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De universidades a tiendas de conveniencia

Redacción República
11 de febrero, 2019

Universidad Rafael Landívar, debe su nombre a la iniciativa de José Mata Gavidia. El nombre rememora la vida del sacerdote jesuita nacido en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1731 expulsado por los españoles de tierras guatemaltecas en 1767.  El académico guatemalteco muere en Bolonia en 1793.

Merece ser reconocida después de la Revolución del 20 de octubre de 1944 para derrocar la dictadura de Juan Federico Ponce Vaides, Eduardo Villagrán Ariza y Buenaventura Pineda, ineptos militares como el mejor intento de entender la filosofía de Estado contenida en la Teoría de la Justicia de John Rawls.

Los militares mencionados enfrentaron a los estudiantes de la  Escuela Normal Central para Varones cuyos estudiantes solicitaban su desmilitarización porque eran sometidos a vejámenes.

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Estas prácticas de despotismo militar son comunes de quienes dirigen la Universidad de San Carlos de Guatemala a pesar que en papel en el acta 5 del 6 de febrero de 2019 anuncian que dignificarán al estudiante universitario cuando las medidas de represión y tolerancia al maltrato son evidentes en todas sus unidades académicas.  El 9 de febrero, a pesar de la prohibición estudiantes encapuchados amedrentaban a estudiantes en total impunidad.

Las palabras de Murphy Olympo Paiz Recinos que al frente del Consejo Superior Universitario pretende ser un observador del período de elecciones es una muestra del más descarado cinismo cuando ellos han preocupado por reordenar parqueos, expulsar a los profesores de su libertad de enseñanza y vulnerar los principios sobre los cuales se establece la única universidad del Estado.

Un capataz de parqueos y remozamiento de parques es su mayor logro. Destruye todo sentido de dignidad de la persona y se deja sobornar por quienes financiaron su campaña como rector para hacer un contrapeso a las innovaciones que se producen en ciencia con todo un aparato publicitario extraviado de la verdad y de la acción.

Los posgrados en la Universidad están en completa decadencia. Se obliga a los estudiantes en el caso de la Facultad de Humanidades por su nefasta dirección a pagar la totalidad del semestre orientando cursos de humanidades, ciencia pura y social en programas pedagógicos carentes de toda lógica y sentido.

Con estas acciones que hoy por hoy están alejados del ideal de Rafael Landívar y de su cara Guatemala, aparecen universidades de garaje, en centros comerciales sin la menor evidencia de control y propiciando una acéfala visión de la Universidad. 

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Redacción República
11 de febrero, 2019

Universidad Rafael Landívar, debe su nombre a la iniciativa de José Mata Gavidia. El nombre rememora la vida del sacerdote jesuita nacido en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1731 expulsado por los españoles de tierras guatemaltecas en 1767.  El académico guatemalteco muere en Bolonia en 1793.

Merece ser reconocida después de la Revolución del 20 de octubre de 1944 para derrocar la dictadura de Juan Federico Ponce Vaides, Eduardo Villagrán Ariza y Buenaventura Pineda, ineptos militares como el mejor intento de entender la filosofía de Estado contenida en la Teoría de la Justicia de John Rawls.

Los militares mencionados enfrentaron a los estudiantes de la  Escuela Normal Central para Varones cuyos estudiantes solicitaban su desmilitarización porque eran sometidos a vejámenes.

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Las palabras de Murphy Olympo Paiz Recinos que al frente del Consejo Superior Universitario pretende ser un observador del período de elecciones es una muestra del más descarado cinismo cuando ellos han preocupado por reordenar parqueos, expulsar a los profesores de su libertad de enseñanza y vulnerar los principios sobre los cuales se establece la única universidad del Estado.

Un capataz de parqueos y remozamiento de parques es su mayor logro. Destruye todo sentido de dignidad de la persona y se deja sobornar por quienes financiaron su campaña como rector para hacer un contrapeso a las innovaciones que se producen en ciencia con todo un aparato publicitario extraviado de la verdad y de la acción.

Los posgrados en la Universidad están en completa decadencia. Se obliga a los estudiantes en el caso de la Facultad de Humanidades por su nefasta dirección a pagar la totalidad del semestre orientando cursos de humanidades, ciencia pura y social en programas pedagógicos carentes de toda lógica y sentido.

Con estas acciones que hoy por hoy están alejados del ideal de Rafael Landívar y de su cara Guatemala, aparecen universidades de garaje, en centros comerciales sin la menor evidencia de control y propiciando una acéfala visión de la Universidad. 

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