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Unas lecciones de humildad

Redacción República
08 de abril, 2019

Giovanni di Pietro di Bernardone en 1182 en Asís, hijo de un rico comerciante, fue transformado por los vejámenes sufridos tras su encarcelamiento en 1202 al participar en una revuelta política. Decidió reparar la iglesia de San Damián. Se despojó de la fortuna de su padre y decidió compartirla con los pobres. El papa Inocencio aprobó su ética de máximos para evitar la herejía de la filantropía y el altruismo cuyo fundamento es el egoísmo y no la pobreza como valor.

Profesó el peregrinaje de la tarea kerigmática impresionando al sultán Al-Kamil quien permitió a Giovanni di Pietro di Bernardone visitar palestina y los lugares sagrados del cristianismo. Falleció el 3 de octubre de 1226. Canonizado con el nombre de San Francisco. Su célebre oración

Señor, Hazme instrumento de tu paz

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Donde haya odio lleve yo el amor

Donde haya injuria, tu perdón señor

Donde haya duda, lleve yo la fe

Donde haya pesar, lleve esperanza…

El domingo 25 de marzo falleció mi amada madre Estela Bonne Madrid. Su cuerpo descansa en el jardín El Paraíso en el Cementerio Las Flores. Su espíritu fuerza y valor en cada uno de sus hijos y aquellos que la amamos entrañablemente.

Mi madre siempre fue una lección de humildad para mí. Nunca devolvió un agravio u ofensa. Al contrario siempre fue una persona singular prudente y abnegada dispuesta a evitar cualquier agravio. Era muy pequeña cuando al quedar viuda siempre se ocupó de que sus hijos buscaran la senda del bien. Era tenaz y con una fuerza de vida que deja una luz de esperanza para los que ahora debemos enfrentar las vicisitudes de un camino escabroso.

Agradezco infinitamente a mi familia y amigos que siempre la amaron y encontraron una palabra final para acompañarnos en ese día de su trascendencia al interior de Dios.

En medio de muchos fracasos de la vida y de acontecimientos infortunados ella lega esperanza para vivir en una patria dura, de mucho egoísmo y revanchismo. Deja en mí y en muchos una verdadera lección de humildad digna de imitar.

Espero que esa bondad y carisma de las mujeres cristianas y ese sendero que marcó San Francisco de Asís sirva para entender que nuestra ciudadanía no es de este mundo y Dios nos guiará en ese camino más allá de la muerte.

Unas lecciones de humildad

Redacción República
08 de abril, 2019

Giovanni di Pietro di Bernardone en 1182 en Asís, hijo de un rico comerciante, fue transformado por los vejámenes sufridos tras su encarcelamiento en 1202 al participar en una revuelta política. Decidió reparar la iglesia de San Damián. Se despojó de la fortuna de su padre y decidió compartirla con los pobres. El papa Inocencio aprobó su ética de máximos para evitar la herejía de la filantropía y el altruismo cuyo fundamento es el egoísmo y no la pobreza como valor.

Profesó el peregrinaje de la tarea kerigmática impresionando al sultán Al-Kamil quien permitió a Giovanni di Pietro di Bernardone visitar palestina y los lugares sagrados del cristianismo. Falleció el 3 de octubre de 1226. Canonizado con el nombre de San Francisco. Su célebre oración

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El domingo 25 de marzo falleció mi amada madre Estela Bonne Madrid. Su cuerpo descansa en el jardín El Paraíso en el Cementerio Las Flores. Su espíritu fuerza y valor en cada uno de sus hijos y aquellos que la amamos entrañablemente.

Mi madre siempre fue una lección de humildad para mí. Nunca devolvió un agravio u ofensa. Al contrario siempre fue una persona singular prudente y abnegada dispuesta a evitar cualquier agravio. Era muy pequeña cuando al quedar viuda siempre se ocupó de que sus hijos buscaran la senda del bien. Era tenaz y con una fuerza de vida que deja una luz de esperanza para los que ahora debemos enfrentar las vicisitudes de un camino escabroso.

Agradezco infinitamente a mi familia y amigos que siempre la amaron y encontraron una palabra final para acompañarnos en ese día de su trascendencia al interior de Dios.

En medio de muchos fracasos de la vida y de acontecimientos infortunados ella lega esperanza para vivir en una patria dura, de mucho egoísmo y revanchismo. Deja en mí y en muchos una verdadera lección de humildad digna de imitar.

Espero que esa bondad y carisma de las mujeres cristianas y ese sendero que marcó San Francisco de Asís sirva para entender que nuestra ciudadanía no es de este mundo y Dios nos guiará en ese camino más allá de la muerte.

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