Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Un grave problema de seguridad

Salvador Paiz
04 de abril, 2019

A todos nos da miedo recibir llamadasde números desconocidos. Nos da miedo que, tras esa llamada, nos convirtamos enuna de las tantas víctimas de extorsión que existen en el país. En los últimosaños, las extorsiones se han convertido en la principal preocupación deseguridad ciudadana.

Ainicios de esta semana la PNC reportó un aumento del 72 porciento en las denuncias por extorsión, respecto al 2015. Ese año se registraron5 mil 36 casos, mientras que en 2018 fueron 8 mil 672 denuncias. La tendenciase mantiene en los datos más recientes. En enero y febrero del presente, secontabilizaron 1,793 denuncias, lo cual es 30 por ciento más que el mismoperiodo del 2018.

Enausencia de una encuesta de victimización, es difícil cuantificar el fenómenode las extorsiones. A todas luces pareciera que es un fenómeno con unatendencia al alza y que se ha masificado. Según las autoridades ahoracualquiera extorsiona, ya no es un crimen “exclusivo” de las pandillas. Segúnun análisis de Insight Crime, el incremento de bandas de“imitadores” ha propiciado el alce de denuncias de este crimen.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Estosgrupos toman la extorsión como una manera de ganarse la vida. Ellos se informanen los medios de comunicación sobre los nombres de las bandas que se encuentranoperando y la manera en que lo hacen, para replicar esa información en el modoen que abordan a sus víctimas. Por aparte, en los últimos años más mujeres sehan visto involucradas en este crimen. En 2014habían 382 mujeres encarceladas por extorsión y en 2017 esta cifra llegó a 791(de un total de 2 mil 612 mujeres presas). Por todo esto, el enfrentamiento deeste flagelo se ha vuelto más complejo.

Lasextorsiones afectan tanto a ciudadanos como a empresas. Su costo no solo eseconómico, también es psicológico y social. Al sembrar miedo en la población,generan desconfianza y aislamiento social, por lo que perturban la convivencia ciudadana.Recientemente Mixco fue escenario de un linchamiento, enel que se le prendió fuego a supuestos pandilleros extorsionistas a mediacalle. El que la ciudadanía tome la ley con sus propias manos, es un peligrososíntoma que nos alerta que se está llegando a un punto de desesperación, porquelas autoridades no están haciendo lo suficiente.

ElFlujograma de Justicia Criminal, cuya reciente actualización está siendopresentada hoy, es una herramienta que puede ayudarnos a buscar una solución aeste flagelo. Este analiza la entrada y salida del total de delitos (sinespecificarlos) para determinar la eficiencia de la cadena de seguridad yjusticia. La herramienta se está convirtiendo en el estándar para evaluar laeficacia del sistema de justicia criminal. Estoy seguro que nos permitiráseguir mejorando. Eventualmente toda esta información podrá ser examinada másdetalladamente (tipo de delito, ubicación, etc), para definir estrategia decombate concretas.

Noobstante, el erradicar las extorsiones es función del grado de rechazo que letengamos. Eso pasa por exhortar a las autoridades a que enfoquen más atención yrecursos al combate de las extorsiones y, sobretodo, crear una cultura dedenuncia en los ciudadanos. La denuncia es la base necesaria para lograrsentencias y, me atrevo a decir, la única forma de acabar con las extorsiones.En ese sentido, hemos pasado de lograr solo unasentencia condenatoria en 2009, a 692 en 2017. Para denunciar sinmiedo, contamos con plataformas como Crime Stoppers (tupista.gt). Recordemosque esa valiosa información que le entregamos a las autoridades se traduce ensentencias condenatorias las cuales, a la larga, son un importante disuasivopara quienes optan por este modo de vida.

Noes normal vivir con miedo. No es normal que nos despojen de nuestros bienes ala fuerza. No es normal que tengamos que mudarnos a otra zona o cerrar nuestronegocio para resguardar a nuestros hijos. ¿Hasta cuando vamos a permitir todoesto? 

www.salvadorpaiz.com

Un grave problema de seguridad

Salvador Paiz
04 de abril, 2019

A todos nos da miedo recibir llamadasde números desconocidos. Nos da miedo que, tras esa llamada, nos convirtamos enuna de las tantas víctimas de extorsión que existen en el país. En los últimosaños, las extorsiones se han convertido en la principal preocupación deseguridad ciudadana.

Ainicios de esta semana la PNC reportó un aumento del 72 porciento en las denuncias por extorsión, respecto al 2015. Ese año se registraron5 mil 36 casos, mientras que en 2018 fueron 8 mil 672 denuncias. La tendenciase mantiene en los datos más recientes. En enero y febrero del presente, secontabilizaron 1,793 denuncias, lo cual es 30 por ciento más que el mismoperiodo del 2018.

Enausencia de una encuesta de victimización, es difícil cuantificar el fenómenode las extorsiones. A todas luces pareciera que es un fenómeno con unatendencia al alza y que se ha masificado. Según las autoridades ahoracualquiera extorsiona, ya no es un crimen “exclusivo” de las pandillas. Segúnun análisis de Insight Crime, el incremento de bandas de“imitadores” ha propiciado el alce de denuncias de este crimen.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER

Estosgrupos toman la extorsión como una manera de ganarse la vida. Ellos se informanen los medios de comunicación sobre los nombres de las bandas que se encuentranoperando y la manera en que lo hacen, para replicar esa información en el modoen que abordan a sus víctimas. Por aparte, en los últimos años más mujeres sehan visto involucradas en este crimen. En 2014habían 382 mujeres encarceladas por extorsión y en 2017 esta cifra llegó a 791(de un total de 2 mil 612 mujeres presas). Por todo esto, el enfrentamiento deeste flagelo se ha vuelto más complejo.

Lasextorsiones afectan tanto a ciudadanos como a empresas. Su costo no solo eseconómico, también es psicológico y social. Al sembrar miedo en la población,generan desconfianza y aislamiento social, por lo que perturban la convivencia ciudadana.Recientemente Mixco fue escenario de un linchamiento, enel que se le prendió fuego a supuestos pandilleros extorsionistas a mediacalle. El que la ciudadanía tome la ley con sus propias manos, es un peligrososíntoma que nos alerta que se está llegando a un punto de desesperación, porquelas autoridades no están haciendo lo suficiente.

ElFlujograma de Justicia Criminal, cuya reciente actualización está siendopresentada hoy, es una herramienta que puede ayudarnos a buscar una solución aeste flagelo. Este analiza la entrada y salida del total de delitos (sinespecificarlos) para determinar la eficiencia de la cadena de seguridad yjusticia. La herramienta se está convirtiendo en el estándar para evaluar laeficacia del sistema de justicia criminal. Estoy seguro que nos permitiráseguir mejorando. Eventualmente toda esta información podrá ser examinada másdetalladamente (tipo de delito, ubicación, etc), para definir estrategia decombate concretas.

Noobstante, el erradicar las extorsiones es función del grado de rechazo que letengamos. Eso pasa por exhortar a las autoridades a que enfoquen más atención yrecursos al combate de las extorsiones y, sobretodo, crear una cultura dedenuncia en los ciudadanos. La denuncia es la base necesaria para lograrsentencias y, me atrevo a decir, la única forma de acabar con las extorsiones.En ese sentido, hemos pasado de lograr solo unasentencia condenatoria en 2009, a 692 en 2017. Para denunciar sinmiedo, contamos con plataformas como Crime Stoppers (tupista.gt). Recordemosque esa valiosa información que le entregamos a las autoridades se traduce ensentencias condenatorias las cuales, a la larga, son un importante disuasivopara quienes optan por este modo de vida.

Noes normal vivir con miedo. No es normal que nos despojen de nuestros bienes ala fuerza. No es normal que tengamos que mudarnos a otra zona o cerrar nuestronegocio para resguardar a nuestros hijos. ¿Hasta cuando vamos a permitir todoesto? 

www.salvadorpaiz.com

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?