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PENSANDO EN VOZ ALTA (III)

Redacción República
01 de mayo, 2019

Peseal desaliento de algunos de sus hijos, maravillosa Guatemala.

Yno me refiero exclusivamente a su espléndida y muy trillada primavera que, almenos en el Altiplano, nunca termina.

            Tampoco aludo a la belleza de suspaisajes ni a la amable dulzura de la mayoría de sus hijos.

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            Menos aún a los inesperados destellosderivados del más puro sentido común, particularmente entre su población rural.

            Entonces, ¿en qué pongo el énfasisde lo maravilloso entre nosotros?

Notabene, de nuestro presente, no de nuestro pasado. Y con ello me refiero a su constantecrecimiento moral e intelectual de muchos de sus hijos, entre ellos aun losrezagados en el analfabetismo.

Porqueesta Guatemala de hoy se me antoja como radicalmente diferente a la de aquel ayer,esto es, del diciembre de 1965 cuando por primera vez puse el pie en estatierra de prisa y como un turista más.

            Nuestro futuro próximo en cuanto colectividadnacional es muy promisorio. Y lo afirmo ahora, muy consciente del amordazadoevento electoral de este momento: un proceso por demás asfixiado por las mismasautoridades judiciales que deberían servirle de sus incondicionales garantes.

            Encuentro que la sensibilidad generalizadaante lo público se muestra también cada vez más extendida y mejor informada. Comoprueba de ello permítaseme aludir algunos ejemplos para mí muy notables:

Elde la candidata Zury Ríos Sosa, hostigada desalentadoramente desde cualquier rincónde cualquier peladero y que, sin embargo, de la mano de un inminenteconstitucionalista, Roberto Molina Barreto, se mantiene incólume y segura desí. Algunos maliciosamente creen leer en mi admiración la belleza corporal detan brillante mujer. Para mí, un adorno más. Pero su inteligencia, su educaciónamplia y comprobada, su osadía casi diría de lo más varonil, su sensibilidadpor lo social también de lo más femenino, sus habilidades de oratoria yconvencimiento, y su trayectoria tenaz única durante quince años de lides políticas,la hacen a mis ojos una heroína como no creo se haya dado antes en nuestrohemisferio.   

Tambiénme alientan otras magníficas alternativas electorales en las personas de LuisVelázquez y de su compañero de fórmula Arturo Soto o, no menos, esa otra gran sorpresa,la más original de todas, en las personas de Isaac Farchi y de Ricardo FloresAsturias, hombres por demás intachables y transparentes.

Paraleloa todos ellos, las demás agrupaciones políticas en su mayoría también se hanesforzado por promover objetivos y planes a nivel nacional más sensatos yasequibles que las que nos tienen acostumbrados desde las demás contiendas electoralesdel pasado.

Porsupuesto, sin menoscabar el bochorno que para la dignidad de todos losguatemaltecos ha entrañado la figura de Mario Estrada, no menos como la de haceunos años de Alfonso Portillo. Pero aun esto último tiene para mí algo depositivo: no olvido el corto discurso en el Aeropuerto de La Aurora de ese exPresidente de la República, de regreso de la prisión por unos meses en losEstados Unidos: breve, sincero, digno y de veras honesto.

Nomenos me ha sorprendido agradablemente el tono sereno de hombre maduro yequilibrado, como era de esperarse, del distinguido sociólogo Manuel Villacortay de la agrupación política “WINAQ” que lo ha postulado junto a la dirigentepopulista Liliana Hernández. 

Luegoavanzamos, a pesar de lo sofocante de las autoridades electorales.

Eneste ambiente tan competitivo, quisiera que también nosotros nos esforzáramospor ser más consecuentes con nuestras manifestaciones del momento y mantenernosa la misma altura cívica de esos candidatos ya mencionados y de otros más comoel doctor Alejandro Giamattei, Edmond Mulet, Estuardo Galdámez por mencionaralgunos más de los que creo punteros.

Simaldecimos a los corruptos, que no excluyamos tampoco a los potenciales entre nosotrosmismos, y por otra parte bendigamos a quienes por lo menos hacen el esfuerzopor mantenerse limpios. Asimismos, si proclamamos altaneramente nuestra luchaindefectible contra la ignorancia de los más, obliguémonos por lo menos aexplorar la sensatez de cualquier propuesta. Por otra parte, si afirmamosnuestra solidaridad con los más pobres y los más sufridos, y nuestros reclamoslegítimos hacia los más exitosos, que eso se note, por ejemplo, en un renovadopropósito de pagar puntualmente nuestros impuestos, empezando por el del IVA.Así acompañaremos nuestras palabras con una reducción visible de lainformalidad en nuestra economía.  

Tropiezo,lo reitero, cada día con mayor número de personas inteligentes y preparadas enGuatemala. También menos interés por “peladeros” y mucha más hambre deinformación comprobada y explícita, incluidos siempre los nombres y apellidosde cada uno de sus autores.

Además,el entorno internacional parece sernos todavía favorable por unos años más.Trump está seguro de su reelección y, a la inversa, Maduro, Ortega y RaúlCastro, más inseguros y desprestigiados en sus respectivas poltronas robadas.

Hayotras sombras y anuncios de tormenta.

Peroen último término, cada día tenemos mucho más claro que la presencia de Diosentre nosotros nos asegura un futuro mejor.

¡Adelante,guatemaltecos, pues ya habéis madurado como otras naciones-Estado en este globoterráqueo de tantos logros y retrocesos! Por eso, mi visión sobre el futuro de losresidentes en estos ciento diez mil kilómetros cuadrados es más sólida quenunca.

PENSANDO EN VOZ ALTA (III)

Redacción República
01 de mayo, 2019

Peseal desaliento de algunos de sus hijos, maravillosa Guatemala.

Yno me refiero exclusivamente a su espléndida y muy trillada primavera que, almenos en el Altiplano, nunca termina.

            Tampoco aludo a la belleza de suspaisajes ni a la amable dulzura de la mayoría de sus hijos.

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            Menos aún a los inesperados destellosderivados del más puro sentido común, particularmente entre su población rural.

            Entonces, ¿en qué pongo el énfasisde lo maravilloso entre nosotros?

Notabene, de nuestro presente, no de nuestro pasado. Y con ello me refiero a su constantecrecimiento moral e intelectual de muchos de sus hijos, entre ellos aun losrezagados en el analfabetismo.

Porqueesta Guatemala de hoy se me antoja como radicalmente diferente a la de aquel ayer,esto es, del diciembre de 1965 cuando por primera vez puse el pie en estatierra de prisa y como un turista más.

            Nuestro futuro próximo en cuanto colectividadnacional es muy promisorio. Y lo afirmo ahora, muy consciente del amordazadoevento electoral de este momento: un proceso por demás asfixiado por las mismasautoridades judiciales que deberían servirle de sus incondicionales garantes.

            Encuentro que la sensibilidad generalizadaante lo público se muestra también cada vez más extendida y mejor informada. Comoprueba de ello permítaseme aludir algunos ejemplos para mí muy notables:

Elde la candidata Zury Ríos Sosa, hostigada desalentadoramente desde cualquier rincónde cualquier peladero y que, sin embargo, de la mano de un inminenteconstitucionalista, Roberto Molina Barreto, se mantiene incólume y segura desí. Algunos maliciosamente creen leer en mi admiración la belleza corporal detan brillante mujer. Para mí, un adorno más. Pero su inteligencia, su educaciónamplia y comprobada, su osadía casi diría de lo más varonil, su sensibilidadpor lo social también de lo más femenino, sus habilidades de oratoria yconvencimiento, y su trayectoria tenaz única durante quince años de lides políticas,la hacen a mis ojos una heroína como no creo se haya dado antes en nuestrohemisferio.   

Tambiénme alientan otras magníficas alternativas electorales en las personas de LuisVelázquez y de su compañero de fórmula Arturo Soto o, no menos, esa otra gran sorpresa,la más original de todas, en las personas de Isaac Farchi y de Ricardo FloresAsturias, hombres por demás intachables y transparentes.

Paraleloa todos ellos, las demás agrupaciones políticas en su mayoría también se hanesforzado por promover objetivos y planes a nivel nacional más sensatos yasequibles que las que nos tienen acostumbrados desde las demás contiendas electoralesdel pasado.

Porsupuesto, sin menoscabar el bochorno que para la dignidad de todos losguatemaltecos ha entrañado la figura de Mario Estrada, no menos como la de haceunos años de Alfonso Portillo. Pero aun esto último tiene para mí algo depositivo: no olvido el corto discurso en el Aeropuerto de La Aurora de ese exPresidente de la República, de regreso de la prisión por unos meses en losEstados Unidos: breve, sincero, digno y de veras honesto.

Nomenos me ha sorprendido agradablemente el tono sereno de hombre maduro yequilibrado, como era de esperarse, del distinguido sociólogo Manuel Villacortay de la agrupación política “WINAQ” que lo ha postulado junto a la dirigentepopulista Liliana Hernández. 

Luegoavanzamos, a pesar de lo sofocante de las autoridades electorales.

Eneste ambiente tan competitivo, quisiera que también nosotros nos esforzáramospor ser más consecuentes con nuestras manifestaciones del momento y mantenernosa la misma altura cívica de esos candidatos ya mencionados y de otros más comoel doctor Alejandro Giamattei, Edmond Mulet, Estuardo Galdámez por mencionaralgunos más de los que creo punteros.

Simaldecimos a los corruptos, que no excluyamos tampoco a los potenciales entre nosotrosmismos, y por otra parte bendigamos a quienes por lo menos hacen el esfuerzopor mantenerse limpios. Asimismos, si proclamamos altaneramente nuestra luchaindefectible contra la ignorancia de los más, obliguémonos por lo menos aexplorar la sensatez de cualquier propuesta. Por otra parte, si afirmamosnuestra solidaridad con los más pobres y los más sufridos, y nuestros reclamoslegítimos hacia los más exitosos, que eso se note, por ejemplo, en un renovadopropósito de pagar puntualmente nuestros impuestos, empezando por el del IVA.Así acompañaremos nuestras palabras con una reducción visible de lainformalidad en nuestra economía.  

Tropiezo,lo reitero, cada día con mayor número de personas inteligentes y preparadas enGuatemala. También menos interés por “peladeros” y mucha más hambre deinformación comprobada y explícita, incluidos siempre los nombres y apellidosde cada uno de sus autores.

Además,el entorno internacional parece sernos todavía favorable por unos años más.Trump está seguro de su reelección y, a la inversa, Maduro, Ortega y RaúlCastro, más inseguros y desprestigiados en sus respectivas poltronas robadas.

Hayotras sombras y anuncios de tormenta.

Peroen último término, cada día tenemos mucho más claro que la presencia de Diosentre nosotros nos asegura un futuro mejor.

¡Adelante,guatemaltecos, pues ya habéis madurado como otras naciones-Estado en este globoterráqueo de tantos logros y retrocesos! Por eso, mi visión sobre el futuro de losresidentes en estos ciento diez mil kilómetros cuadrados es más sólida quenunca.

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