Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Aseguremos el futuro

Foto por Edwin Bercian / AFP
Enrique Búcaro Batres |
21 de marzo, 2025

En los últimos días, hemos visto cómo el gobierno toma una decisión que afectaría a toda la población, de manera directa para quienes son propietarios de un vehículo; y de manera indirecta para todos los demás. Por ello, cientos o quizás miles de personas salieron a hacer bloqueos en protesta, hasta el punto en que paralizaron la ciudad y varias partes del país. 

Pero, es necesario abrir el horizonte y advertir que la población tiene un disgusto acumulado. Al ver redes sociales y hablar con las personas, se podía advertir que a lo del seguro obligatorio se le sumaban, por mencionar algunos, el mal estado de las carreteras; el aumento en el salario mínimo y la pérdida de empleos que ocasionó; el fiasco en la implementación de lo relativo al reciclaje y clasificación de desechos, así como el incumplimiento de las promesas de campaña. 

De remate, el gobierno, en lugar de poner orden y garantizar el derecho a la libre circulación, cede a las peticiones de los manifestantes y da marcha atrás en su decisión, demostrando su carencia para negociar, así como para ejercer la autoridad que el puesto les confiere. No estoy diciendo que la única vía era la violencia, eso no, pero sí digo que existían seguramente más salidas que sencillamente echar marcha atrás. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Al presidente aún le quedan tres años de gobierno y aún tiene tiempo de enderezar el camino, de comenzar a llegar más temprano a la oficina y de irse un rato más tarde, de contratar asesores eficaces y de promover el cumplimiento de las políticas públicas y leyes que le corresponde, no debiendo inventar el agua azucarada.

El país evidentemente necesita gobernantes de otro tipo, no como los políticos de hoy y su hegemónica capacidad para hacer todo mal. Porque, el seguro solo tiene sentido en conjunto con la obligación de todos los conductores de tener su correspondiente licencia de conducir; cuando tengan la tarjeta de circulación y el impuesto de circulación vigente y al día; cuando los vehículos se encuentren en condición (por ejemplo con todas las luces de freno funcionando), y cuando el Estado realmente cumpla con controlar y dar certeza de que dichas obligaciones de los particulares se están cumpliendo. 

Es trágico que esto se dé en un contexto gubernativo en el cual la decepción de la población solo se vea superada por la ausencia del presidente y los resultados que había ofrecido. Si él (el presidente) sale diciendo que es difícil, tendrá razón. Supongo que lidiar con todo el aparato burocrático y corrupto del país es difícil, pero eso ya era evidente cuando se postuló para el puesto. 

Al presidente aún le quedan tres años de gobierno y aún tiene tiempo de enderezar el camino, de comenzar a llegar más temprano a la oficina y de irse un rato más tarde, de contratar asesores eficaces y de promover el cumplimiento de las políticas públicas y leyes que le corresponde, no debiendo inventar el agua azucarada. Asimismo, debe ejercer su iniciativa de ley y hacer política y no la politiquería que hasta ahora ha intentado, pues hacer cumplir la ley, dar mayor certeza jurídica y hacer mejoras de fondo es realmente la forma de tener un seguro para el porvenir del país.

Foto por Edwin Bercian / AFP

En los últimos días, hemos visto cómo el gobierno toma una decisión que afectaría a toda la población, de manera directa para quienes son propietarios de un vehículo; y de manera indirecta para todos los demás. Por ello, cientos o quizás miles de personas salieron a hacer bloqueos en protesta, hasta el punto en que paralizaron la ciudad y varias partes del país. 

Pero, es necesario abrir el horizonte y advertir que la población tiene un disgusto acumulado. Al ver redes sociales y hablar con las personas, se podía advertir que a lo del seguro obligatorio se le sumaban, por mencionar algunos, el mal estado de las carreteras; el aumento en el salario mínimo y la pérdida de empleos que ocasionó; el fiasco en la implementación de lo relativo al reciclaje y clasificación de desechos, así como el incumplimiento de las promesas de campaña. 

De remate, el gobierno, en lugar de poner orden y garantizar el derecho a la libre circulación, cede a las peticiones de los manifestantes y da marcha atrás en su decisión, demostrando su carencia para negociar, así como para ejercer la autoridad que el puesto les confiere. No estoy diciendo que la única vía era la violencia, eso no, pero sí digo que existían seguramente más salidas que sencillamente echar marcha atrás. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Al presidente aún le quedan tres años de gobierno y aún tiene tiempo de enderezar el camino, de comenzar a llegar más temprano a la oficina y de irse un rato más tarde, de contratar asesores eficaces y de promover el cumplimiento de las políticas públicas y leyes que le corresponde, no debiendo inventar el agua azucarada.

El país evidentemente necesita gobernantes de otro tipo, no como los políticos de hoy y su hegemónica capacidad para hacer todo mal. Porque, el seguro solo tiene sentido en conjunto con la obligación de todos los conductores de tener su correspondiente licencia de conducir; cuando tengan la tarjeta de circulación y el impuesto de circulación vigente y al día; cuando los vehículos se encuentren en condición (por ejemplo con todas las luces de freno funcionando), y cuando el Estado realmente cumpla con controlar y dar certeza de que dichas obligaciones de los particulares se están cumpliendo. 

Es trágico que esto se dé en un contexto gubernativo en el cual la decepción de la población solo se vea superada por la ausencia del presidente y los resultados que había ofrecido. Si él (el presidente) sale diciendo que es difícil, tendrá razón. Supongo que lidiar con todo el aparato burocrático y corrupto del país es difícil, pero eso ya era evidente cuando se postuló para el puesto. 

Al presidente aún le quedan tres años de gobierno y aún tiene tiempo de enderezar el camino, de comenzar a llegar más temprano a la oficina y de irse un rato más tarde, de contratar asesores eficaces y de promover el cumplimiento de las políticas públicas y leyes que le corresponde, no debiendo inventar el agua azucarada. Asimismo, debe ejercer su iniciativa de ley y hacer política y no la politiquería que hasta ahora ha intentado, pues hacer cumplir la ley, dar mayor certeza jurídica y hacer mejoras de fondo es realmente la forma de tener un seguro para el porvenir del país.

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?