«Es un error capital teorizar antes de disponer de todos los elementos de juicio. Insensiblemente uno empieza a retorcer los hechos para que se ajusten a las teorías, en lugar de que las teorías se ajusten a los hechos.» Le dijo Sherlock Holmes en Un Escándalo en Bohemia al doctor Watson.
Este consejo de Holmes mantiene su vigencia siempre. Especialmente ahora entre los que comen ansias y quisieran que en realidad Biden fuera el ganador de las elecciones para presidente de los Estados Unidos de América. Los medios ABC, CBS, NBC y CNN, que durante estos cuatro años pasados han atacado a Trump, que han tergiversado cuanto dice, y que lo han silenciado, se apresuraron a declarar ganador a Biden, antes que la ley norteamericana lo haga. Algún analista político de CNN, con evidente cursilería, lloró frente a las cámaras por la “victoria de BIden”.
Los medios ABC, CBS y NBC, traicionando su función de informar, y continuando con su actividad política en contra del mandatario de los Estados Unidos de América, interrumpieron el discurso del presidente Donald Trump por disentir de sus opiniones. Quieren transformarse en jueces de lo que otros dicen y se arrogan el “derecho” de censurar a quienes ellos deseen. Pretenden crear un discurso de la realidad, conforme a sus anhelos, que de hecho no retrata el estado de cosas. ¿Qué le hace eso a la confiabilidad de esos medios? Parece que empezamos a ver a algunos perdedores en esta contienda.
Los simpatizantes demócratas, que antes criticaban a los de Trump por las reuniones políticas y que urgían a la gente a quedarse en casa, que sostuvieron que el voto por correo era necesario para evitar contagios del Corona virus, abarrotaron las calles, olvidando toda precaución, para celebrar la “victoria de Biden”.
¿Quién necesita Netflix, si la novela de la vida real es insuperablemente más interesante?
Lo cierto es que aún no hay ganador.
El colegio electoral será quien diga la última palabra. Y esto no será sino hasta en enero. Y los miembros del colegio electoral son independientes, lo que quiere decir, que no están obligados a votar por éste o aquel candidato. El asunto quedara a su total discreción. Y de aquí a enero, pueden pasar muchas cosas.
Una de las cosas que tienen que pasar es la dilucidación de las acusaciones de los republicanos de que hubo fraude. Argumenta éstos que en Wisconsin hubo poco más de 100,000 votos más que empadronados para votar. Eso hay que aclararlo.
También argumentan que en Nueva York votaron los muertos. Eso hay que elucidarlo también.
Algo que todos pudimos ver, es que, en Michigan, en la madrugada empezaron a contar los votos que habían llegado por correo, y casi todos eran para Biden. Estadísticamente esto es improbable, así que habrá que examinar esto también.
Otra queja de los republicanos es que, en Detroit, los votos fueron contados sólo por demócratas y a los observadores republicanos no se les permitió acercarse más que a diez metros de distancia. ¿Qué puede uno observar y verificar a esa distancia? Esto tendrá que resolverse.
Alegan los republicanos que el software de la compañía Dominion – de la que el Jefe del Equipo de Nancy Pelosi es ejecutivo y el esposo de la senadora demócrata, Dianne Feinstein, es accionista – se usó en las computadoras para perpetrar el fraude, ya que éste cambió los votos de Trump por votos de Biden. Esto tendrá que clarificarse.
Los republicanos tendrán que presentar sus pruebas, de éstas y más acusaciones, que será admitidas o desestimadas. Así que los juzgados tendrán mucho que decir de aquí a enero.
En caso de que haya habido fraude electoral, no es a Trump a quien le han hecho trampa, sino el robo de las elecciones es a los norteamericanos que votaron por él. Por eso mismo se hace necesario una revisión para despejar toda posible duda. Es importante para los demócratas también, que se aclare esta situación. Así, si ganan será limpiamente y sin dejar lugar a dudas. De lo contrario pareciera que tratan de salirse con la suya por medio de trampas.
¿Pero, a parte de las irregularidades observadas en las elecciones, por qué abríase de sospechar de los demócratas? ¿Acaso no son honestos y gente correcta?
Bueno, desde que Trump asumió la presidencia, los demócratas han estado empecinados en sacarlo de la Casa Blanca a como de lugar. Y se han valido de cuanta trampa han podido, inventando un caso totalmente falso. ¿Se han detenido por un momento, a considerar si eso era correcto o no? No, ellos consideran correcto el alcanzar sus fines sin importar los medios. Y ese carácter que han exhibido es suficiente razón para sospechar que en las elecciones hayan tratado de hacer lo mismo: sacar a Trump a toda costa.
Lo cierto es que aún no hay un ganador, y que habrá que esperar hasta enero para saber quién será el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
«Es un error capital teorizar antes de disponer de todos los elementos de juicio. Insensiblemente uno empieza a retorcer los hechos para que se ajusten a las teorías, en lugar de que las teorías se ajusten a los hechos.» Le dijo Sherlock Holmes en Un Escándalo en Bohemia al doctor Watson.
Este consejo de Holmes mantiene su vigencia siempre. Especialmente ahora entre los que comen ansias y quisieran que en realidad Biden fuera el ganador de las elecciones para presidente de los Estados Unidos de América. Los medios ABC, CBS, NBC y CNN, que durante estos cuatro años pasados han atacado a Trump, que han tergiversado cuanto dice, y que lo han silenciado, se apresuraron a declarar ganador a Biden, antes que la ley norteamericana lo haga. Algún analista político de CNN, con evidente cursilería, lloró frente a las cámaras por la “victoria de BIden”.
Los medios ABC, CBS y NBC, traicionando su función de informar, y continuando con su actividad política en contra del mandatario de los Estados Unidos de América, interrumpieron el discurso del presidente Donald Trump por disentir de sus opiniones. Quieren transformarse en jueces de lo que otros dicen y se arrogan el “derecho” de censurar a quienes ellos deseen. Pretenden crear un discurso de la realidad, conforme a sus anhelos, que de hecho no retrata el estado de cosas. ¿Qué le hace eso a la confiabilidad de esos medios? Parece que empezamos a ver a algunos perdedores en esta contienda.
Los simpatizantes demócratas, que antes criticaban a los de Trump por las reuniones políticas y que urgían a la gente a quedarse en casa, que sostuvieron que el voto por correo era necesario para evitar contagios del Corona virus, abarrotaron las calles, olvidando toda precaución, para celebrar la “victoria de Biden”.
¿Quién necesita Netflix, si la novela de la vida real es insuperablemente más interesante?
Lo cierto es que aún no hay ganador.
El colegio electoral será quien diga la última palabra. Y esto no será sino hasta en enero. Y los miembros del colegio electoral son independientes, lo que quiere decir, que no están obligados a votar por éste o aquel candidato. El asunto quedara a su total discreción. Y de aquí a enero, pueden pasar muchas cosas.
Una de las cosas que tienen que pasar es la dilucidación de las acusaciones de los republicanos de que hubo fraude. Argumenta éstos que en Wisconsin hubo poco más de 100,000 votos más que empadronados para votar. Eso hay que aclararlo.
También argumentan que en Nueva York votaron los muertos. Eso hay que elucidarlo también.
Algo que todos pudimos ver, es que, en Michigan, en la madrugada empezaron a contar los votos que habían llegado por correo, y casi todos eran para Biden. Estadísticamente esto es improbable, así que habrá que examinar esto también.
Otra queja de los republicanos es que, en Detroit, los votos fueron contados sólo por demócratas y a los observadores republicanos no se les permitió acercarse más que a diez metros de distancia. ¿Qué puede uno observar y verificar a esa distancia? Esto tendrá que resolverse.
Alegan los republicanos que el software de la compañía Dominion – de la que el Jefe del Equipo de Nancy Pelosi es ejecutivo y el esposo de la senadora demócrata, Dianne Feinstein, es accionista – se usó en las computadoras para perpetrar el fraude, ya que éste cambió los votos de Trump por votos de Biden. Esto tendrá que clarificarse.
Los republicanos tendrán que presentar sus pruebas, de éstas y más acusaciones, que será admitidas o desestimadas. Así que los juzgados tendrán mucho que decir de aquí a enero.
En caso de que haya habido fraude electoral, no es a Trump a quien le han hecho trampa, sino el robo de las elecciones es a los norteamericanos que votaron por él. Por eso mismo se hace necesario una revisión para despejar toda posible duda. Es importante para los demócratas también, que se aclare esta situación. Así, si ganan será limpiamente y sin dejar lugar a dudas. De lo contrario pareciera que tratan de salirse con la suya por medio de trampas.
¿Pero, a parte de las irregularidades observadas en las elecciones, por qué abríase de sospechar de los demócratas? ¿Acaso no son honestos y gente correcta?
Bueno, desde que Trump asumió la presidencia, los demócratas han estado empecinados en sacarlo de la Casa Blanca a como de lugar. Y se han valido de cuanta trampa han podido, inventando un caso totalmente falso. ¿Se han detenido por un momento, a considerar si eso era correcto o no? No, ellos consideran correcto el alcanzar sus fines sin importar los medios. Y ese carácter que han exhibido es suficiente razón para sospechar que en las elecciones hayan tratado de hacer lo mismo: sacar a Trump a toda costa.
Lo cierto es que aún no hay un ganador, y que habrá que esperar hasta enero para saber quién será el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.