“¡Le PROBARÉ en 7 Días que USTED también puede ser este HOMBRE NUEVO!”
Así dice el encabezado de un anunció, muy popular en las revistas durante los años 50, 60 y 70, que acompaña la fotografía de un hombre sonriendo en traje de baño parado en la playa. Su piel luce un bronceado profundo, acentuado por el color claro de su traje de baño, que no es una de esas diminutas, pequeñas calzonetas Speedo, sino un bañador hasta la cintura con cinturón. Se encuentra con sus pies separados y bien plantados en la arena clara, la que nadie en su sano juicio osaría tirarle a la cara. Esa cara, con facciones de una escultura clásica, quijada fuerte, nariz romana delgada, y ojos intensos. Sus brazos abiertos, unos ochenta centímetros frente a su cuerpo a la altura de sus caderas, separados y flexionados hacia abajo, manos empuñadas que junto a su sonrisa lo hacen parecer que te ofrece una bandeja invisible de saludables viandas. El hombre es fornido, mas no con inmensos músculos sobre desarrollados como los de los fisicoculturistas de hoy, sino que prácticos y funcionales como los de un caballo pura sangre. Tiene un pecho poderoso con pectorales cuadrados, bien separados con la parte superior y lateral perfectamente desarrollados. Hombros y espalda anchos. Su espalda de titán baja gradualmente en forma trapezoidal hacia una cintura firme y esculpida. Sus caderas son angostas con piernas esbeltas y bien formadas. Sus brazos son nervudos y bien proporcionados. Viéndolo como un todo, su cuerpo tiene una simetría elegante que predomina sobre la suma de sus partes. Es una simetría radiante y enérgica, compuesta de líneas que evocan salud y fuerza.
El anuncio habla de un alfeñique de 97 libras que se convirtió en el «Hombre Más Perfectamente Desarrollado del Mundo», título que ganó en la competencia organizada por Bernarr McFadden en 1922, que se llevó a cabo en el Madison Square Garden de Nueva York, donde derrotó a 750 competidores. Promete hacer lo mismo por ti – agregar músculos sólidos a tu cuerpo y poder sensacional en tus brazos y hombros, y un abdomen fuerte como una armadura – si inviertes 15 minutos diarios en la privacidad de tu propia casa ejercitándote con su sistema: “15 minutos diarios de Tensión Dinámica le darán rápidamente músculos de acero, agilidad de tigre, una cabeza despejada y unos ojos más vivos. En dos palabras, ¡Usted se sentirá transformado en un hombre nuevo!”
El hombre de la foto es Angelo Siciliano, mejor conocido como Charles Atlas. En 1914 trabajó en un espectáculo circense, formando equipo con un forzudo llamado Young Sampson, donde introducía clavos en tablones de madera con sus manos desnudas, rompía guías de teléfono en dos, doblaba barras de hierro, levantaba objetos pesados, como una barra con asientos en sus extremos donde se sentaban dos personas, y se acostaba sobre una cama de 7000 clavos mientras tres hombres se paraban en su pecho. Para terminar, y darle un toque estético al espectáculo, posaba por unos momentos dentro de un marco dorado. Sin embargo, fue una demostración de fuerza y heroísmo, fuera de su ámbito profesional, la que hizo más por su reputación. Durante una tormenta, Atlas vio a alguien agitando una camiseta blanca pidiendo auxilio en una lancha de remos, como a un kilómetro y medio de la playa Dika de Brooklyn. Nadó hasta el bote y como sus ocupantes habían perdido sus remos, se amarró la cuerda de éste a su cintura y lo remolcó hasta la orilla. Este evento fue publicado por Robert Ripley en su columna “Believe it or Not”, dándole a Atlas el inicio de una reputación seria como hombre fuerte. Posteriormente siguió demostrando su fuerza con hazañas como arrastrar sobre la carrilera un vagón del Ferrocarril de Pennsylvania, cuyo peso es de 145000 libras; remolcar 6 automóviles 2 kilómetros; y pasear levantando la parte posterior de un auto con sus ocupantes dentro. Constantemente le mostraba al público que él era real, y que lo que prometía con su curso era verdad.
Sin embargo, Atlas comprendió que, dada su perfecta simetría, su futuro estaba en emplear su cuerpo más como un símbolo visual, que doblando metal y rompiendo guías telefónicas en dos. En 1916 fue contratado por el escultor Arthur Lee para modelar para su estatua de Abraham Lincoln. Atlas modeló para infinidad de otros artistas y para 75 esculturas que se pueden ver por todos los Estados Unidos de América. Entre estas están el Amanecer de la Gloria en Brooklyn, New York; Energía en Reposo en Cleveland, Ohio; Thomas Jefferson en Washington, D.C.; y George Washington en Washington Square New York, New York. Atlas era en efecto, por su físico finamente entonado, la representación del ideal clásico.
Lo que lo convirtió en una celebridad fue su curso de Tensión Dinámica – un sistema de ejercicios isométricos sin aparatos basado en la resistencia que se crea oponiendo el esfuerzo de un músculo a otro – cuyos anuncios aparecieron en muchas de las contraportadas de las revistas de la época. Fue su amigo y socio, Charles Roman, quien pronto captó que la mejor manera de vender el curso de ejercicios de Atlas era vender al mismo Charles Atlas. Y así lo hizo, mostrando esas fotos de Atlas con su bañador blanco, el mejor modo de exhibir su famoso físico, y acompañando estas poderosas imágenes con un texto sencillo y directo que él mismo redactó: “¡Le PROBARÉ en 7 Días que USTED también puede ser este HOMBRE NUEVO!”
Sus anuncios se convirtieron rápidamente en los más populares en el mundo y para 1937, Charles Atlas se había convertido en un ícono mundial de salud y fuerza. Millones de personas habían comprado su curso. Entre sus alumnos encontramos varias celebridades como los famosos campeones en boxeo, Joe Louis, Max Baer y Rocky Marciano, el columnista Robert Ripley, de “Aunque usted no lo crea”, el famoso beisbolista Joe DiMaggio, el actor de cine Harry von Zell, y el fisicoculturista Tom Manfre, Mr. Mundo 1953, entre otros y al ejército de los Estados unidos de América.
Pero lo más importante es que su sistema es más que un curso sobre cómo desarrollar grandes músculos. Incluye una serie de consejos para vivir una vida plena y floreciente. Da a sus alumnos confianza y coraje para defenderse a sí mismos y para perseguir sus sueños. Les indica sobre la importancia de respirar correctamente, de mantener buena postura, aseo y vestir bien, como levantarse por la mañana y como dormir, bañarse, estirarse y relajarse, como masticar los alimentos apropiadamente, y sobre las virtudes de tomar “baños de música” y desarrollar buenos hábitos mentales, sobre la perseverancia y como evitar los dolores musculares. Las ocho páginas de su Lección 2 son sobre la adecuada nutrición, y la Lección 12 es sobre como adquirir “magnetismo físico”, donde dice: “Yo quiero que usted descarte todo hábito que usted sabe le es perjudicial a la salud, así como costumbre que no fomenta la mejor condición física.” Y al final de cada lección firma con una frase como: «“Suyo para un Desarrollo Perfecto”, “De Ud. para la Perfección del Hombre”, “Suyo para un CUERPO SALUDABLE y FUERTE”, “Suyo para SALUD y FUERZA”, “Su sincero amigo e instructor”, Charles Atlas.»
“Todo lo que quiero hacer es construir una raza perfecta, un país de perfectas obras maestras humanas.” Así decía Charles Atlas.
Charles Atlas recobró la visión de Locke, Franklin y Jefferson – de la que escribí en mi entrega anterior «EL EJERCICIO FÍSICO: VIRTUD NACIONAL NORTEAMERICANA» y que resume la frase de Juvenal “mens sana in corpore sano”, que Locke parafraseó el escribir que “una mente sana en un cuerpo sano es, en pocas palabras, una descripción completa de un estado feliz en este mundo”.
La historia de Charles Atlas sirvió de inspiración para la creación de varios personajes de ficción. Uno de estos fue Doc Savage, el personaje creado por Lester Dent en 1932, quien firmaba sus novelas como Kenneth Robeson y describe a Savage como “una maravilla mental. Bueno, también es una maravilla muscular. Tiene un cuerpo tan asombroso como su cerebro. Su fuerza y agilidad son increíbles. Para Doc Savage es cosa de niños retorcer herraduras, doblar monedas de medio Dollar entre sus dedos, y partir una guía de teléfonos de Nueva York en dos.” Doc Savage se ejercita usando el método Atlas: “Cuando había terminado con sus labores, Doc buscaba un lugar apartado para ejercitarse. Nunca omitía la rutina diaria de dos horas, aunque hubiese estado ocupado por muchas horas previamente. Sus ejercicios musculares eran similares a movimientos gimnásticos ordinarios, pero infinitamente más duros, más violentos. Los hacía sin aparatos. Por ejemplo, hacía que ciertos músculos trataran de levantar su brazo, mientras con otros trataba de bajarlo. De esa manera desarrollaba, no sólo su tejido muscular, sino que también su control sobre cada músculo individual. Cada parte de su extraordinario cuerpo bronceado era ejercitado de esta manera.” Otro personaje que se basó en su historia es el de Steve Rogers, el Capitán América, creado por Joe Simon y Jack Kirby en 1941.
Hoy millones de personas hacen ejercicio para estar en forma. Los clubes deportivos proliferan por todos lados. Y todo empezó con Charles Atlas. El interés por hacer ejercicio para ponerse en forma se inició con Charles Atlas. Sin él no habría habido tal cosa. Y, sin duda, junto con Charles Roman, desencadenaron el fenómeno que vemos hoy. Yo también fui parte de ese fenómeno. Lo recuerdo como si fuera ayer, cuando pedí a mi papá que me regalara el curso de Charles Atlas para mis quince años. ¡Y así lo hizo! Con ese sistema empecé a desarrollar mis músculos y fuerza, que me sirvieron para ganar cuatro veces el campeonato Mundial WBDL de levantamiento de pesas en la modalidad de potencia.
Bueno, ahora que empezamos un nuevo año, ¿quieres también ser este hombre nuevo?
“¡Le PROBARÉ en 7 Días que USTED también puede ser este HOMBRE NUEVO!”
Así dice el encabezado de un anunció, muy popular en las revistas durante los años 50, 60 y 70, que acompaña la fotografía de un hombre sonriendo en traje de baño parado en la playa. Su piel luce un bronceado profundo, acentuado por el color claro de su traje de baño, que no es una de esas diminutas, pequeñas calzonetas Speedo, sino un bañador hasta la cintura con cinturón. Se encuentra con sus pies separados y bien plantados en la arena clara, la que nadie en su sano juicio osaría tirarle a la cara. Esa cara, con facciones de una escultura clásica, quijada fuerte, nariz romana delgada, y ojos intensos. Sus brazos abiertos, unos ochenta centímetros frente a su cuerpo a la altura de sus caderas, separados y flexionados hacia abajo, manos empuñadas que junto a su sonrisa lo hacen parecer que te ofrece una bandeja invisible de saludables viandas. El hombre es fornido, mas no con inmensos músculos sobre desarrollados como los de los fisicoculturistas de hoy, sino que prácticos y funcionales como los de un caballo pura sangre. Tiene un pecho poderoso con pectorales cuadrados, bien separados con la parte superior y lateral perfectamente desarrollados. Hombros y espalda anchos. Su espalda de titán baja gradualmente en forma trapezoidal hacia una cintura firme y esculpida. Sus caderas son angostas con piernas esbeltas y bien formadas. Sus brazos son nervudos y bien proporcionados. Viéndolo como un todo, su cuerpo tiene una simetría elegante que predomina sobre la suma de sus partes. Es una simetría radiante y enérgica, compuesta de líneas que evocan salud y fuerza.
El anuncio habla de un alfeñique de 97 libras que se convirtió en el «Hombre Más Perfectamente Desarrollado del Mundo», título que ganó en la competencia organizada por Bernarr McFadden en 1922, que se llevó a cabo en el Madison Square Garden de Nueva York, donde derrotó a 750 competidores. Promete hacer lo mismo por ti – agregar músculos sólidos a tu cuerpo y poder sensacional en tus brazos y hombros, y un abdomen fuerte como una armadura – si inviertes 15 minutos diarios en la privacidad de tu propia casa ejercitándote con su sistema: “15 minutos diarios de Tensión Dinámica le darán rápidamente músculos de acero, agilidad de tigre, una cabeza despejada y unos ojos más vivos. En dos palabras, ¡Usted se sentirá transformado en un hombre nuevo!”
El hombre de la foto es Angelo Siciliano, mejor conocido como Charles Atlas. En 1914 trabajó en un espectáculo circense, formando equipo con un forzudo llamado Young Sampson, donde introducía clavos en tablones de madera con sus manos desnudas, rompía guías de teléfono en dos, doblaba barras de hierro, levantaba objetos pesados, como una barra con asientos en sus extremos donde se sentaban dos personas, y se acostaba sobre una cama de 7000 clavos mientras tres hombres se paraban en su pecho. Para terminar, y darle un toque estético al espectáculo, posaba por unos momentos dentro de un marco dorado. Sin embargo, fue una demostración de fuerza y heroísmo, fuera de su ámbito profesional, la que hizo más por su reputación. Durante una tormenta, Atlas vio a alguien agitando una camiseta blanca pidiendo auxilio en una lancha de remos, como a un kilómetro y medio de la playa Dika de Brooklyn. Nadó hasta el bote y como sus ocupantes habían perdido sus remos, se amarró la cuerda de éste a su cintura y lo remolcó hasta la orilla. Este evento fue publicado por Robert Ripley en su columna “Believe it or Not”, dándole a Atlas el inicio de una reputación seria como hombre fuerte. Posteriormente siguió demostrando su fuerza con hazañas como arrastrar sobre la carrilera un vagón del Ferrocarril de Pennsylvania, cuyo peso es de 145000 libras; remolcar 6 automóviles 2 kilómetros; y pasear levantando la parte posterior de un auto con sus ocupantes dentro. Constantemente le mostraba al público que él era real, y que lo que prometía con su curso era verdad.
Sin embargo, Atlas comprendió que, dada su perfecta simetría, su futuro estaba en emplear su cuerpo más como un símbolo visual, que doblando metal y rompiendo guías telefónicas en dos. En 1916 fue contratado por el escultor Arthur Lee para modelar para su estatua de Abraham Lincoln. Atlas modeló para infinidad de otros artistas y para 75 esculturas que se pueden ver por todos los Estados Unidos de América. Entre estas están el Amanecer de la Gloria en Brooklyn, New York; Energía en Reposo en Cleveland, Ohio; Thomas Jefferson en Washington, D.C.; y George Washington en Washington Square New York, New York. Atlas era en efecto, por su físico finamente entonado, la representación del ideal clásico.
Lo que lo convirtió en una celebridad fue su curso de Tensión Dinámica – un sistema de ejercicios isométricos sin aparatos basado en la resistencia que se crea oponiendo el esfuerzo de un músculo a otro – cuyos anuncios aparecieron en muchas de las contraportadas de las revistas de la época. Fue su amigo y socio, Charles Roman, quien pronto captó que la mejor manera de vender el curso de ejercicios de Atlas era vender al mismo Charles Atlas. Y así lo hizo, mostrando esas fotos de Atlas con su bañador blanco, el mejor modo de exhibir su famoso físico, y acompañando estas poderosas imágenes con un texto sencillo y directo que él mismo redactó: “¡Le PROBARÉ en 7 Días que USTED también puede ser este HOMBRE NUEVO!”
Sus anuncios se convirtieron rápidamente en los más populares en el mundo y para 1937, Charles Atlas se había convertido en un ícono mundial de salud y fuerza. Millones de personas habían comprado su curso. Entre sus alumnos encontramos varias celebridades como los famosos campeones en boxeo, Joe Louis, Max Baer y Rocky Marciano, el columnista Robert Ripley, de “Aunque usted no lo crea”, el famoso beisbolista Joe DiMaggio, el actor de cine Harry von Zell, y el fisicoculturista Tom Manfre, Mr. Mundo 1953, entre otros y al ejército de los Estados unidos de América.
Pero lo más importante es que su sistema es más que un curso sobre cómo desarrollar grandes músculos. Incluye una serie de consejos para vivir una vida plena y floreciente. Da a sus alumnos confianza y coraje para defenderse a sí mismos y para perseguir sus sueños. Les indica sobre la importancia de respirar correctamente, de mantener buena postura, aseo y vestir bien, como levantarse por la mañana y como dormir, bañarse, estirarse y relajarse, como masticar los alimentos apropiadamente, y sobre las virtudes de tomar “baños de música” y desarrollar buenos hábitos mentales, sobre la perseverancia y como evitar los dolores musculares. Las ocho páginas de su Lección 2 son sobre la adecuada nutrición, y la Lección 12 es sobre como adquirir “magnetismo físico”, donde dice: “Yo quiero que usted descarte todo hábito que usted sabe le es perjudicial a la salud, así como costumbre que no fomenta la mejor condición física.” Y al final de cada lección firma con una frase como: «“Suyo para un Desarrollo Perfecto”, “De Ud. para la Perfección del Hombre”, “Suyo para un CUERPO SALUDABLE y FUERTE”, “Suyo para SALUD y FUERZA”, “Su sincero amigo e instructor”, Charles Atlas.»
“Todo lo que quiero hacer es construir una raza perfecta, un país de perfectas obras maestras humanas.” Así decía Charles Atlas.
Charles Atlas recobró la visión de Locke, Franklin y Jefferson – de la que escribí en mi entrega anterior «EL EJERCICIO FÍSICO: VIRTUD NACIONAL NORTEAMERICANA» y que resume la frase de Juvenal “mens sana in corpore sano”, que Locke parafraseó el escribir que “una mente sana en un cuerpo sano es, en pocas palabras, una descripción completa de un estado feliz en este mundo”.
La historia de Charles Atlas sirvió de inspiración para la creación de varios personajes de ficción. Uno de estos fue Doc Savage, el personaje creado por Lester Dent en 1932, quien firmaba sus novelas como Kenneth Robeson y describe a Savage como “una maravilla mental. Bueno, también es una maravilla muscular. Tiene un cuerpo tan asombroso como su cerebro. Su fuerza y agilidad son increíbles. Para Doc Savage es cosa de niños retorcer herraduras, doblar monedas de medio Dollar entre sus dedos, y partir una guía de teléfonos de Nueva York en dos.” Doc Savage se ejercita usando el método Atlas: “Cuando había terminado con sus labores, Doc buscaba un lugar apartado para ejercitarse. Nunca omitía la rutina diaria de dos horas, aunque hubiese estado ocupado por muchas horas previamente. Sus ejercicios musculares eran similares a movimientos gimnásticos ordinarios, pero infinitamente más duros, más violentos. Los hacía sin aparatos. Por ejemplo, hacía que ciertos músculos trataran de levantar su brazo, mientras con otros trataba de bajarlo. De esa manera desarrollaba, no sólo su tejido muscular, sino que también su control sobre cada músculo individual. Cada parte de su extraordinario cuerpo bronceado era ejercitado de esta manera.” Otro personaje que se basó en su historia es el de Steve Rogers, el Capitán América, creado por Joe Simon y Jack Kirby en 1941.
Hoy millones de personas hacen ejercicio para estar en forma. Los clubes deportivos proliferan por todos lados. Y todo empezó con Charles Atlas. El interés por hacer ejercicio para ponerse en forma se inició con Charles Atlas. Sin él no habría habido tal cosa. Y, sin duda, junto con Charles Roman, desencadenaron el fenómeno que vemos hoy. Yo también fui parte de ese fenómeno. Lo recuerdo como si fuera ayer, cuando pedí a mi papá que me regalara el curso de Charles Atlas para mis quince años. ¡Y así lo hizo! Con ese sistema empecé a desarrollar mis músculos y fuerza, que me sirvieron para ganar cuatro veces el campeonato Mundial WBDL de levantamiento de pesas en la modalidad de potencia.
Bueno, ahora que empezamos un nuevo año, ¿quieres también ser este hombre nuevo?