Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Corre y va de nuevo 

.
Marimaite Rayo |
22 de mayo, 2025

Después de cinco años de que se concretara el Brexit, los altos mandos se reunieron en Londres para celebrar un acuerdo histórico y, a ojos del mundo y de algunos británicos, un retroceso para su país. El encuentro, altamente anticipado desde finales de 2024, supone ser un primer paso en el camino para restablecer y reformar el acuerdo original sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y su relación con la entidad internacional. Ahora bien, pese a sus detractores, este encuentro llega en un momento clave para la reorganización de las relaciones internacionales, particularmente por el distanciamiento que ha marcado la UE con su aliado histórico, Estados Unidos. 

En otras palabras, ante la inestabilidad del panorama internacional y la amenaza rusa en las puertas europeas, los líderes de alto nivel se vieron en la necesidad de apresurar su acercamiento, a fin de consolidar una posición firme y unida. Ahora bien, pese a que como Unión, este reinicio de las relaciones podría ser una victoria política, también podría suponer un costo muy alto a lo interno de las líneas británicas. 

Dos de cal y una de arena

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Desde que el presidente Trump asumió su segundo término en la Presidencia de Estados Unidos, el orden internacional ha entrado en jaque, lo cual ha obligado a los líderes mundiales a replantearse su posición en el panorama internacional. Uno de los actores que ha tenido que reevaluar su situación ha sido la UE, que, pese a que históricamente se había posicionado como uno de los grandes líderes, en los últimos años, debido a la falta de liderazgo y obstáculos económicos, había perdido relevancia. Adicionalmente, la invasión rusa a Ucrania hizo que los países despertaran de un sueño, marcado por el idealismo y la ignorancia racional. 

De no contar con el respaldo de la población en esta decisión, una posición ambivalente por parte del gobierno británico podría suponer una oportunidad para que sus rivales internacionales profundicen en las grietas de las que sufre la UE.

Así pues, al verse amenazado, tanto por el frente Occidental, por la pérdida de apoyo americano, como por el hemisferio oriental, con Rusia, la UE puso el pilar de la Defensa en el centro de la agenda europea, obligando a los países a incrementar su gasto en este rubro y replantear sus estrategias de defensa común. Por ello, en la reunión entre el primer ministro británico y los representantes de la UE, la clave se encuentra en el acuerdo de defensa y seguridad, particularmente porque este se centra en la relevancia de los conflictos híbridos, la ciberseguridad y la infraestructura. Esto se debe a que, la UE no solo podrá acceder a los canales de inteligencia altamente desarrollados del Reino Unido, sino que también podrá aprovechar de la buena publicidad que genere esta percepción de frente unido, ante los ojos de la comunidad internacional. 

Ahora bien, a primera vista este acercamiento podría resultar provechoso para ambas partes. Sin embargo, a nivel nacional, este cambio de posición por parte del gobierno frente a la UE no ha sido bien visto y podría traducirse en altos costos y desgaste a nivel político. La razón de esto es que, contrario al lema del Brexit, Reino Unido regresaría a ser un receptor de reglas de Bruselas. Por lo tanto, no solo se tendría que volver a someter a la soberanía de la burocracia que caracteriza a la UE, sino que tendría que hacer grandes concesiones para manifestar su buena voluntad frente a sus aliados europeos. Adicionalmente, este retroceso podría interpretarse como un signo de debilidad del gobierno británico, en favor de un empoderamiento de su contraparte europea. 

Así pues, aunque en términos generales este reinicio de las negociaciones podría resultar favorable para el bloque europeo, también podría poner en una posición de desventaja al Reino Unido. Adicionalmente, de no contar con el respaldo de la población en esta decisión, una posición ambivalente por parte del gobierno británico podría suponer una oportunidad para que sus rivales internacionales profundicen en las grietas de las que sufre la UE.

Corre y va de nuevo 

Marimaite Rayo |
22 de mayo, 2025
.

Después de cinco años de que se concretara el Brexit, los altos mandos se reunieron en Londres para celebrar un acuerdo histórico y, a ojos del mundo y de algunos británicos, un retroceso para su país. El encuentro, altamente anticipado desde finales de 2024, supone ser un primer paso en el camino para restablecer y reformar el acuerdo original sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y su relación con la entidad internacional. Ahora bien, pese a sus detractores, este encuentro llega en un momento clave para la reorganización de las relaciones internacionales, particularmente por el distanciamiento que ha marcado la UE con su aliado histórico, Estados Unidos. 

En otras palabras, ante la inestabilidad del panorama internacional y la amenaza rusa en las puertas europeas, los líderes de alto nivel se vieron en la necesidad de apresurar su acercamiento, a fin de consolidar una posición firme y unida. Ahora bien, pese a que como Unión, este reinicio de las relaciones podría ser una victoria política, también podría suponer un costo muy alto a lo interno de las líneas británicas. 

Dos de cal y una de arena

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Desde que el presidente Trump asumió su segundo término en la Presidencia de Estados Unidos, el orden internacional ha entrado en jaque, lo cual ha obligado a los líderes mundiales a replantearse su posición en el panorama internacional. Uno de los actores que ha tenido que reevaluar su situación ha sido la UE, que, pese a que históricamente se había posicionado como uno de los grandes líderes, en los últimos años, debido a la falta de liderazgo y obstáculos económicos, había perdido relevancia. Adicionalmente, la invasión rusa a Ucrania hizo que los países despertaran de un sueño, marcado por el idealismo y la ignorancia racional. 

De no contar con el respaldo de la población en esta decisión, una posición ambivalente por parte del gobierno británico podría suponer una oportunidad para que sus rivales internacionales profundicen en las grietas de las que sufre la UE.

Así pues, al verse amenazado, tanto por el frente Occidental, por la pérdida de apoyo americano, como por el hemisferio oriental, con Rusia, la UE puso el pilar de la Defensa en el centro de la agenda europea, obligando a los países a incrementar su gasto en este rubro y replantear sus estrategias de defensa común. Por ello, en la reunión entre el primer ministro británico y los representantes de la UE, la clave se encuentra en el acuerdo de defensa y seguridad, particularmente porque este se centra en la relevancia de los conflictos híbridos, la ciberseguridad y la infraestructura. Esto se debe a que, la UE no solo podrá acceder a los canales de inteligencia altamente desarrollados del Reino Unido, sino que también podrá aprovechar de la buena publicidad que genere esta percepción de frente unido, ante los ojos de la comunidad internacional. 

Ahora bien, a primera vista este acercamiento podría resultar provechoso para ambas partes. Sin embargo, a nivel nacional, este cambio de posición por parte del gobierno frente a la UE no ha sido bien visto y podría traducirse en altos costos y desgaste a nivel político. La razón de esto es que, contrario al lema del Brexit, Reino Unido regresaría a ser un receptor de reglas de Bruselas. Por lo tanto, no solo se tendría que volver a someter a la soberanía de la burocracia que caracteriza a la UE, sino que tendría que hacer grandes concesiones para manifestar su buena voluntad frente a sus aliados europeos. Adicionalmente, este retroceso podría interpretarse como un signo de debilidad del gobierno británico, en favor de un empoderamiento de su contraparte europea. 

Así pues, aunque en términos generales este reinicio de las negociaciones podría resultar favorable para el bloque europeo, también podría poner en una posición de desventaja al Reino Unido. Adicionalmente, de no contar con el respaldo de la población en esta decisión, una posición ambivalente por parte del gobierno británico podría suponer una oportunidad para que sus rivales internacionales profundicen en las grietas de las que sufre la UE.

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?