Sin duda lo ocurrido tras la primera vuelta electoral debe ser subsanado en los comicios presidenciales que se esperan este 11 de agosto, porque no debe quedar en pie ningún tipo de incertidumbre que de espacio a especulaciones.
La segunda vuelta se encuentra en plena campaña y sin duda vemos que sobresalen las campañas negras, y no esperamos más que transparencia y que ambos candidatos se centren en sus ejes de trabajo y su plan como propuesta para la solución de tantos problemas que tenemos en la sociedad.
La responsabilidad recae ahora en el Tribunal Supremo Electoral que tendrá como reto mejorar todo lo que en la primera vuelta dejo dudas, con el fin de establecer un procedimiento limpio y dejando un sabor de legalidad solido que de cómo resultado que quien sea elegido Presidente tenga la solvencia de salir de un proceso limpio y sin dudas de la decisión de la mayoría de los guatemaltecos.
Es una realidad que nos encontramos ante un proceso que se pronostico de ser muy atípico y sin lugar a dudas se cumplieron esos pronósticos, ya ahora esperando el 11 de agosto en donde saldrá quien asumirá la presidencia y vicepresidencia del país por un periodo de cuatro años.
Es por ello que el TSE debe trabajar duro y sin que queden dudas de los resultados obtenidos que tengan que resolver los problemas más complicados y que se den sin ningún contratiempo.
El llamado debe darse a las autoridades a que tengan un plan de contingencia y de crisis capaces de resolver en un plazo corto cualquier inconveniente para no levantar ninguna sospecha de ilegalidad en un proceso a todas luces valido, aunque con algunos aspectos que sin duda podían haberse previsto.
En el contexto de la proximidad de la segunda vuelta, el TSE nos tiene que demostrar a los guatemaltecos que el proceso es limpio y que se respetara la decisión de la mayoría y que sin lugar a dudas seremos testigos de una elección que sea acorde a la democracia que pretendemos para nuestro país.
El TSE debe de limpiar de alguna manera esa percepción que se tiene que incumplió con hacer de esto un proceso democrático exitoso, es por ello que el llamado a es a estar atentos para que no nos dejemos engañar y ser capaces de pedir cuentas al TSE con el fin de que se demuestre un proceso de democrático claro y que se dé con la mayor transparencia posible para que dejen de existir dudas.
No podemos caer en el juego de algunos grupos que lo único que buscan es aprovecharse de infortunios que bien pueden socavar la ya frágil democracia de Guatemala.
Sin duda lo ocurrido tras la primera vuelta electoral debe ser subsanado en los comicios presidenciales que se esperan este 11 de agosto, porque no debe quedar en pie ningún tipo de incertidumbre que de espacio a especulaciones.
La segunda vuelta se encuentra en plena campaña y sin duda vemos que sobresalen las campañas negras, y no esperamos más que transparencia y que ambos candidatos se centren en sus ejes de trabajo y su plan como propuesta para la solución de tantos problemas que tenemos en la sociedad.
La responsabilidad recae ahora en el Tribunal Supremo Electoral que tendrá como reto mejorar todo lo que en la primera vuelta dejo dudas, con el fin de establecer un procedimiento limpio y dejando un sabor de legalidad solido que de cómo resultado que quien sea elegido Presidente tenga la solvencia de salir de un proceso limpio y sin dudas de la decisión de la mayoría de los guatemaltecos.
Es una realidad que nos encontramos ante un proceso que se pronostico de ser muy atípico y sin lugar a dudas se cumplieron esos pronósticos, ya ahora esperando el 11 de agosto en donde saldrá quien asumirá la presidencia y vicepresidencia del país por un periodo de cuatro años.
Es por ello que el TSE debe trabajar duro y sin que queden dudas de los resultados obtenidos que tengan que resolver los problemas más complicados y que se den sin ningún contratiempo.
El llamado debe darse a las autoridades a que tengan un plan de contingencia y de crisis capaces de resolver en un plazo corto cualquier inconveniente para no levantar ninguna sospecha de ilegalidad en un proceso a todas luces valido, aunque con algunos aspectos que sin duda podían haberse previsto.
En el contexto de la proximidad de la segunda vuelta, el TSE nos tiene que demostrar a los guatemaltecos que el proceso es limpio y que se respetara la decisión de la mayoría y que sin lugar a dudas seremos testigos de una elección que sea acorde a la democracia que pretendemos para nuestro país.
El TSE debe de limpiar de alguna manera esa percepción que se tiene que incumplió con hacer de esto un proceso democrático exitoso, es por ello que el llamado a es a estar atentos para que no nos dejemos engañar y ser capaces de pedir cuentas al TSE con el fin de que se demuestre un proceso de democrático claro y que se dé con la mayor transparencia posible para que dejen de existir dudas.
No podemos caer en el juego de algunos grupos que lo único que buscan es aprovecharse de infortunios que bien pueden socavar la ya frágil democracia de Guatemala.