“…y todavía, para cada cosa mala, hay una peor…” Thomas Hardy
No quiero ser pesimista con la frase de Thomas Hardy, pero es muy difícil ser positiva en este panorama electoral tan confuso.
El proceso electoral dio inicio hace rato, pero la carrera por posicionar marca, nombre, mensaje y logo de cada partido político será una carrera contra el tiempo. Cualquier mercadólogo dirá que es casi imposible lograrlo en tan poco tiempo.
Todo empieza por una Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, sumamente nefasta. Restringe la libertad de expresión al reducir a tres meses la campaña electoral. También atropella la libertad de comercialización al imponer tiempos y precios a los espacios publicitarios que usarán los candidatos. Peor aún, todos los partidos tendrán el mismo espacio en medios, a sabor y antojo del Tribunal “Supremo” Electoral. Por lo menos dieron marcha atrás a ese reglamento para foros y debates. Creo que ya se usaron todos los adjetivos calificativos posibles para semejante aberración.
Con ese panorama, tenemos a un TSE que tiene la responsabilidad de velar porque este proceso se lleve a cabo con transparencia y garantizar que los resultados reflejen la voluntad popular. ¿Cómo podemos confiar en esos magistrados, cuando han demostrado que no les importa violar la ley? Han tenido mucha discrecionalidad para inscribir candidatos, pero como la LEPP es confusa, tienen “excusas” para interpretarla como quieran.
Al momento de escribir este artículo, aún no está definida la candidatura de Zury Ríos. También lo está la de ThelmaAldana, pues el finiquito que debe tener, requisito para ser inscrita, no está vigente, de acuerdo a declaraciones del Contralor en funciones. Ambas están “en vilo” y accionando sus batallas legales mientras la otra, Sandra Torres, ve mucho de lo que seguramente se gestó desde las filas verdes.
En medio de todo, estamos los votantes. Nosotros somos los que tenemos el poder en las manos y la responsabilidad de elegir a nuestros próximos gobernantes, con poca información, recursos legales que van de un lado a otro, acusaciones de todo tipo y una abrumadora campaña negra de unos contra otros.
La amenaza a nuestro sistema de vida en libertad está a la vuelta de la esquina. La cantidad enorme de discursos que escucharemos en este corto tiempo nos tiene que dar la pauta para saber si son mensajes populistas o si son propuestas que tienen alguna posibilidad de ver la luz del día. Los que ofrezcan cosas gratis, resolverlo todo, acabar con el pacto de corruptos, denigrar a la empresa privada y a los empresarios porque son corruptos, acabar con la pobreza y decir que están listos para rescatar al país, ¡mienten!
Nos toca escuchar con atención, investigar el pasado de los candidatos y ver si su trayectoria ha sido honesta y con algún éxito. Analicemos, razonemos y votemos por el futuro de Guatemala.
“…y todavía, para cada cosa mala, hay una peor…” Thomas Hardy
No quiero ser pesimista con la frase de Thomas Hardy, pero es muy difícil ser positiva en este panorama electoral tan confuso.
El proceso electoral dio inicio hace rato, pero la carrera por posicionar marca, nombre, mensaje y logo de cada partido político será una carrera contra el tiempo. Cualquier mercadólogo dirá que es casi imposible lograrlo en tan poco tiempo.
Todo empieza por una Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, sumamente nefasta. Restringe la libertad de expresión al reducir a tres meses la campaña electoral. También atropella la libertad de comercialización al imponer tiempos y precios a los espacios publicitarios que usarán los candidatos. Peor aún, todos los partidos tendrán el mismo espacio en medios, a sabor y antojo del Tribunal “Supremo” Electoral. Por lo menos dieron marcha atrás a ese reglamento para foros y debates. Creo que ya se usaron todos los adjetivos calificativos posibles para semejante aberración.
Con ese panorama, tenemos a un TSE que tiene la responsabilidad de velar porque este proceso se lleve a cabo con transparencia y garantizar que los resultados reflejen la voluntad popular. ¿Cómo podemos confiar en esos magistrados, cuando han demostrado que no les importa violar la ley? Han tenido mucha discrecionalidad para inscribir candidatos, pero como la LEPP es confusa, tienen “excusas” para interpretarla como quieran.
Al momento de escribir este artículo, aún no está definida la candidatura de Zury Ríos. También lo está la de ThelmaAldana, pues el finiquito que debe tener, requisito para ser inscrita, no está vigente, de acuerdo a declaraciones del Contralor en funciones. Ambas están “en vilo” y accionando sus batallas legales mientras la otra, Sandra Torres, ve mucho de lo que seguramente se gestó desde las filas verdes.
En medio de todo, estamos los votantes. Nosotros somos los que tenemos el poder en las manos y la responsabilidad de elegir a nuestros próximos gobernantes, con poca información, recursos legales que van de un lado a otro, acusaciones de todo tipo y una abrumadora campaña negra de unos contra otros.
La amenaza a nuestro sistema de vida en libertad está a la vuelta de la esquina. La cantidad enorme de discursos que escucharemos en este corto tiempo nos tiene que dar la pauta para saber si son mensajes populistas o si son propuestas que tienen alguna posibilidad de ver la luz del día. Los que ofrezcan cosas gratis, resolverlo todo, acabar con el pacto de corruptos, denigrar a la empresa privada y a los empresarios porque son corruptos, acabar con la pobreza y decir que están listos para rescatar al país, ¡mienten!
Nos toca escuchar con atención, investigar el pasado de los candidatos y ver si su trayectoria ha sido honesta y con algún éxito. Analicemos, razonemos y votemos por el futuro de Guatemala.