Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Besos, promesas y asesinatos

.
Alejandra Osorio |
19 de septiembre, 2024

Dos miradas se encuentran y, después de unos segundos, rompen el encantamiento para descubrir que su destino ya está sellado. Justo en el umbral en donde están detenidos en el tiempo cuelga un inocente racimo de muérdago. Y es que dicta una tradición extendida más allá de las tierras del Viejo Mundo que toda pareja en dicha situación debe darse un beso. Es que esta práctica mil veces grabada en momentos y películas pinta a esta planta como un ser inocente; sin embargo, en esta se encuentra la razón por la cual, con el rocío de las mañanas, la tierra sigue llorando la muerte de un dios. Pero, al final, esta es solo una historia más sobreconsecuencias inesperadas.

Resentimientos escondidos… 

En el mundo de los dioses, Balder era el más amado. No solo era querido profundamente por sus padres, Odín y Frigg, sino también por los æsir y el mundo. No es de extrañarse, entonces, que, cuando el más hermoso de todos comenzó a tener pesadillas que anunciaban su propia muerte, el resto decidiera tener una reunión para determinar qué podían hacer. Simplemente, el mundo no sería mundo sin la presencia de este dios. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Entonces, Frigg decidió ir con cada planta, animal yelemento para hacerles prometer que nadie dañaría a Balder. Ahora bien, después de esta acción, todo parecía ir a la perfección. Por más cosas que le arrojaran, nada la habría de impactar. Balder, en teoría, era invencible. Pero esto era algo que le digustaba a uno de sus hermanos, el dios Loki. Es que hay que entenderlo: más allá de ser un maestro del engaño y las mentiras, él resentía el trato de Odín. ¿Por qué Balder merecía la protección del mundo? ¿Por qué los propios hijos de Loki, en lugar de ser acogidos y amados por los dioses, habían sido atrapados y encerrados? ¿Por qué no había un trato igual entre los hijos de Odín?

Así, solo nos queda intentar encontrar el balance entre pensar y actuar.

Así que Loki engañó a Frigg para obtener un dato clave: el único ser que no había prometido dañar a Balder era el muérdago, pues la diosa lo consideraba tan joven que no representaba un peligro. Y, sin pensarlo más, creó una flecha hecha de esta planta y se la dio a su otro hermano, Höðr. Él era ciego y, creyendo enteramente las artimañas de Loki y como si se tratase de un juego, disparó la flecha… flecha que atravesó el corazón de Balder, matándolo al instante. 

Los dioses, a veces, tampoco pueden aceptar la muerte. Por lo que le rogaron a Hela, la diosa del inframundo, que les devolviera a Balder. Ella, para sorpresa de la mayoría, les ofreció cumplir con su petición si todos los seres del mundo lloraban por la muerte de Balder. Así pues, los animales aullaron, balaron y berrearon; las plantas lloraban con el agua que las alimentaba, y los dioses se rasgaban sus ropas mientras las lágrimas recorrían sus caras. Pero Thokk, una giganta que muchos creen que era Loki disfrazado, se negó a llorar por el hijo de un viejo dios. Así que el alma de Balder no pudo regresar y la tierra, hasta la fecha, sigue llorando por él.

Y promesas sin hacer

Al hablar sobre mitología, los problemas no suelen tener un origen sencillo, como en la vida real. Aquí, pareciera que todo se podría reducir a no prever las posibles consecuencias de no incluir al muérdago; sin embargo, no deberíamos juzgar a Frigg con dureza, puesto que, en la vida, nosotros tampoco pensamos en todos los posibles escenarios. A esto le debemos sumar lo dicho por Saramago, en El ensayo sobre la ceguera: «si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego la imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos». Así, solo nos queda intentar encontrar el balance entre pensar y actuar.

Besos, promesas y asesinatos

Alejandra Osorio |
19 de septiembre, 2024
.

Dos miradas se encuentran y, después de unos segundos, rompen el encantamiento para descubrir que su destino ya está sellado. Justo en el umbral en donde están detenidos en el tiempo cuelga un inocente racimo de muérdago. Y es que dicta una tradición extendida más allá de las tierras del Viejo Mundo que toda pareja en dicha situación debe darse un beso. Es que esta práctica mil veces grabada en momentos y películas pinta a esta planta como un ser inocente; sin embargo, en esta se encuentra la razón por la cual, con el rocío de las mañanas, la tierra sigue llorando la muerte de un dios. Pero, al final, esta es solo una historia más sobreconsecuencias inesperadas.

Resentimientos escondidos… 

En el mundo de los dioses, Balder era el más amado. No solo era querido profundamente por sus padres, Odín y Frigg, sino también por los æsir y el mundo. No es de extrañarse, entonces, que, cuando el más hermoso de todos comenzó a tener pesadillas que anunciaban su propia muerte, el resto decidiera tener una reunión para determinar qué podían hacer. Simplemente, el mundo no sería mundo sin la presencia de este dios. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Entonces, Frigg decidió ir con cada planta, animal yelemento para hacerles prometer que nadie dañaría a Balder. Ahora bien, después de esta acción, todo parecía ir a la perfección. Por más cosas que le arrojaran, nada la habría de impactar. Balder, en teoría, era invencible. Pero esto era algo que le digustaba a uno de sus hermanos, el dios Loki. Es que hay que entenderlo: más allá de ser un maestro del engaño y las mentiras, él resentía el trato de Odín. ¿Por qué Balder merecía la protección del mundo? ¿Por qué los propios hijos de Loki, en lugar de ser acogidos y amados por los dioses, habían sido atrapados y encerrados? ¿Por qué no había un trato igual entre los hijos de Odín?

Así, solo nos queda intentar encontrar el balance entre pensar y actuar.

Así que Loki engañó a Frigg para obtener un dato clave: el único ser que no había prometido dañar a Balder era el muérdago, pues la diosa lo consideraba tan joven que no representaba un peligro. Y, sin pensarlo más, creó una flecha hecha de esta planta y se la dio a su otro hermano, Höðr. Él era ciego y, creyendo enteramente las artimañas de Loki y como si se tratase de un juego, disparó la flecha… flecha que atravesó el corazón de Balder, matándolo al instante. 

Los dioses, a veces, tampoco pueden aceptar la muerte. Por lo que le rogaron a Hela, la diosa del inframundo, que les devolviera a Balder. Ella, para sorpresa de la mayoría, les ofreció cumplir con su petición si todos los seres del mundo lloraban por la muerte de Balder. Así pues, los animales aullaron, balaron y berrearon; las plantas lloraban con el agua que las alimentaba, y los dioses se rasgaban sus ropas mientras las lágrimas recorrían sus caras. Pero Thokk, una giganta que muchos creen que era Loki disfrazado, se negó a llorar por el hijo de un viejo dios. Así que el alma de Balder no pudo regresar y la tierra, hasta la fecha, sigue llorando por él.

Y promesas sin hacer

Al hablar sobre mitología, los problemas no suelen tener un origen sencillo, como en la vida real. Aquí, pareciera que todo se podría reducir a no prever las posibles consecuencias de no incluir al muérdago; sin embargo, no deberíamos juzgar a Frigg con dureza, puesto que, en la vida, nosotros tampoco pensamos en todos los posibles escenarios. A esto le debemos sumar lo dicho por Saramago, en El ensayo sobre la ceguera: «si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego la imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos». Así, solo nos queda intentar encontrar el balance entre pensar y actuar.

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?