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¿Qué peso tiene una palabra?

Diana Brown
31 de julio, 2018

“El pensamiento y la palabra son sinónimos.”                                                              André Breton

Las palabras tienen un poder incalculable, inconcebible. La palabra no es un vocablo aislado, incluye entorno, comunidad, familia, escuela, lecturas, experiencias, esperanzas, realidades. Cuando se emite una palabra, sin darse cuenta que tal vez no se comprenda como se expresó, pues la comprensión no solo es su definición, sino que la vida de la palabra, con su entorno propio, y de la persona que la está escuchando

Cuando el ser humano empieza en la comunicación, en los primeros meses de vida, inicia la expresión oral, por mímica. ¿Cuál es el primer patrón que observa cada ser humano? La madre…los sonidos…las muecas…los tonos…en resumen, el calor humano. La palabra se referencia con confort, o castigo; con calificativos de relación, primero con la persona más importante, y luego con un circulo que crece, padre, hermanos, abuelos, tíos….y la comunidad en general. Cada relación adicional le suma a la interpretación  de cada palabra, y todo esto antes del inicio de la lectura. Una lectura interpretada en primera instancia, por la madre y luego la docente (generalmente la primera es mujer); y con las comunicaciones metaconscientes, se comunica mucho más de lo definido, lo comúnmente conocido.

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Comparte Piaget, prócer del desarrollo en la infancia, que la conducta lingüística es una combinación de  asimilación y acomodación, como toda la adquisición del conocimiento, en una progresión estructurada y circular, basada en los conocimientos previos y la interiorización de la comprensión.  Las experiencias proveen la base; las primeras palabras maternas, comunican la confianza necesaria para el aprendizaje, las experiencias establecen los fundamentos necesarios. La paciencia materna nata permite el error y su natural corrección, sin desazón y compartiendo el deseo de perfeccionar de la mejor manera.

Ludwig Wittgenstein, filósofo del siglo veinte (1889-1951) destacó por reconocer la importancia de la palabra, de la proposición, en la cual cada elemento es la palabra con su existencia propia. Su mayor obra, Tractatus Logico-Philosophicus, que se presenta en forma de frases enumeradas, como por ejemplo, 4.022, “Una proposición demuestra su sentido. Si la proposición es verdadera, la verdad es obvia.” , enfatiza la importancia de la palabra y su impacto.

Steven Pinker, psicólogo cognitivo canadiense, prolífico escritor aún con vida, analiza en profundidad el uso del lenguaje; en su libro “El mundo de las palabras. Una introducción a la naturaleza humana.” Examina el uso de cada elemento de la proposición que todo ser humano emite: verbo, sustantivo, preposiciones, adverbios y adjetivos, para así establecer en una consciencia viva, que la palabra que se elija tiene su existencia propia, que cobra importancia de acuerdo a la ubicación en la proposición. Pinker expresas que existen microclases de vocablos dentro de un idioma, cada una con vida propia, y en conjunto, aportan a la construcción de conceptos que en un momento pueden ser estimados como prejuicios, por inconscientes que sean, o preconceptos simplemente aceptados como verdades. “Los conceptos sombran el significado.” Jerry Foder.

Emilio Lledó (Los libros y la libertad) comparte que laspalabras son fuente de posibilidad y camino de liberación. Heidegger comparte que “el lenguaje es la casa del ser” y propone que se desarrolla un lenguaje propio que según la persona, comunica lo que quiere decir, pero no necesariamente comunica el sentido de lo que el otro comprende. Se da allí, los problemas de la comunicación. Lledó propone que con  “de las palabras se van formando la interpretación del mundo y de los otros hombres entre los que se realiza y completa su propia vida individual.”

Desde la primera palabra que comunica la madre a su hijo recién nacido, se inicia la comprensión lingüística.  La inflexión , el contenido de  la lectura inicial, la sonrisa, la emoción de los ojos, comunica el gozo y compresión por la palabra que influirá en el futuro de cada persona, su interacción social, y por ende, su participación  ciudadana.

Al hablar, a expresarse, es de hacerlo de manera pausada, para buscar la palabra perfecta, que comunica el sentido no solo de la concepción de una idea, sino qué también de la emoción que esta inmersa en ella; involucra una gran responsabilidad.

Término incoherente: capital humano. Se invita examinar, a la luz de los pincelazos de los conceptos filosóficos  de los previamente mencionados personajes, ¿qué incongruencia se encuentra?  Una palabra puede predisponer, incluir, convencer y cambiar percepciones. Lo importante, es reconocer que una palabra pueda tener esa influencia no deseable, y al percibir esta posibilidad, reconsiderar el medio de comunicación para asegurar decir lo que se quiere decir.

Se invita a examinar con detalle, ese término de capital humano, y decidir individualmente si el término es correcto, sin pensar en las visiones mercadológicas. La persona es la que importa: las palabras influyen en su percepción, su actuación, su razón de ser. ¿Cuál es la definición de los términos? Es congruente con la meta personal de vida? Ser un eje en alguna maquinaria? Compete a cada persona establecer su talento humano, y cambiar una expresión que provoca un concepto frio, mal sano, que no permite el crecimiento humano de cada ser, de acuerdo a sus inteligencias, sin el tamiz de algún calificativo negativo.

¡Las palabras inspiran!…se insta a buscar y usar ástas…no las que entorpecen, vilifican, encierran y apagan. Es necesario examinar cada palabra expresada; comunica más que su definición. Expresa emoción y esperanza,  apoyo y alegría; quién es la persona que habla, quién es la persona que escucha.  Comunicación a su mayor expresión; en combinación  con la percepción. Perfección.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

¿Qué peso tiene una palabra?

Diana Brown
31 de julio, 2018

“El pensamiento y la palabra son sinónimos.”                                                              André Breton

Las palabras tienen un poder incalculable, inconcebible. La palabra no es un vocablo aislado, incluye entorno, comunidad, familia, escuela, lecturas, experiencias, esperanzas, realidades. Cuando se emite una palabra, sin darse cuenta que tal vez no se comprenda como se expresó, pues la comprensión no solo es su definición, sino que la vida de la palabra, con su entorno propio, y de la persona que la está escuchando

Cuando el ser humano empieza en la comunicación, en los primeros meses de vida, inicia la expresión oral, por mímica. ¿Cuál es el primer patrón que observa cada ser humano? La madre…los sonidos…las muecas…los tonos…en resumen, el calor humano. La palabra se referencia con confort, o castigo; con calificativos de relación, primero con la persona más importante, y luego con un circulo que crece, padre, hermanos, abuelos, tíos….y la comunidad en general. Cada relación adicional le suma a la interpretación  de cada palabra, y todo esto antes del inicio de la lectura. Una lectura interpretada en primera instancia, por la madre y luego la docente (generalmente la primera es mujer); y con las comunicaciones metaconscientes, se comunica mucho más de lo definido, lo comúnmente conocido.

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Comparte Piaget, prócer del desarrollo en la infancia, que la conducta lingüística es una combinación de  asimilación y acomodación, como toda la adquisición del conocimiento, en una progresión estructurada y circular, basada en los conocimientos previos y la interiorización de la comprensión.  Las experiencias proveen la base; las primeras palabras maternas, comunican la confianza necesaria para el aprendizaje, las experiencias establecen los fundamentos necesarios. La paciencia materna nata permite el error y su natural corrección, sin desazón y compartiendo el deseo de perfeccionar de la mejor manera.

Ludwig Wittgenstein, filósofo del siglo veinte (1889-1951) destacó por reconocer la importancia de la palabra, de la proposición, en la cual cada elemento es la palabra con su existencia propia. Su mayor obra, Tractatus Logico-Philosophicus, que se presenta en forma de frases enumeradas, como por ejemplo, 4.022, “Una proposición demuestra su sentido. Si la proposición es verdadera, la verdad es obvia.” , enfatiza la importancia de la palabra y su impacto.

Steven Pinker, psicólogo cognitivo canadiense, prolífico escritor aún con vida, analiza en profundidad el uso del lenguaje; en su libro “El mundo de las palabras. Una introducción a la naturaleza humana.” Examina el uso de cada elemento de la proposición que todo ser humano emite: verbo, sustantivo, preposiciones, adverbios y adjetivos, para así establecer en una consciencia viva, que la palabra que se elija tiene su existencia propia, que cobra importancia de acuerdo a la ubicación en la proposición. Pinker expresas que existen microclases de vocablos dentro de un idioma, cada una con vida propia, y en conjunto, aportan a la construcción de conceptos que en un momento pueden ser estimados como prejuicios, por inconscientes que sean, o preconceptos simplemente aceptados como verdades. “Los conceptos sombran el significado.” Jerry Foder.

Emilio Lledó (Los libros y la libertad) comparte que laspalabras son fuente de posibilidad y camino de liberación. Heidegger comparte que “el lenguaje es la casa del ser” y propone que se desarrolla un lenguaje propio que según la persona, comunica lo que quiere decir, pero no necesariamente comunica el sentido de lo que el otro comprende. Se da allí, los problemas de la comunicación. Lledó propone que con  “de las palabras se van formando la interpretación del mundo y de los otros hombres entre los que se realiza y completa su propia vida individual.”

Desde la primera palabra que comunica la madre a su hijo recién nacido, se inicia la comprensión lingüística.  La inflexión , el contenido de  la lectura inicial, la sonrisa, la emoción de los ojos, comunica el gozo y compresión por la palabra que influirá en el futuro de cada persona, su interacción social, y por ende, su participación  ciudadana.

Al hablar, a expresarse, es de hacerlo de manera pausada, para buscar la palabra perfecta, que comunica el sentido no solo de la concepción de una idea, sino qué también de la emoción que esta inmersa en ella; involucra una gran responsabilidad.

Término incoherente: capital humano. Se invita examinar, a la luz de los pincelazos de los conceptos filosóficos  de los previamente mencionados personajes, ¿qué incongruencia se encuentra?  Una palabra puede predisponer, incluir, convencer y cambiar percepciones. Lo importante, es reconocer que una palabra pueda tener esa influencia no deseable, y al percibir esta posibilidad, reconsiderar el medio de comunicación para asegurar decir lo que se quiere decir.

Se invita a examinar con detalle, ese término de capital humano, y decidir individualmente si el término es correcto, sin pensar en las visiones mercadológicas. La persona es la que importa: las palabras influyen en su percepción, su actuación, su razón de ser. ¿Cuál es la definición de los términos? Es congruente con la meta personal de vida? Ser un eje en alguna maquinaria? Compete a cada persona establecer su talento humano, y cambiar una expresión que provoca un concepto frio, mal sano, que no permite el crecimiento humano de cada ser, de acuerdo a sus inteligencias, sin el tamiz de algún calificativo negativo.

¡Las palabras inspiran!…se insta a buscar y usar ástas…no las que entorpecen, vilifican, encierran y apagan. Es necesario examinar cada palabra expresada; comunica más que su definición. Expresa emoción y esperanza,  apoyo y alegría; quién es la persona que habla, quién es la persona que escucha.  Comunicación a su mayor expresión; en combinación  con la percepción. Perfección.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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