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Los socialistas son antisociales

Warren Orbaugh
28 de febrero, 2019

Los socialistas ostentan un nombre que no sólono los describe, sino que induce al engaño. Pretenden dar a entender que les importan los demás –los individuos queconforman la sociedad.  Pero en realidadesto no es cierto.  Nada está más alejadode la verdad.  Ni siquiera entienden loque es la sociedad humana.

No entienden que la sociedad es producto delcomportamiento consciente y deliberado de hombres que deciden cooperar, pordarse cuenta de que es por este medio que mejor satisfacen sus apetenciasindividuales, mejorando así las condiciones materiales y espirituales de cadauno.  La sociedad es acción acordada,pactada entre los actores para que cada quien alcance sus propios fines. 

Lo que nos diferencia a los humanos del hombrebestia y del mono que le roba su comida a los turistas en las selvas del parquede Tikal, es que hemos comprendido que la labor realizada por medio de ladivisión del trabajo y el intercambio de bienes demandados o comercio resultamás fecunda que la practicada bajo un régimen de aislamiento y, que hemos sidocapaces de reconocer esta verdad. 

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Los socialistas, al igual que el primitivohombre bestia y el mono de Tikal, no lo han comprendido aún.  Lo que no entienden los socialistas, es quelo que origina la cooperación social es el egoísmo bien entendido, que no esotra cosa que procurar el bienestar propio, a corto y largo plazo.  Que para identificar lo que es de beneficiopara uno e identificar lo que es dañino para uno, evaluar lo identificado yregular nuestra acción acorde para perseguir lo primero y evitar lo segundo, esnecesario practicar una virtud cardinal: la racionalidad o sensatez.  El hecho básico de que el humano debe crearvalores materiales para mantener su vida, hace de la productividad –el hábitode aplicar la racionalidad a la adaptación de la naturaleza para uso humano, decrear bienes demandados, valores materiales, ya sean bienes o servicios, esdecir, de crear riqueza– la segunda virtud cardinal.  Es este egoísmo racional lo queoriginariamente impulsó al hombre a acomodar su conducta a las exigencias de lavida en sociedad, a respetar los derechos y libertades de sus semejantes, y areemplazar la enemistad y el conflicto por la colaboración pacífica.  Es la cooperación social la que origina lacivilización, transformando al hombre bestia, al primate antropoideo, en serhumano.  Si no fuera por la cooperaciónsocial los hombres bestias habrían continuado siendo siempre enemigos mortalesentre sí, los unos frente a los otros, rivales irreconciliables en susesfuerzos por apropiarse porciones siempre insuficientes del escaso sustentoque la naturaleza proporciona.  Como entales condiciones cada uno vería en su semejante un enemigo, no habría surgidoni florecido ningún sentimiento de amistad y simpatía.

Los socialistas siempre pregonan el conflicto,la lucha de clases, el enfrentamiento, el despojo por la fuerza de susproductos a los que producen.  Suconducta antisocial, sus actos hostiles tienden al aniquilamiento del oponentey a la frustración de sus aspiraciones. Mientras las únicas relaciones existentes entre los individuos persiganel perjudicarse mutuamente, ni hay sociedad ni relaciones sociales.  Cual antropoides, rigen su conducta, no porel egoísmo racional, sino por el cinismo explotador, por la teoría de que lavida humana es indistinguible de la lucha en la jungla, donde sus semejantesson la presa natural, que existe sólo para ser usada y victimizada.  Es el código de conducta del mentiroso, delestafador, del ladrón, del asesino, del criminal que busca obtener bienes porel método deshonesto del engaño y la fuerza. Al explotador no le interesa trabajar para producir y ganarse lo quedesea; no busca crear valores, crear riqueza, sino apropiarse de lo que otroshan creado.

Por eso, los socialistas consideran comoenemigos y presas a los creadores de bienes, a los creadores de riqueza, a losque han creado bienes tales como la comida que desayunaste hoy, el teléfonocelular que usas a diario, la computadora que te sirve para trabajar, eltransporte que usaste para llegar a tu trabajo, el edificio donde habitas, eltraje que vistes, los zapatos que calzas, al sistema comercial que te permitetener acceso a y adquirir estos bienes, etc., etc.  Cual hombres bestia le roban sus creaciones alos productores –expropiación, le llaman estos cínicos explotadores– como hemosvisto que han hecho en Venezuela.  Pormedio de amenazas como la expropiación de bienes o el despojo por medio deimpuestos progresivos, eliminan todo incentivo a crear riqueza, sumiendo a susvíctimas en la miseria.  Le roban elpoder adquisitivo al salario de los trabajadores al devaluar la moneda, comohan hecho los ‘socialistas del siglo XXI’ en Venezuela.

Los socialistas, estos cínicos explotadores,nunca hablan de formación de empresas o de creación de riqueza, sino sólo dedistribución de riqueza, que en realidad significa distribución del botín,distribución de las posesiones de sus enemigos –los productores de riqueza– aquienes han saqueado.

Este fin de semana pasado hemos sido testigos,una vez más, de la conducta abominablemente monstruosa de estos cínicosexplotadores, de estos hombres bestias, de estos salvajes, que no sóloimpidieron el ingreso de medicinas y víveres que servirían para paliar elsufrimiento del pueblo venezolano, sino que asesinaron a choferes de loscamiones con provisiones, embistieron con tanquetas a los voluntarios que sealistaban a proveer de ayuda a las víctimas de estos mal nacidos, y pararematar, quemaron los camiones con ayuda que interceptaron, alardeandoorgullosamente de su salvajada.

¡Este espectáculo retrata cuan irracionalesson estas bestias!

Pero el colmo es el intento de los países dela Unión Europea de apaciguar los ánimos, de ese entreguismo al mal al oponersea la intervención armada, para alargar el sufrimiento de las víctimas de estoscínicos explotadores, estos criminales. A estos salvajes sólo por la fuerza se los puede sacar.  Ya bien claro lo han manifestado ellosmismos.  Pretenden intimidar al mundolibre con sus alardes de que la salvajada de que fuimos testigos es sólo unapequeña muestra de lo que están dispuestos a hacer.  No recuerdo que a partir de septiembre deltreinta y nueve, Francia e Inglaterra se opusieran a la intervención armadapara ayudarlos a parar a Hitler.  Es unacobardía moral, cuando pudiendo sacar con una intervención armada a loscriminales socialistas de Venezuela, no lo hagan.

Si no has tenido interés en estudiar lahistoria para no repetir los mismos errores, ahora no dejes de ver los hechos,no te dejes engañar, acepta que estos cínicos explotadores, los socialistas,son en verdad unos antisociales.  Que nossirva esto de lección para no votar por el socialismo, del cual no podremossalir sino no es por el enfrentamiento armado con mucho derramamiento desangre.

Los socialistas son antisociales

Warren Orbaugh
28 de febrero, 2019

Los socialistas ostentan un nombre que no sólono los describe, sino que induce al engaño. Pretenden dar a entender que les importan los demás –los individuos queconforman la sociedad.  Pero en realidadesto no es cierto.  Nada está más alejadode la verdad.  Ni siquiera entienden loque es la sociedad humana.

No entienden que la sociedad es producto delcomportamiento consciente y deliberado de hombres que deciden cooperar, pordarse cuenta de que es por este medio que mejor satisfacen sus apetenciasindividuales, mejorando así las condiciones materiales y espirituales de cadauno.  La sociedad es acción acordada,pactada entre los actores para que cada quien alcance sus propios fines. 

Lo que nos diferencia a los humanos del hombrebestia y del mono que le roba su comida a los turistas en las selvas del parquede Tikal, es que hemos comprendido que la labor realizada por medio de ladivisión del trabajo y el intercambio de bienes demandados o comercio resultamás fecunda que la practicada bajo un régimen de aislamiento y, que hemos sidocapaces de reconocer esta verdad. 

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Los socialistas, al igual que el primitivohombre bestia y el mono de Tikal, no lo han comprendido aún.  Lo que no entienden los socialistas, es quelo que origina la cooperación social es el egoísmo bien entendido, que no esotra cosa que procurar el bienestar propio, a corto y largo plazo.  Que para identificar lo que es de beneficiopara uno e identificar lo que es dañino para uno, evaluar lo identificado yregular nuestra acción acorde para perseguir lo primero y evitar lo segundo, esnecesario practicar una virtud cardinal: la racionalidad o sensatez.  El hecho básico de que el humano debe crearvalores materiales para mantener su vida, hace de la productividad –el hábitode aplicar la racionalidad a la adaptación de la naturaleza para uso humano, decrear bienes demandados, valores materiales, ya sean bienes o servicios, esdecir, de crear riqueza– la segunda virtud cardinal.  Es este egoísmo racional lo queoriginariamente impulsó al hombre a acomodar su conducta a las exigencias de lavida en sociedad, a respetar los derechos y libertades de sus semejantes, y areemplazar la enemistad y el conflicto por la colaboración pacífica.  Es la cooperación social la que origina lacivilización, transformando al hombre bestia, al primate antropoideo, en serhumano.  Si no fuera por la cooperaciónsocial los hombres bestias habrían continuado siendo siempre enemigos mortalesentre sí, los unos frente a los otros, rivales irreconciliables en susesfuerzos por apropiarse porciones siempre insuficientes del escaso sustentoque la naturaleza proporciona.  Como entales condiciones cada uno vería en su semejante un enemigo, no habría surgidoni florecido ningún sentimiento de amistad y simpatía.

Los socialistas siempre pregonan el conflicto,la lucha de clases, el enfrentamiento, el despojo por la fuerza de susproductos a los que producen.  Suconducta antisocial, sus actos hostiles tienden al aniquilamiento del oponentey a la frustración de sus aspiraciones. Mientras las únicas relaciones existentes entre los individuos persiganel perjudicarse mutuamente, ni hay sociedad ni relaciones sociales.  Cual antropoides, rigen su conducta, no porel egoísmo racional, sino por el cinismo explotador, por la teoría de que lavida humana es indistinguible de la lucha en la jungla, donde sus semejantesson la presa natural, que existe sólo para ser usada y victimizada.  Es el código de conducta del mentiroso, delestafador, del ladrón, del asesino, del criminal que busca obtener bienes porel método deshonesto del engaño y la fuerza. Al explotador no le interesa trabajar para producir y ganarse lo quedesea; no busca crear valores, crear riqueza, sino apropiarse de lo que otroshan creado.

Por eso, los socialistas consideran comoenemigos y presas a los creadores de bienes, a los creadores de riqueza, a losque han creado bienes tales como la comida que desayunaste hoy, el teléfonocelular que usas a diario, la computadora que te sirve para trabajar, eltransporte que usaste para llegar a tu trabajo, el edificio donde habitas, eltraje que vistes, los zapatos que calzas, al sistema comercial que te permitetener acceso a y adquirir estos bienes, etc., etc.  Cual hombres bestia le roban sus creaciones alos productores –expropiación, le llaman estos cínicos explotadores– como hemosvisto que han hecho en Venezuela.  Pormedio de amenazas como la expropiación de bienes o el despojo por medio deimpuestos progresivos, eliminan todo incentivo a crear riqueza, sumiendo a susvíctimas en la miseria.  Le roban elpoder adquisitivo al salario de los trabajadores al devaluar la moneda, comohan hecho los ‘socialistas del siglo XXI’ en Venezuela.

Los socialistas, estos cínicos explotadores,nunca hablan de formación de empresas o de creación de riqueza, sino sólo dedistribución de riqueza, que en realidad significa distribución del botín,distribución de las posesiones de sus enemigos –los productores de riqueza– aquienes han saqueado.

Este fin de semana pasado hemos sido testigos,una vez más, de la conducta abominablemente monstruosa de estos cínicosexplotadores, de estos hombres bestias, de estos salvajes, que no sóloimpidieron el ingreso de medicinas y víveres que servirían para paliar elsufrimiento del pueblo venezolano, sino que asesinaron a choferes de loscamiones con provisiones, embistieron con tanquetas a los voluntarios que sealistaban a proveer de ayuda a las víctimas de estos mal nacidos, y pararematar, quemaron los camiones con ayuda que interceptaron, alardeandoorgullosamente de su salvajada.

¡Este espectáculo retrata cuan irracionalesson estas bestias!

Pero el colmo es el intento de los países dela Unión Europea de apaciguar los ánimos, de ese entreguismo al mal al oponersea la intervención armada, para alargar el sufrimiento de las víctimas de estoscínicos explotadores, estos criminales. A estos salvajes sólo por la fuerza se los puede sacar.  Ya bien claro lo han manifestado ellosmismos.  Pretenden intimidar al mundolibre con sus alardes de que la salvajada de que fuimos testigos es sólo unapequeña muestra de lo que están dispuestos a hacer.  No recuerdo que a partir de septiembre deltreinta y nueve, Francia e Inglaterra se opusieran a la intervención armadapara ayudarlos a parar a Hitler.  Es unacobardía moral, cuando pudiendo sacar con una intervención armada a loscriminales socialistas de Venezuela, no lo hagan.

Si no has tenido interés en estudiar lahistoria para no repetir los mismos errores, ahora no dejes de ver los hechos,no te dejes engañar, acepta que estos cínicos explotadores, los socialistas,son en verdad unos antisociales.  Que nossirva esto de lección para no votar por el socialismo, del cual no podremossalir sino no es por el enfrentamiento armado con mucho derramamiento desangre.

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