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Una región confrontada

Antonio Melgar
13 de noviembre, 2019

Las últimas semanas en Latinoamérica se han producido una serie de acontecimientos que me recuerdan el año 2015 en Guatemala, en donde la población impulsada por el descontento de la corrupción, llevo a la renuncia de la presidente y la vicepresidenta –en ese entonces- de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, ahora ambos enfrentando proceso penal .

En el caso de los países de Latinoamérica veo un proceso de confrontación  y polarización dado por el componente de descontento por las tomas de decisiones de los gobernantes, que dio como resultado un estallido social contra el presidente Sebastián Piñera en Chile y que creo es una muestra del descontento de la sociedad contra sus políticas económicas.

En otro país sudamericano como Bolivia la salida de Evo Morales, también  se enmarca en el descontento por el sector contrario al presidente, que se entiende es por los resultados de las elecciones en donde organismos internacionales han señalado irregularidades y que tuvieron como resultado su dimisión. 

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Ahora si vamos a las elecciones en Argentina estasdejaron otro escenario con la perdida de Mauricio Macri, que deja el poder por la vía democrática como consecuencia  del descontento y de fuertes críticas a su Gobierno. 

En México ocurrió algo similar, luego que las elecciones dieron como ganador a Manuel López Obrador, que ha sido conocido por su pensamiento social, pero que ya sufrió su gran derrota en la lucha contra el narcotráfico cuando pretendió capturar al hijo del  Chapo Guzmán y se desato un conflicto tan agresivo, del que hay más preguntas que respuestas. 

Estos acontecimientos sociales que se dan en nuestros países, tienen un denominador común y es por el lado el descontento de las sociedades ya sea por la vía democrática o por las manifestaciones que piden el cambio deforma de dirigir de cada país.

Estamos ante una serie de acontecimientos que transforman la fisonomía política de la región y que se dan para generar pensamientos de que la confrontación social seguirá y que los que crean estas condiciones de inestabilidad pueden estar seguros que sus planes o estrategias están funcionando.

En el caso de Bolivia es claro que los actores son varios y que el “golpe de Estado” fue un hecho para sustituir a Evo Morales.

En el caso de Chile creo que la convulsión social será una muestra de levantamiento social ante políticas que afectan a las clases medias que son las que han salido a las calles, es por ello que se tendría que buscar una salida, que satisfaga las condiciones que den un alto a la violencia y una respuesta que no dañe a la población.

El llamado es a la lucha contra todos los poderes oscuros que solo buscan el bien propio sin pensar en el común, y que mientras las autoridades piensen en su propio beneficio y no en de la mayoría la confrontación seguirá.

De Guatemala puedo decir que las manifestaciones de 2015 nos dieron esperanzas, pero aunque existió ese fervor, no pasamos a más y por eso la necesidad de organizarnos para luchar contra los intereses de quienes buscan su beneficio propio. 

Más allá de manifestar, tenemos que exigir cambios profundos, porque sin ellos el círculo de la corrupción solo volverá a evolucionar.

Una región confrontada

Antonio Melgar
13 de noviembre, 2019

Las últimas semanas en Latinoamérica se han producido una serie de acontecimientos que me recuerdan el año 2015 en Guatemala, en donde la población impulsada por el descontento de la corrupción, llevo a la renuncia de la presidente y la vicepresidenta –en ese entonces- de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, ahora ambos enfrentando proceso penal .

En el caso de los países de Latinoamérica veo un proceso de confrontación  y polarización dado por el componente de descontento por las tomas de decisiones de los gobernantes, que dio como resultado un estallido social contra el presidente Sebastián Piñera en Chile y que creo es una muestra del descontento de la sociedad contra sus políticas económicas.

En otro país sudamericano como Bolivia la salida de Evo Morales, también  se enmarca en el descontento por el sector contrario al presidente, que se entiende es por los resultados de las elecciones en donde organismos internacionales han señalado irregularidades y que tuvieron como resultado su dimisión. 

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En México ocurrió algo similar, luego que las elecciones dieron como ganador a Manuel López Obrador, que ha sido conocido por su pensamiento social, pero que ya sufrió su gran derrota en la lucha contra el narcotráfico cuando pretendió capturar al hijo del  Chapo Guzmán y se desato un conflicto tan agresivo, del que hay más preguntas que respuestas. 

Estos acontecimientos sociales que se dan en nuestros países, tienen un denominador común y es por el lado el descontento de las sociedades ya sea por la vía democrática o por las manifestaciones que piden el cambio deforma de dirigir de cada país.

Estamos ante una serie de acontecimientos que transforman la fisonomía política de la región y que se dan para generar pensamientos de que la confrontación social seguirá y que los que crean estas condiciones de inestabilidad pueden estar seguros que sus planes o estrategias están funcionando.

En el caso de Bolivia es claro que los actores son varios y que el “golpe de Estado” fue un hecho para sustituir a Evo Morales.

En el caso de Chile creo que la convulsión social será una muestra de levantamiento social ante políticas que afectan a las clases medias que son las que han salido a las calles, es por ello que se tendría que buscar una salida, que satisfaga las condiciones que den un alto a la violencia y una respuesta que no dañe a la población.

El llamado es a la lucha contra todos los poderes oscuros que solo buscan el bien propio sin pensar en el común, y que mientras las autoridades piensen en su propio beneficio y no en de la mayoría la confrontación seguirá.

De Guatemala puedo decir que las manifestaciones de 2015 nos dieron esperanzas, pero aunque existió ese fervor, no pasamos a más y por eso la necesidad de organizarnos para luchar contra los intereses de quienes buscan su beneficio propio. 

Más allá de manifestar, tenemos que exigir cambios profundos, porque sin ellos el círculo de la corrupción solo volverá a evolucionar.

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