donde pone:
«Como intercambio de valores, el comercio beneficia a ambas partes, sirve a los intereses de ambas. Cada intercambio específico es una ilustración de la armonía general de intereses que hacen posible que los humanos adopten el principio del comercio como regla general para su relación con los demás. […] No hay armonía de intereses entre un comerciante y un ladrón, un depredador o cualquier otra persona que no desee vivir por medio del comercio. En este sentido, la benevolencia es una expresión del compromiso de uno con el principio del comercio. Cuando trato a los demás con benevolencia les transmito que no los veo como amenazas o presa, cuyo éxito debe darse a mis expensas, sino como aliados potenciales de los que busco oportunidades para beneficio mutuo.»
Benevolencia y Productividad
Kelley señala que las virtudes de la Productividad y de la Benevolencia son las que unifican el razonamiento y la acción, la teoría y la práctica, porque la racionalidad sin productividad sería fomentar una especie de mirada contemplativa y desapegada de la vida. La benevolencia es la virtud de proyectar formas de explotar el potencial representado por otras personas, crear oportunidades para el comercio, de rehacer nuestro entorno social a imagen y semejanza de nuestros valores. Y así como la racionalidad sin productividad lee una visión pasiva del mundo, así, la justicia sin benevolencia engendra una especie de actitud pasiva y cautelosa hacia la interacción con los demás.
La función de la benevolencia en la búsqueda de nuestro interés propio racional es crear oportunidades para el comercio tratando a otras personas como posibles socios comerciales. El valor al que apunta es el comercio y la vasta expansión de la riqueza, el conocimiento y la autoafirmación que el comercio hace posible.
«El objetivismo reconoce dos tipos de acciones mentales como virtudes. Una es la identificación de lo que existe, el reconocimiento de los hechos como hechos, el compromiso de entender las cosas tal como son, objetivamente. Esta es la esencia de la racionalidad. La otra es la proyección imaginativa de nuevas formas de explotar el potencial de lo existente y así crear cosas que sirvan a nuestros propósitos. Esta es la esencia de la productividad. El principio de racionalidad es: “que es”. El principio de productividad es: “qué pasaría si”. […] La justicia es una forma del principio de “que es”. Se enfoca en la realidad. La benevolencia es una virtud del “qué pasaría si” cuyo enfoque es el potencial de los demás.»
La función egoísta de la Benevolencia
La función de la benevolencia en la búsqueda de nuestro interés propio racional es crear oportunidades para el comercio tratando a otras personas como posibles socios comerciales. El valor al que apunta es el comercio y la vasta expansión de la riqueza, el conocimiento y la autoafirmación que el comercio hace posible.
«La benevolencia es un compromiso para lograr los valores que se derivan de la vida con otras personas en la sociedad, tratándolos como potenciales socios comerciales, reconociendo su humanidad, independencia e individualidad, y la armonía entre sus intereses y los nuestros.»
Continuará.
Del Egoísmo o Amor Propio 9ª Parte
La función de la benevolencia en la búsqueda de nuestro interés propio racional es crear oportunidades para el comercio tratando a otras personas como posibles socios comerciales.
Consideremos ahora lo que dice sobre el egoísmo el filósofo Objetivista David Kelley, quien funda en 1990 The Objectivist Center (TOC), hoy The Atlas Society (TAS). Sostiene como otros Objetivistas (Branden y Rand) que la virtud principal del egoísmo es la racionalidad. Todas las virtudes de la ética Objetivista, nos dice Kelley, pueden ser consideradas como formas de racionalidad en la medida en que implican el reconocimiento de ciertos hechos como guías para la acción. Pero como el principio de vivir por la razón no es lo suficientemente específico como para servir como un código moral por sí mismo, es necesario identificar los conceptos de otras virtudes que sirven para identificar qué es lo que la razón requiere con respecto a las características fundamentales y profundas de la vida humana.
El principio del negociante
Los objetivistas reconocen, al igual que Ludwig von Mises, que la cooperación social se fundamenta en el egoísmo bien entendido o racional que establece el principio del negociante. Y este principio establece derivadas de la racionalidad tres virtudes esenciales: la Productividad, la Justicia y la Benevolencia. Kelly desarrolla estos conceptos en su libro UNRUGGED INDIVIDUALISM, The Selfish Basis of Benevolence (INDIVIDUALISMO CIVILIZADO, La Base Egoísta de la Benevolencia) donde pone:
«Como intercambio de valores, el comercio beneficia a ambas partes, sirve a los intereses de ambas. Cada intercambio específico es una ilustración de la armonía general de intereses que hacen posible que los humanos adopten el principio del comercio como regla general para su relación con los demás. […] No hay armonía de intereses entre un comerciante y un ladrón, un depredador o cualquier otra persona que no desee vivir por medio del comercio. En este sentido, la benevolencia es una expresión del compromiso de uno con el principio del comercio. Cuando trato a los demás con benevolencia les transmito que no los veo como amenazas o presa, cuyo éxito debe darse a mis expensas, sino como aliados potenciales de los que busco oportunidades para beneficio mutuo.»
Benevolencia y Productividad
Kelley señala que las virtudes de la Productividad y de la Benevolencia son las que unifican el razonamiento y la acción, la teoría y la práctica, porque la racionalidad sin productividad sería fomentar una especie de mirada contemplativa y desapegada de la vida. La benevolencia es la virtud de proyectar formas de explotar el potencial representado por otras personas, crear oportunidades para el comercio, de rehacer nuestro entorno social a imagen y semejanza de nuestros valores. Y así como la racionalidad sin productividad lee una visión pasiva del mundo, así, la justicia sin benevolencia engendra una especie de actitud pasiva y cautelosa hacia la interacción con los demás.
La función de la benevolencia en la búsqueda de nuestro interés propio racional es crear oportunidades para el comercio tratando a otras personas como posibles socios comerciales. El valor al que apunta es el comercio y la vasta expansión de la riqueza, el conocimiento y la autoafirmación que el comercio hace posible.
«El objetivismo reconoce dos tipos de acciones mentales como virtudes. Una es la identificación de lo que existe, el reconocimiento de los hechos como hechos, el compromiso de entender las cosas tal como son, objetivamente. Esta es la esencia de la racionalidad. La otra es la proyección imaginativa de nuevas formas de explotar el potencial de lo existente y así crear cosas que sirvan a nuestros propósitos. Esta es la esencia de la productividad. El principio de racionalidad es: “que es”. El principio de productividad es: “qué pasaría si”. […] La justicia es una forma del principio de “que es”. Se enfoca en la realidad. La benevolencia es una virtud del “qué pasaría si” cuyo enfoque es el potencial de los demás.»
La función egoísta de la Benevolencia
La función de la benevolencia en la búsqueda de nuestro interés propio racional es crear oportunidades para el comercio tratando a otras personas como posibles socios comerciales. El valor al que apunta es el comercio y la vasta expansión de la riqueza, el conocimiento y la autoafirmación que el comercio hace posible.
«La benevolencia es un compromiso para lograr los valores que se derivan de la vida con otras personas en la sociedad, tratándolos como potenciales socios comerciales, reconociendo su humanidad, independencia e individualidad, y la armonía entre sus intereses y los nuestros.»
Continuará.