Es difícil mantenerse en calma y con la dignidad intacta cuando alguien más está diciéndonos las verdades en nuestra cara. Las expresiones faciales delatan ese sentimiento aunque se sea experto en poner “cara de pocker”. Esos pequeños gestos como torcer el labio inferior, ver hacia otro lado o levantar levemente una ceja, delatan el verdadero sentimiento.
Esto fue lo que vimos durante el Discurso a la Nación que dio el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “En guerra avisada no hay muertos”, reza el popular refrán. Los demócratas ya sabían que recibirían una buena “chamarreada”, cual chamusca de fut entre un equipo profesional y el de la cuadra.
Las demócratas llegaron vestidas de blanco para apoyar apoyar la consecución de la igualdad de las mujeres en el país, según reportó notimerica.com. ¿Consiguieron avanzar en ese plan? Definitivamente no. Como suele suceder, estas actitudes buscan llamar la atención de los medios de comunicación y así lograr esa tan deseada mediatización. Por otro lado, lo único válidao es la iigualdad ante la ley.
Otra actitud de berrinche fue la que mostraron todos los demócratas con sus gestos de desagrado a medida que escuchaban los logros del Presidente Trump. Esos datos son públicos. En Estados Unidos es sencillo encontrarlos en las páginas web de los cientos de agencias estatales y federales. El desagrado era tan manifiesto que las miradas eran hacia abajo, hacia arriba, hacia los lados, pero nunca hacia el Presidente. Me parece un gran berrinche como el que hace un niño cuando le quitan su juguete favorito a consecuencia de haber cometido una mala acción.
Igual sucede con los demócratas y con los chairos a nivel mundial. Son incapaces de “presumir” sobre sus logros pues carecen de ellos. Se limitan a insultar, destruir, atacar y cualquier otra artimaña que los haga “brillar”.
El Presidente Trump no le estrechó la mano a la dirigente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Es una represalia después de ese juicio basado en mentiras. El objetivo era destruirlo y, para lograrlo, recurrió a las estrategias comúnmente utilizadas por los chairos: violar la ley, hacer trampa, prohibirle que se defiendiera como sucede en cualquier proceso que se precie de ser justo. Mi opinión respecto a la actitud del Presidente Trump es que no debió hacerlo. Se bajó al nivel de ella. La elegancia, el respeto y la caballerosidad se deben mantener. Además, como reza otro refrán, “no discutas con un idiota porque te ganará por experiencia”. El berrinche del Presidente tuvo su consecuencia.
¡Nancy Pelosi es la campeona de todos los berrinches! Efectivamente, ganó por experiencia. Romper el discurso del Presidente es una actitud tan baja que hasta está regulado por ley. Ahora tendrá que pagar $40,000 por haber destruído propiedad del gobierno. ¿Qué tal? Ella, con la arrogancia que la caracteriza, dijo que con gusto lo pagará.
¿Y los chairos chapines? Seguramente estarán celebrando la actitud de Pelosi. Las feministas estarán felices porque las congresistas demócratas las “apoyaron” en su lucha. Ya se habrán inventado nuevos insultos y adjetivos calificativos para el Presidente Trump, enriqueciendo así su ya vulgar y detestable vocabulario.
¿Lograron algo los chairos demócratas, excepto la admiración de sus seguidores? ¡No! Las congresistas tuvieron “su momento bajo el sol”. Las feministas estarán felices por el apoyo recibido pues su incapacidad intelectual evita que puedan ver que ese momento lo único que hizo fue eso, darles su momento de brillar. Su limitada visión les impide darse cuenta que eso era lo que buscaban. Ahora son “famosas”.
El mundo no cambió con esos berrinches. Nadie está mejor que antes como consecuencia de ello. Excepto egos hinchados, todo sigue igual.
Es difícil mantenerse en calma y con la dignidad intacta cuando alguien más está diciéndonos las verdades en nuestra cara. Las expresiones faciales delatan ese sentimiento aunque se sea experto en poner “cara de pocker”. Esos pequeños gestos como torcer el labio inferior, ver hacia otro lado o levantar levemente una ceja, delatan el verdadero sentimiento.
Esto fue lo que vimos durante el Discurso a la Nación que dio el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “En guerra avisada no hay muertos”, reza el popular refrán. Los demócratas ya sabían que recibirían una buena “chamarreada”, cual chamusca de fut entre un equipo profesional y el de la cuadra.
Las demócratas llegaron vestidas de blanco para apoyar apoyar la consecución de la igualdad de las mujeres en el país, según reportó notimerica.com. ¿Consiguieron avanzar en ese plan? Definitivamente no. Como suele suceder, estas actitudes buscan llamar la atención de los medios de comunicación y así lograr esa tan deseada mediatización. Por otro lado, lo único válidao es la iigualdad ante la ley.
Otra actitud de berrinche fue la que mostraron todos los demócratas con sus gestos de desagrado a medida que escuchaban los logros del Presidente Trump. Esos datos son públicos. En Estados Unidos es sencillo encontrarlos en las páginas web de los cientos de agencias estatales y federales. El desagrado era tan manifiesto que las miradas eran hacia abajo, hacia arriba, hacia los lados, pero nunca hacia el Presidente. Me parece un gran berrinche como el que hace un niño cuando le quitan su juguete favorito a consecuencia de haber cometido una mala acción.
Igual sucede con los demócratas y con los chairos a nivel mundial. Son incapaces de “presumir” sobre sus logros pues carecen de ellos. Se limitan a insultar, destruir, atacar y cualquier otra artimaña que los haga “brillar”.
El Presidente Trump no le estrechó la mano a la dirigente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Es una represalia después de ese juicio basado en mentiras. El objetivo era destruirlo y, para lograrlo, recurrió a las estrategias comúnmente utilizadas por los chairos: violar la ley, hacer trampa, prohibirle que se defiendiera como sucede en cualquier proceso que se precie de ser justo. Mi opinión respecto a la actitud del Presidente Trump es que no debió hacerlo. Se bajó al nivel de ella. La elegancia, el respeto y la caballerosidad se deben mantener. Además, como reza otro refrán, “no discutas con un idiota porque te ganará por experiencia”. El berrinche del Presidente tuvo su consecuencia.
¡Nancy Pelosi es la campeona de todos los berrinches! Efectivamente, ganó por experiencia. Romper el discurso del Presidente es una actitud tan baja que hasta está regulado por ley. Ahora tendrá que pagar $40,000 por haber destruído propiedad del gobierno. ¿Qué tal? Ella, con la arrogancia que la caracteriza, dijo que con gusto lo pagará.
¿Y los chairos chapines? Seguramente estarán celebrando la actitud de Pelosi. Las feministas estarán felices porque las congresistas demócratas las “apoyaron” en su lucha. Ya se habrán inventado nuevos insultos y adjetivos calificativos para el Presidente Trump, enriqueciendo así su ya vulgar y detestable vocabulario.
¿Lograron algo los chairos demócratas, excepto la admiración de sus seguidores? ¡No! Las congresistas tuvieron “su momento bajo el sol”. Las feministas estarán felices por el apoyo recibido pues su incapacidad intelectual evita que puedan ver que ese momento lo único que hizo fue eso, darles su momento de brillar. Su limitada visión les impide darse cuenta que eso era lo que buscaban. Ahora son “famosas”.
El mundo no cambió con esos berrinches. Nadie está mejor que antes como consecuencia de ello. Excepto egos hinchados, todo sigue igual.