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El rostro de la Juventud en Guatemala

Hellen Mena
26 de agosto, 2020

La diferencia entre la juventud y la vejez está en el cumplimiento de sueños y metas, en la esencia de todo ser humano está el tener sueños y luchar por ellos. 

Hay miles de palabras que describen a la juventud, ya que ciertamente es algo heterogéneo, mucho más complejo que solamente un grupo de personas entre los 13 y 30 años de edad. Desde mi punto de vista la juventud es la etapa de la vida en donde tomamos conciencia de que nuestros sueños, a través de acciones, pueden moldear, cambiar o impactar el mundo de alguna manera.

Por esta razón, considero que todos somos jóvenes en diferentes edades, algunos dejan de serlo antes de los 30 años y otros nunca dejan de serlo, ya que no dejan de luchar por sus sueños.

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Oficialmente Guatemala reconoce como jóvenes a las personas comprendidas entre los 13 y 30 años de edad, quienes según el censo de 2018 ascendía a 5,059,891 de personas.

Hay quienes encasillan a la juventud actual como una generación no comprometida con su presente, percepción que considero sesgada, ya que es adultocéntrica, debido a que no toma en cuenta la opinión de la mitad de la población del país, que tiene menos de 22 años, ni a los jóvenes que están en los movimientos políticos, mucho menos a los jóvenes que representamos la mayor fuerza laboral y productiva del país.

La lectura del país desde los jóvenes es muy distante a las que comúnmente se ven y escuchan en la mayoría de círculos políticos, económicos y sociales, ya que nuestro país se basa en estructuras sociales muy jerarquizadas y dónde para ser actores y tomar decisiones hay que pagar derecho de piso. Justamente, cambiar la realidad de la juventud, y, por tanto, del país, radica en tomar a los jóvenes como actores que deciden sobre su propia realidad, esta idea no es ninguna novedad, pero aún no se logra poner en práctica, ya que la mayoría de políticas, programas o proyectos que afectan a los jóvenes no son formulados, asesorados, supervisados o al menos acompañados por jóvenes.

Los jóvenes seguimos siendo sujetos a imposiciones que inhiben nuestra capacidad transformadora, solo nos muestran como parte de las estadísticas, sin presentar acciones que conlleven a un compromiso social, por ello, es momento de empezar a generar espacios amigables para que los jóvenes seamos los actores en la transformación social, y que las oportunidades vengan elaboradas por y para nosotros.

Tanto la sociedad como el Estado deben asumir su responsabilidad en el empoderamiento de la juventud, brindándonos herramientas con el fin de permitirnos un desarrollo integral, creando así una nueva generación comprometida social y políticamente, consientes que Guatemala puede tener sueños en conjunto y un mejor futuro. 

Estar conectados a un click de distancia es hoy nuestra ventaja competitiva, nosotros podemos lograr todo lo que nos propongamos, sin olvidar que somos la generación del cambio y tenemos el mundo a nuestros pies, esta columna va dedicada a todos esos jóvenes que día con día se levantan llenos de sueños, los que cada mañana van a sus lugares de trabajo y por las noches continúan sus estudios para brindarles mejores oportunidades a los que no tuvieron las mismas condiciones. 

En el marco del día de la juventud, quiero recordarles que no existe nada imposible y tenemos una responsabilidad no solamente con nosotros mismos, también con nuestro país, ya que nuestros sueños y deseos son necesarios para engrandecer Guatemala.   

Hellen Mena 

Internacionalista y comunicadora

El rostro de la Juventud en Guatemala

Hellen Mena
26 de agosto, 2020

La diferencia entre la juventud y la vejez está en el cumplimiento de sueños y metas, en la esencia de todo ser humano está el tener sueños y luchar por ellos. 

Hay miles de palabras que describen a la juventud, ya que ciertamente es algo heterogéneo, mucho más complejo que solamente un grupo de personas entre los 13 y 30 años de edad. Desde mi punto de vista la juventud es la etapa de la vida en donde tomamos conciencia de que nuestros sueños, a través de acciones, pueden moldear, cambiar o impactar el mundo de alguna manera.

Por esta razón, considero que todos somos jóvenes en diferentes edades, algunos dejan de serlo antes de los 30 años y otros nunca dejan de serlo, ya que no dejan de luchar por sus sueños.

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Oficialmente Guatemala reconoce como jóvenes a las personas comprendidas entre los 13 y 30 años de edad, quienes según el censo de 2018 ascendía a 5,059,891 de personas.

Hay quienes encasillan a la juventud actual como una generación no comprometida con su presente, percepción que considero sesgada, ya que es adultocéntrica, debido a que no toma en cuenta la opinión de la mitad de la población del país, que tiene menos de 22 años, ni a los jóvenes que están en los movimientos políticos, mucho menos a los jóvenes que representamos la mayor fuerza laboral y productiva del país.

La lectura del país desde los jóvenes es muy distante a las que comúnmente se ven y escuchan en la mayoría de círculos políticos, económicos y sociales, ya que nuestro país se basa en estructuras sociales muy jerarquizadas y dónde para ser actores y tomar decisiones hay que pagar derecho de piso. Justamente, cambiar la realidad de la juventud, y, por tanto, del país, radica en tomar a los jóvenes como actores que deciden sobre su propia realidad, esta idea no es ninguna novedad, pero aún no se logra poner en práctica, ya que la mayoría de políticas, programas o proyectos que afectan a los jóvenes no son formulados, asesorados, supervisados o al menos acompañados por jóvenes.

Los jóvenes seguimos siendo sujetos a imposiciones que inhiben nuestra capacidad transformadora, solo nos muestran como parte de las estadísticas, sin presentar acciones que conlleven a un compromiso social, por ello, es momento de empezar a generar espacios amigables para que los jóvenes seamos los actores en la transformación social, y que las oportunidades vengan elaboradas por y para nosotros.

Tanto la sociedad como el Estado deben asumir su responsabilidad en el empoderamiento de la juventud, brindándonos herramientas con el fin de permitirnos un desarrollo integral, creando así una nueva generación comprometida social y políticamente, consientes que Guatemala puede tener sueños en conjunto y un mejor futuro. 

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En el marco del día de la juventud, quiero recordarles que no existe nada imposible y tenemos una responsabilidad no solamente con nosotros mismos, también con nuestro país, ya que nuestros sueños y deseos son necesarios para engrandecer Guatemala.   

Hellen Mena 

Internacionalista y comunicadora

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