Anthony Stark, mejor conocido como Tony Stark, muy bien podría ser uno de los héroes de La Rebelión de Atlas de Ayn Rand. La escritora presenta en su principal novela a su superhombre: el gigante del intelecto y la productividad, de razón y habilidad, hombre de principios y práctico. Sus héroes son ingenieros emprendedores, particularmente hombres de negocios. El prototipo de este carácter se encuentras en el héroe de la novela favorita de Ayn Rand: Kalumet ‘K’, de Merwin-Webster. Charlie Bannon, el héroe de Calumet “K”, es un ingeniero y supervisor de construcción, un líder natural y trabajador compulsivo que resuelve los problemas que se presentan en la obra sin mayor esfuerzo gracias a su ingenio e inventiva. Rand utiliza este tipo como modelo para crear sus propios héroes: hombres de negocios juiciosos, ingeniosos, creativos, íntegros y competentes.
Los lectores de hoy no se imaginan lo radical que fue hacer del hombre de negocios un héroe en 1957. Cuando Rand escribió La Rebelión de Atlas, las palabras emprendedor, empresario y hombre de negocios eran consideradas casi malas palabras. Generalmente el hombre de negocios y/o de ciencia, era el villano de las obras literarias. Compárese con los villanos de Ian Fleming: Mr. White en Casino Royale, de 1951; Dr. Kananga en Live and Let Die, de 1952; Hugo Drax en Moonraker, de 1953; Ernst Stavro Blofeld en Diamonds are Forever, de 1954; Doctor No en Dr. No, de 1956; Auric Goldfinger en Goldfinger, de 1957; Kristatos en Risico, de 1957; Dominic Greene de Quantum of Solace, de 1958; Milton Crest en The Hildebrand Rarity, de 1958; Max Zorin en A View to a Kill, de 1958; Aris Kristatos en For your Eyes Only, de 1958; Ernst Stavro Blofeld en On Her Majesty´s Secret Service, de 1962; y Ernst Stavro Blofeld en You Only Live Twice, de 1962. No es sino hasta en 1963, en que Stan Lee, quien al igual que Steve Ditko, admiraba mucho a Rand, crea un superhéroe que es un genial ingeniero emprendedor: Tony Stark.
Stan Lee había estado jugando con la idea de un superhéroe empresario. Al igual que los de Rand, quería que fuera la quintaesencia del capitalismo, un personaje que desafiara al espíritu de la época:
“Creo que me puse un reto. Era la cúspide de la Guerra Fría. Los lectores, los jóvenes lectores, si había algo que odiaban, era la guerra, era lo militar… Así que hice un héroe que representaba eso cien por ciento. ÉL era un fabricante de armas, él proveía armas al ejército, él era rico, él era un industrial…Pensé que sería divertido tomar el tipo de personaje que a nadie gustaría, que a ninguno de nuestros lectores gustaría, y metérselos por la garganta y hacer que les gustara…Y se volvió muy popular.”
[Stan Lee.]
Lee creó su personaje como una síntesis basado en Leonardo Da Vinci y en uno de los más interesantes hombres de su época: el inventor, aventurero, multibillonario Howard Hughes y logró presentar al mundo al primer superhéroe capitalista. Físicamente, Tony es una réplica de Howard, y al igual que éste, es mujeriego, aventurero, genial, ingeniero y empresario multibillonario. Como Leonardo es un genial inventor de armas y autómatas.
Además del personaje, ese egoísta racional, creado como hombre de negocios juicioso, ingenioso, creativo, íntegro y competente, la influencia de Rand se ve también en la tipología de villanos contra los que lucha Stark: Primero, los místicos Jihadistas Islámicos, que usan los logros de la razón, robados o comprados al mundo occidental, para alcanzar sus objetivos irracionales de destruir al mundo occidental. Al secuestrar a Tony e intentar obligarlo a que diseñe un arma para ellos, provocan el nacimiento de Iron Man –tanto a la armadura como a un Tony que descubre que sus inventos están siendo utilizados para el mal.
Segundo, el gorrón, Obadiah Stane, ejecutivo de Stark Enterprises, que pretende servir las necesidades de la Junta Directiva por sobre los intereses egoístas de Tony, pero que en realidad sirve a los suyos propios. Habiendo fallado en su intento de asesinar a Tony, trata de sacarlo de la empresa y destruirlo con otra armadura elaborada por el equipo de ingenieros de Stark Enterprises. Pero como ninguno posee la genialidad de Tony, son incapaces de crear el reactor miniaturizado que provee de energía al traje. Por eso le roba a Tony el suyo. Stane trata de justificar su atraco apelando a motivos altruistas, propios de esa moralidad invertida: « ¿Crees que sólo porque tienes una idea, esta te pertenece a ti? Tu padre ayudó a darnos la bomba atómica. ¿Ahora, qué tipo de mundo habría si él fuese tan egoísta como tú?»
Tercero el saqueador, Senador Stern, quien con la excusa altruista de que los intereses de la sociedad son prioritarios y los del individuo secundarios, trata de apropiarse de la armadura de Stark en beneficio de la colectividad. Al defender su propiedad, que el Senador Stern pretende “nacionalizar”, Tony dice: « ¿Quieren mi propiedad? No pueden tenerla. Pero yo les hice un gran favor. Exitosamente privatice la paz mundial. Entregar el traje de Iron Man sería entregarme a mí mismo, lo que equivaldría a una vil servidumbre.»
Cuarto, el hombre de segunda mano, Justin Hammer, un mercantilista productor y vendedor de armas, que trata de competir contra la superior tecnología de Stark, por medio de charlatanería y el engaño. Hammer envidia el éxito de Tony y reclutando la ayuda del sociópata Iván Vanko, pretende destruirlo y así obtener la fama y prestigio de Stark sin habérselo ganado.
Quinto, el nihilista, el Mandarín, quien, debido a un tratamiento injusto, desea vengarse. A pesar de ser brillante, es incapaz de distinguir entre lo bueno y lo malo, ni de comprender que puede conocer la diferencia del mismo modo que entiende la biotécnica de sus armas: usando la razón.
Ahora la pregunta importante, ¿cuál es la brújula moral de Tony Stark? ¿Cuál es el código ético que le sirve de guía para determinar sus valores y acciones? La vida de Tony está llena de controversias morales, así que ¿cómo resuelve él estas disputas?
¿Es Tony utilitarista? El Utilitarismo se ocupa de las consecuencias de las acciones. Es la doctrina de Jeremy Bentham (1748 – 1832) y John Stuart Mill (1806 – 1873), quienes sostienen que toda persona busca su felicidad y que ésta se consigue al maximizar el placer y minimizar el dolor. Así, el principio de utilidad busca conseguir la mayor cantidad de felicidad para el mayor número de personas. El Utilitarismo sostiene que ninguno es más importante que otro. Entonces, si el mayor bien se obtiene sacrificando la felicidad de tu hijo, esto sería trágico, pero uno no podría protestar que es injusto en base que tu hijo es más importante para ti que los demás.
Es obvio que el principio utilitarista de la “mayor cantidad de felicidad para el mayor número de personas”, y el sacrificio de inocentes que esto permite resulta moralmente inaceptable para Tony. En la novela gráfica “Armor Wars”, Tony en el intento de recuperar la tecnología que le fue robada, se siente perturbado por la posibilidad de que muera un solo inocente en el proceso –un proceso que puede potencialmente salvar muchas vidas. La misma idea le aflige en “Civil War”. Luego podemos concluir que Tony no es un utilitarista.
¿Es Tony deontológico? La palabra deontología viene del griego ‘deon ontos’ y significa obligaciones vinculadas a deberes. El principal exponente de la Deontología es el filósofo Immanuel Kant (1724 – 1804), quien sostuvo que si usábamos nuestra razón pura en forma adecuada, llegaríamos todos a la misma regla básica moral que él llamó el imperativo categórico. Esta regla nos indica que es nuestro deber hacer acciones que racionalmente querríamos que todos hiciéramos y también es nuestro deber tratar a las otras personas como fines en sí mismos y no como medios para nuestros fines. A diferencia del Utilitarismo, la Deontología no se enfoca en las consecuencias de las acciones sino en los motivos de las mismas. De tal modo, dice Kant, que es nuestro deber atender nuestra salud y bienestar para mantenernos con vida, pero si lo hacemos porque deseamos vivir, aunque actuamos de acuerdo al deber, no lo hacemos por el deber. Por tanto esa acción no sería moral, pues seguiría un imperativo hipotético atendiendo a nuestro interés egoísta de vivir. Sólo si uno ya no desea vivir, por serle la vida un intolerable sufrimiento, y aun así actuamos para mantenernos con vida por ser esto nuestro deber, es que la acción es moral.
Es obvio también, que Tony no actúa siguiendo un imperativo categórico sino que persiguiendo su mejor interés, como cuando lucha con el Mandarín para salvar a Pepper, quien es un valor para él. Y disintiendo con Kant, quien considera que no hay que mentir bajo ninguna circunstancia, ni aun a un malhechor que busca dañar a alguien, Tony no falsea el carácter del malhechor considerándolo una persona digna y por lo tanto no colabora con él.
¿Entonces, cuál es la brújula moral de Tony? Veamos sus acciones. Tony actúa para conseguir y/o conservar aquellos valores que fomentan y enriquecen su vida. Es lo que Rand llama virtud. Como podemos observar en todas las novelas gráficas y películas, Tony claramente es superlativamente productivo y creativo. Practica la virtud Objetivista de la Productividad, que consiste en aplicar la racionalidad a la adaptación de la naturaleza para uso humano, creando bienes demandados, valores materiales, ya sean bienes o servicios, como medio para florecer por cooperación social bajo el signo de la división del trabajo e intercambio de bienes y servicios. Si no produce bienes primero, no tiene nada que intercambiar. Tony sabe que la riqueza es producto de la mente.
También vemos que considera su razón, como instrumento para identificar la realidad, para conocer, para evaluar lo identificado y para regular su acción, como un valor y el medio para resolver todos sus problemas. Es decir practica la virtud Objetivista de la Racionalidad. No finge que la realidad es diferente de como es, que es la virtud Objetivista de la Honestidad. Juzga y trata a las personas según su mérito, protegiendo a inocentes y castigando a culpables, es decir, practica la virtud Objetivista de la Justicia.
Parte importante de la saga de Tony es la resolución de sus conflictos internos, provocados por la sensación de culpa por las consecuencias indeseadas y no previstas de sus acciones –el mal uso de su tecnología por Stane, Ultron, etc. En la novela gráfica “Extremis”, Tony se pregunta si Iron Man es sólo otra arma o es la promesa de un mundo sin guerras. Cuando su secretaria, la señorita Rennie, lo llama a su garaje, donde ha estado recluido trabajando por seis semanas, para recordarle una cita, Tony se ve al espejo y dice a su reflexión: «Odio cuando me miras de esa manera.» Este comentario muestra el conflicto interno que lo atormenta como diseñador de armas.
Tony relaciona al agente con sus actos y sus consecuencias, enfocándose en el agente moral. Se esfuerza en corregir el daño provocado, en ser una mejor persona. No tolera ser menos que moralmente perfecto. Sus novelas y películas se tratan de como lucha por ser la persona que sabe debe ser. Practica la virtud Objetivista del Orgullo que es el reconocimiento de que él es su mayor valor y que como todo valor, debe ser ganado; que de todos los logros alcanzables, el que hace posible todos los demás es la creación de su propio carácter. Sabe que ha de ganarse el derecho de considerarse a sí mismo como el valor máximo al alcanzar la perfección moral. Podemos concluir entonces que la brújula moral de Tony Stark es la ética Objetivista de Rand.
Tony considera al final en “Extremis” que Iron Man es la solución a sus conflictos internos. Tony quiere ser una buena persona, pero es Iron Man el que hace buenas acciones. Sí él puede ser Iron Man, piensa que él puede ser una buena persona y hacer buenas acciones. Así cuando Maya Hansen en “Extremis” esta por unirlo a él con la armadura, Tony ve su reflejo en una pantalla de computadora y exclama: « ¡Ah, ahora puedes verme!» El mismo simbolismo lo vemos en la saga fílmica cuando al final Tony exclama: « Yo soy Iron Man».
Anthony Stark, mejor conocido como Tony Stark, muy bien podría ser uno de los héroes de La Rebelión de Atlas de Ayn Rand. La escritora presenta en su principal novela a su superhombre: el gigante del intelecto y la productividad, de razón y habilidad, hombre de principios y práctico. Sus héroes son ingenieros emprendedores, particularmente hombres de negocios. El prototipo de este carácter se encuentras en el héroe de la novela favorita de Ayn Rand: Kalumet ‘K’, de Merwin-Webster. Charlie Bannon, el héroe de Calumet “K”, es un ingeniero y supervisor de construcción, un líder natural y trabajador compulsivo que resuelve los problemas que se presentan en la obra sin mayor esfuerzo gracias a su ingenio e inventiva. Rand utiliza este tipo como modelo para crear sus propios héroes: hombres de negocios juiciosos, ingeniosos, creativos, íntegros y competentes.
Los lectores de hoy no se imaginan lo radical que fue hacer del hombre de negocios un héroe en 1957. Cuando Rand escribió La Rebelión de Atlas, las palabras emprendedor, empresario y hombre de negocios eran consideradas casi malas palabras. Generalmente el hombre de negocios y/o de ciencia, era el villano de las obras literarias. Compárese con los villanos de Ian Fleming: Mr. White en Casino Royale, de 1951; Dr. Kananga en Live and Let Die, de 1952; Hugo Drax en Moonraker, de 1953; Ernst Stavro Blofeld en Diamonds are Forever, de 1954; Doctor No en Dr. No, de 1956; Auric Goldfinger en Goldfinger, de 1957; Kristatos en Risico, de 1957; Dominic Greene de Quantum of Solace, de 1958; Milton Crest en The Hildebrand Rarity, de 1958; Max Zorin en A View to a Kill, de 1958; Aris Kristatos en For your Eyes Only, de 1958; Ernst Stavro Blofeld en On Her Majesty´s Secret Service, de 1962; y Ernst Stavro Blofeld en You Only Live Twice, de 1962. No es sino hasta en 1963, en que Stan Lee, quien al igual que Steve Ditko, admiraba mucho a Rand, crea un superhéroe que es un genial ingeniero emprendedor: Tony Stark.
Stan Lee había estado jugando con la idea de un superhéroe empresario. Al igual que los de Rand, quería que fuera la quintaesencia del capitalismo, un personaje que desafiara al espíritu de la época:
“Creo que me puse un reto. Era la cúspide de la Guerra Fría. Los lectores, los jóvenes lectores, si había algo que odiaban, era la guerra, era lo militar… Así que hice un héroe que representaba eso cien por ciento. ÉL era un fabricante de armas, él proveía armas al ejército, él era rico, él era un industrial…Pensé que sería divertido tomar el tipo de personaje que a nadie gustaría, que a ninguno de nuestros lectores gustaría, y metérselos por la garganta y hacer que les gustara…Y se volvió muy popular.”
[Stan Lee.]
Lee creó su personaje como una síntesis basado en Leonardo Da Vinci y en uno de los más interesantes hombres de su época: el inventor, aventurero, multibillonario Howard Hughes y logró presentar al mundo al primer superhéroe capitalista. Físicamente, Tony es una réplica de Howard, y al igual que éste, es mujeriego, aventurero, genial, ingeniero y empresario multibillonario. Como Leonardo es un genial inventor de armas y autómatas.
Además del personaje, ese egoísta racional, creado como hombre de negocios juicioso, ingenioso, creativo, íntegro y competente, la influencia de Rand se ve también en la tipología de villanos contra los que lucha Stark: Primero, los místicos Jihadistas Islámicos, que usan los logros de la razón, robados o comprados al mundo occidental, para alcanzar sus objetivos irracionales de destruir al mundo occidental. Al secuestrar a Tony e intentar obligarlo a que diseñe un arma para ellos, provocan el nacimiento de Iron Man –tanto a la armadura como a un Tony que descubre que sus inventos están siendo utilizados para el mal.
Segundo, el gorrón, Obadiah Stane, ejecutivo de Stark Enterprises, que pretende servir las necesidades de la Junta Directiva por sobre los intereses egoístas de Tony, pero que en realidad sirve a los suyos propios. Habiendo fallado en su intento de asesinar a Tony, trata de sacarlo de la empresa y destruirlo con otra armadura elaborada por el equipo de ingenieros de Stark Enterprises. Pero como ninguno posee la genialidad de Tony, son incapaces de crear el reactor miniaturizado que provee de energía al traje. Por eso le roba a Tony el suyo. Stane trata de justificar su atraco apelando a motivos altruistas, propios de esa moralidad invertida: « ¿Crees que sólo porque tienes una idea, esta te pertenece a ti? Tu padre ayudó a darnos la bomba atómica. ¿Ahora, qué tipo de mundo habría si él fuese tan egoísta como tú?»
Tercero el saqueador, Senador Stern, quien con la excusa altruista de que los intereses de la sociedad son prioritarios y los del individuo secundarios, trata de apropiarse de la armadura de Stark en beneficio de la colectividad. Al defender su propiedad, que el Senador Stern pretende “nacionalizar”, Tony dice: « ¿Quieren mi propiedad? No pueden tenerla. Pero yo les hice un gran favor. Exitosamente privatice la paz mundial. Entregar el traje de Iron Man sería entregarme a mí mismo, lo que equivaldría a una vil servidumbre.»
Cuarto, el hombre de segunda mano, Justin Hammer, un mercantilista productor y vendedor de armas, que trata de competir contra la superior tecnología de Stark, por medio de charlatanería y el engaño. Hammer envidia el éxito de Tony y reclutando la ayuda del sociópata Iván Vanko, pretende destruirlo y así obtener la fama y prestigio de Stark sin habérselo ganado.
Quinto, el nihilista, el Mandarín, quien, debido a un tratamiento injusto, desea vengarse. A pesar de ser brillante, es incapaz de distinguir entre lo bueno y lo malo, ni de comprender que puede conocer la diferencia del mismo modo que entiende la biotécnica de sus armas: usando la razón.
Ahora la pregunta importante, ¿cuál es la brújula moral de Tony Stark? ¿Cuál es el código ético que le sirve de guía para determinar sus valores y acciones? La vida de Tony está llena de controversias morales, así que ¿cómo resuelve él estas disputas?
¿Es Tony utilitarista? El Utilitarismo se ocupa de las consecuencias de las acciones. Es la doctrina de Jeremy Bentham (1748 – 1832) y John Stuart Mill (1806 – 1873), quienes sostienen que toda persona busca su felicidad y que ésta se consigue al maximizar el placer y minimizar el dolor. Así, el principio de utilidad busca conseguir la mayor cantidad de felicidad para el mayor número de personas. El Utilitarismo sostiene que ninguno es más importante que otro. Entonces, si el mayor bien se obtiene sacrificando la felicidad de tu hijo, esto sería trágico, pero uno no podría protestar que es injusto en base que tu hijo es más importante para ti que los demás.
Es obvio que el principio utilitarista de la “mayor cantidad de felicidad para el mayor número de personas”, y el sacrificio de inocentes que esto permite resulta moralmente inaceptable para Tony. En la novela gráfica “Armor Wars”, Tony en el intento de recuperar la tecnología que le fue robada, se siente perturbado por la posibilidad de que muera un solo inocente en el proceso –un proceso que puede potencialmente salvar muchas vidas. La misma idea le aflige en “Civil War”. Luego podemos concluir que Tony no es un utilitarista.
¿Es Tony deontológico? La palabra deontología viene del griego ‘deon ontos’ y significa obligaciones vinculadas a deberes. El principal exponente de la Deontología es el filósofo Immanuel Kant (1724 – 1804), quien sostuvo que si usábamos nuestra razón pura en forma adecuada, llegaríamos todos a la misma regla básica moral que él llamó el imperativo categórico. Esta regla nos indica que es nuestro deber hacer acciones que racionalmente querríamos que todos hiciéramos y también es nuestro deber tratar a las otras personas como fines en sí mismos y no como medios para nuestros fines. A diferencia del Utilitarismo, la Deontología no se enfoca en las consecuencias de las acciones sino en los motivos de las mismas. De tal modo, dice Kant, que es nuestro deber atender nuestra salud y bienestar para mantenernos con vida, pero si lo hacemos porque deseamos vivir, aunque actuamos de acuerdo al deber, no lo hacemos por el deber. Por tanto esa acción no sería moral, pues seguiría un imperativo hipotético atendiendo a nuestro interés egoísta de vivir. Sólo si uno ya no desea vivir, por serle la vida un intolerable sufrimiento, y aun así actuamos para mantenernos con vida por ser esto nuestro deber, es que la acción es moral.
Es obvio también, que Tony no actúa siguiendo un imperativo categórico sino que persiguiendo su mejor interés, como cuando lucha con el Mandarín para salvar a Pepper, quien es un valor para él. Y disintiendo con Kant, quien considera que no hay que mentir bajo ninguna circunstancia, ni aun a un malhechor que busca dañar a alguien, Tony no falsea el carácter del malhechor considerándolo una persona digna y por lo tanto no colabora con él.
¿Entonces, cuál es la brújula moral de Tony? Veamos sus acciones. Tony actúa para conseguir y/o conservar aquellos valores que fomentan y enriquecen su vida. Es lo que Rand llama virtud. Como podemos observar en todas las novelas gráficas y películas, Tony claramente es superlativamente productivo y creativo. Practica la virtud Objetivista de la Productividad, que consiste en aplicar la racionalidad a la adaptación de la naturaleza para uso humano, creando bienes demandados, valores materiales, ya sean bienes o servicios, como medio para florecer por cooperación social bajo el signo de la división del trabajo e intercambio de bienes y servicios. Si no produce bienes primero, no tiene nada que intercambiar. Tony sabe que la riqueza es producto de la mente.
También vemos que considera su razón, como instrumento para identificar la realidad, para conocer, para evaluar lo identificado y para regular su acción, como un valor y el medio para resolver todos sus problemas. Es decir practica la virtud Objetivista de la Racionalidad. No finge que la realidad es diferente de como es, que es la virtud Objetivista de la Honestidad. Juzga y trata a las personas según su mérito, protegiendo a inocentes y castigando a culpables, es decir, practica la virtud Objetivista de la Justicia.
Parte importante de la saga de Tony es la resolución de sus conflictos internos, provocados por la sensación de culpa por las consecuencias indeseadas y no previstas de sus acciones –el mal uso de su tecnología por Stane, Ultron, etc. En la novela gráfica “Extremis”, Tony se pregunta si Iron Man es sólo otra arma o es la promesa de un mundo sin guerras. Cuando su secretaria, la señorita Rennie, lo llama a su garaje, donde ha estado recluido trabajando por seis semanas, para recordarle una cita, Tony se ve al espejo y dice a su reflexión: «Odio cuando me miras de esa manera.» Este comentario muestra el conflicto interno que lo atormenta como diseñador de armas.
Tony relaciona al agente con sus actos y sus consecuencias, enfocándose en el agente moral. Se esfuerza en corregir el daño provocado, en ser una mejor persona. No tolera ser menos que moralmente perfecto. Sus novelas y películas se tratan de como lucha por ser la persona que sabe debe ser. Practica la virtud Objetivista del Orgullo que es el reconocimiento de que él es su mayor valor y que como todo valor, debe ser ganado; que de todos los logros alcanzables, el que hace posible todos los demás es la creación de su propio carácter. Sabe que ha de ganarse el derecho de considerarse a sí mismo como el valor máximo al alcanzar la perfección moral. Podemos concluir entonces que la brújula moral de Tony Stark es la ética Objetivista de Rand.
Tony considera al final en “Extremis” que Iron Man es la solución a sus conflictos internos. Tony quiere ser una buena persona, pero es Iron Man el que hace buenas acciones. Sí él puede ser Iron Man, piensa que él puede ser una buena persona y hacer buenas acciones. Así cuando Maya Hansen en “Extremis” esta por unirlo a él con la armadura, Tony ve su reflejo en una pantalla de computadora y exclama: « ¡Ah, ahora puedes verme!» El mismo simbolismo lo vemos en la saga fílmica cuando al final Tony exclama: « Yo soy Iron Man».