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Comprometidos con la oportunidad: por qué los libertarios debemos luchar contra la pobreza

Necesitamos más libertad económica, más crecimiento y un modelo transformador de nuestro país y su modelo educativo.

Ilustración por Gabo®
Dr. Ramiro Bolaños |
02 de septiembre, 2024

La reciente publicación de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2023) ha reavivado el debate sobre la pobreza en Guatemala. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 56 % de los guatemaltecos, equivalente a 9.7 M de personas, vive en situación de pobreza, cifra casi inalterada desde el 2000. De estos, un preocupante 16.2 %, o 2.8 millones, viven en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Para los libertarios, combatir la pobreza significa maximizar las oportunidades individuales. Daniel Fernández y Olav Dirkmaat, en UFM Market Trends, observan que el PIB per cápita creció 41 % entre 2000 y 2022. Utilizando metodologías de la CEPAL, recalcularon la población pobre según el umbral internacional de USD 6.85 diarios en 26.6 %, valor muy similar al 24.1 % del Banco Mundial.

Hugo Maúl, miembro del INE, destaca en su artículo «Pobreza: El problema no es la fórmula, es la realidad», que el estancamiento durante más de dos décadas en los niveles de pobreza evidencia la incapacidad del modelo económico actual para generar las oportunidades necesarias.

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Concuerdo en la línea de que el verdadero desafío no es si la pobreza ha aumentado o disminuido, sino erradicarla. Isaiah Berlin, defensor del liberalismo clásico, distingue entre la libertad negativa (libertad de interferencia) y la libertad positiva (libertad para realizar el propio potencial). Desde esta óptica, la pobreza es una barrera que limita la libertad positiva, impidiendo a las personas lograr su propio potencial. Como libertario, estoy comprometido con luchar por una sociedad donde el gobierno limite su interferencia, pero que también abra más oportunidades para que cada vez menos personas carezcan de la posibilidad de elegir el nivel de vida que desean.

Según el Banco Mundial, Guatemala ocupa el lugar 109 en pobreza global, con 24.1 % de la población afectada, similar a países como Tayikistán, Namibia y Senegal. Estamos lejos de Finlandia o Suiza, quienes han erradicado la pobreza a través de mayor libertad económica. También lo estamos de nuestros pares regionales, quienes, con más libertad económica, (Suiza está en la posición 2, Finlandia 12, Chile 21, Uruguay 27, Costa Rica 37, Panamá 52, Dominicana 56 y Guatemala 63) han reducido la pobreza como Chile, con 1.3 %; Uruguay, con 1.6 %; Costa Rica, con 4.4 %; Panamá, con 4.8 %, y República Dominicana, con un 6.1 % de pobres.

La solución pasa por fomentar la inversión nacional y extranjera, acumular más capital, crear más empresas, reducir la burocracia, aumentar la transparencia y agilizar los procesos. Necesitamos más libertad económica, más crecimiento y un modelo transformador de nuestro país y su modelo educativo.

Los países con menos pobreza que Guatemala comparten características como mayor libertad económica; mayor PIB per cápita; rápido crecimiento; más años de escolaridad, y una sólida capacidad de pensamiento crítico. Estamos tan atrasados en nuestros niveles de escolaridad de 5.7 años en promedio que son equivalentes a los de Finlandia en 1860; Suiza en 1890; Uruguay en 1970; Panamá y Costa Rica en 1975; Dominicana en 1985, y Chile en 1990.

Según el INE, en Guatemala nadie con educación superior vive en pobreza extrema, mientras que el 44.2 % de quienes no tienen estudios son pobres. Si el 63 % de los 22 MM invertidos en educación se destinan a preprimaria y primaria, ¿por qué el 42.9 % de quienes solo completan la primaria siguen siendo pobres? Si quienes alcanzan la educación secundaria y universitaria, rara vez caen en pobreza extrema, ¿por qué solo el 9 % del presupuesto educativo va a educación básica y diversificada? A pesar de la ampliación presupuestaria de 14 MM, menos del 10 % se destinó a educación.

La solución pasa por fomentar la inversión nacional y extranjera, acumular más capital, crear más empresas, reducir la burocracia, aumentar la transparencia y agilizar los procesos. Necesitamos más libertad económica, más crecimiento y un modelo transformador de nuestro país y su modelo educativo. Invito a todos, desde ciudadanos hasta líderes empresariales y políticos, a que asumamos la responsabilidad de impulsar este reto.

En las próximas semanas exploraremos cómo generar más riqueza, pero mientras tanto acordemos que para reducir la pobreza y crear más oportunidades, la educación debe ser una prioridad nacional si realmente deseamos construir una Guatemala fuerte y próspera.

 

PhD. José Ramiro Bolaños

Comprometidos con la oportunidad: por qué los libertarios debemos luchar contra la pobreza

Necesitamos más libertad económica, más crecimiento y un modelo transformador de nuestro país y su modelo educativo.

Dr. Ramiro Bolaños |
02 de septiembre, 2024
Ilustración por Gabo®

La reciente publicación de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2023) ha reavivado el debate sobre la pobreza en Guatemala. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 56 % de los guatemaltecos, equivalente a 9.7 M de personas, vive en situación de pobreza, cifra casi inalterada desde el 2000. De estos, un preocupante 16.2 %, o 2.8 millones, viven en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Para los libertarios, combatir la pobreza significa maximizar las oportunidades individuales. Daniel Fernández y Olav Dirkmaat, en UFM Market Trends, observan que el PIB per cápita creció 41 % entre 2000 y 2022. Utilizando metodologías de la CEPAL, recalcularon la población pobre según el umbral internacional de USD 6.85 diarios en 26.6 %, valor muy similar al 24.1 % del Banco Mundial.

Hugo Maúl, miembro del INE, destaca en su artículo «Pobreza: El problema no es la fórmula, es la realidad», que el estancamiento durante más de dos décadas en los niveles de pobreza evidencia la incapacidad del modelo económico actual para generar las oportunidades necesarias.

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Concuerdo en la línea de que el verdadero desafío no es si la pobreza ha aumentado o disminuido, sino erradicarla. Isaiah Berlin, defensor del liberalismo clásico, distingue entre la libertad negativa (libertad de interferencia) y la libertad positiva (libertad para realizar el propio potencial). Desde esta óptica, la pobreza es una barrera que limita la libertad positiva, impidiendo a las personas lograr su propio potencial. Como libertario, estoy comprometido con luchar por una sociedad donde el gobierno limite su interferencia, pero que también abra más oportunidades para que cada vez menos personas carezcan de la posibilidad de elegir el nivel de vida que desean.

Según el Banco Mundial, Guatemala ocupa el lugar 109 en pobreza global, con 24.1 % de la población afectada, similar a países como Tayikistán, Namibia y Senegal. Estamos lejos de Finlandia o Suiza, quienes han erradicado la pobreza a través de mayor libertad económica. También lo estamos de nuestros pares regionales, quienes, con más libertad económica, (Suiza está en la posición 2, Finlandia 12, Chile 21, Uruguay 27, Costa Rica 37, Panamá 52, Dominicana 56 y Guatemala 63) han reducido la pobreza como Chile, con 1.3 %; Uruguay, con 1.6 %; Costa Rica, con 4.4 %; Panamá, con 4.8 %, y República Dominicana, con un 6.1 % de pobres.

La solución pasa por fomentar la inversión nacional y extranjera, acumular más capital, crear más empresas, reducir la burocracia, aumentar la transparencia y agilizar los procesos. Necesitamos más libertad económica, más crecimiento y un modelo transformador de nuestro país y su modelo educativo.

Los países con menos pobreza que Guatemala comparten características como mayor libertad económica; mayor PIB per cápita; rápido crecimiento; más años de escolaridad, y una sólida capacidad de pensamiento crítico. Estamos tan atrasados en nuestros niveles de escolaridad de 5.7 años en promedio que son equivalentes a los de Finlandia en 1860; Suiza en 1890; Uruguay en 1970; Panamá y Costa Rica en 1975; Dominicana en 1985, y Chile en 1990.

Según el INE, en Guatemala nadie con educación superior vive en pobreza extrema, mientras que el 44.2 % de quienes no tienen estudios son pobres. Si el 63 % de los 22 MM invertidos en educación se destinan a preprimaria y primaria, ¿por qué el 42.9 % de quienes solo completan la primaria siguen siendo pobres? Si quienes alcanzan la educación secundaria y universitaria, rara vez caen en pobreza extrema, ¿por qué solo el 9 % del presupuesto educativo va a educación básica y diversificada? A pesar de la ampliación presupuestaria de 14 MM, menos del 10 % se destinó a educación.

La solución pasa por fomentar la inversión nacional y extranjera, acumular más capital, crear más empresas, reducir la burocracia, aumentar la transparencia y agilizar los procesos. Necesitamos más libertad económica, más crecimiento y un modelo transformador de nuestro país y su modelo educativo. Invito a todos, desde ciudadanos hasta líderes empresariales y políticos, a que asumamos la responsabilidad de impulsar este reto.

En las próximas semanas exploraremos cómo generar más riqueza, pero mientras tanto acordemos que para reducir la pobreza y crear más oportunidades, la educación debe ser una prioridad nacional si realmente deseamos construir una Guatemala fuerte y próspera.

 

PhD. José Ramiro Bolaños

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