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Crisis social existencial

Betty Marroquin
19 de julio, 2018

Las tradiciones judías-cristianas, pilares de la civilización Occidental contemporánea, están bajo ataque en todo el mundo. La familia como base de la sociedad, la mujer y el hombre en su elemento tradicional, los hijos, el derecho a la vida, todo está bajo ataque, y es mundial.

La mujer ya no es mujer, el hombre ya no es hombre, y los que queremos aún serlo somos vistos como facistas, xenófobos, “ofobos” de cualquier tipo. Es políticamente incorrecto respetar padre y madre, ser lo que muchos crecimos viendo como normales. Ahora los normales de hace 20 años somos los anormales. Esto se refleja en todo, desde el vestuario, hasta la sexualidad del individuo. Lo terrible, para quienes aún creemos en los valores tradicionales, es que quieren legislarlo. Hay una propuesta de Ley que pretende que los niños no sean inscritos como varón o niña en el Renap para que sean ellos los que elijan más adelante que desean ser, y las opciones no son mujer u hombre, son mucho más variadas.

El aborto es hoy día la forma deseada de control de la natalidad, y quienes lo promueven olvidan que sus propias madres, de haber seguido lo que ellas promueven, jamás habrían nacido. La realidad es que el derecho a la vida nos fue otorgado a todos los que deambulamos por el mundo, de lo contrario estaríamos muertos. Y pregunto ¿somos así de egoístas que sólo nosotros tenemos derecho a la vida y quienes podrían venir a ser médicos, abogados, ingenieros, artistas, etc no tienen ese mismo derecho? En Guatemala se está promoviendo el derecho al aborto hasta para jóvencitas de 14 años que puedan abortar sin autorización de sus padres y caer bajo la tutela del Estado, el cual deberá según esa ley, mantenerlas hasta los 18 años sólo por haber abortado. Ah, pero nos estamos modernizando.

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Yo tengo amistades homosexuales que son gente de lo más correcta, que no se visten de arcoíris y se pasean en demostración alguna. Son gente digna que vive su sexualidad en la privacidad de sus hogares, con sus parejas, en paz. Profesionales éticos y honorables, son gente que viste con la misma dignidad con la que llevan sus vidas. Son hijos, hermanos y amigos ejemplares, seres humanos excelentes. Su preferencia sexual no es pues un tema que me atañe, los respeto y los entiendo. Pero sobre todo, destaco que ellos respetan y entienden a quienes somos mujeres u hombres tradicionales y comparten muchos de nuestros valores más importantes.

La familia, núcleo de la sociedad, está siendo destruida. Los hijos pueden ahora meter presos a sus padres si estos los reprimendan y no me refiero a que les den una paliza. Me refiero simplemente a los castigos como enviar al hijo a dormir sin postre o confiscarle el teléfono, o simplemente castigar a un hijo por sacar malas notas en la escuela. Todo eso es ahora ilegal y es considerado abuso de menores. Creo que hay mil formas de corregir a un hijo, sin tocarle un cabello o faltarle al respeto. Y entonces pregunto, ¿cómo se le inculcan buenos modales, buenas maneras, ética y responsabilidad a los hijos? Y si no aprende, como gente maleducada y descortes que vemos por ahí, será que tiene que aprender todo eso en la calle o mejor que crezca como un salvaje.

La Fe es otro tema que está bajo ataque, especialmente si se profesan cualquier forma de Cristianismo o de Judaísmo. Dios nos libre de admitir en público que creemos. Eso nos hace retrógrados, obsoletos, obtusos y fundamentalmente arcaicos. Algunos ven a Europa como la panacea. Personalmente veo a Europa como en una espiral descendiente a toda velocidad, de la que debemos tomar el ejemplo de lo que no debemos de hacer.

Guatemala es un país tradicional.  Tanto el indígena, como el ladino o las demás etnias existentes valoran la familia, con variantes, pero con enorme respeto por costumbres familiares y religiosas.  Sería interesante saber si los indígenas, que conforman la gran mayoría de la población, entienden lo que es el transexualismo, etc. y que opinan al respecto.

Y al final de cuentas es difícil no preguntarse ¿qué país es el que deseamos entonces? ¿Qué futuro le espera a sus hijos y nietos? Si es que llegan a nacer..

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Crisis social existencial

Betty Marroquin
19 de julio, 2018

Las tradiciones judías-cristianas, pilares de la civilización Occidental contemporánea, están bajo ataque en todo el mundo. La familia como base de la sociedad, la mujer y el hombre en su elemento tradicional, los hijos, el derecho a la vida, todo está bajo ataque, y es mundial.

La mujer ya no es mujer, el hombre ya no es hombre, y los que queremos aún serlo somos vistos como facistas, xenófobos, “ofobos” de cualquier tipo. Es políticamente incorrecto respetar padre y madre, ser lo que muchos crecimos viendo como normales. Ahora los normales de hace 20 años somos los anormales. Esto se refleja en todo, desde el vestuario, hasta la sexualidad del individuo. Lo terrible, para quienes aún creemos en los valores tradicionales, es que quieren legislarlo. Hay una propuesta de Ley que pretende que los niños no sean inscritos como varón o niña en el Renap para que sean ellos los que elijan más adelante que desean ser, y las opciones no son mujer u hombre, son mucho más variadas.

El aborto es hoy día la forma deseada de control de la natalidad, y quienes lo promueven olvidan que sus propias madres, de haber seguido lo que ellas promueven, jamás habrían nacido. La realidad es que el derecho a la vida nos fue otorgado a todos los que deambulamos por el mundo, de lo contrario estaríamos muertos. Y pregunto ¿somos así de egoístas que sólo nosotros tenemos derecho a la vida y quienes podrían venir a ser médicos, abogados, ingenieros, artistas, etc no tienen ese mismo derecho? En Guatemala se está promoviendo el derecho al aborto hasta para jóvencitas de 14 años que puedan abortar sin autorización de sus padres y caer bajo la tutela del Estado, el cual deberá según esa ley, mantenerlas hasta los 18 años sólo por haber abortado. Ah, pero nos estamos modernizando.

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Yo tengo amistades homosexuales que son gente de lo más correcta, que no se visten de arcoíris y se pasean en demostración alguna. Son gente digna que vive su sexualidad en la privacidad de sus hogares, con sus parejas, en paz. Profesionales éticos y honorables, son gente que viste con la misma dignidad con la que llevan sus vidas. Son hijos, hermanos y amigos ejemplares, seres humanos excelentes. Su preferencia sexual no es pues un tema que me atañe, los respeto y los entiendo. Pero sobre todo, destaco que ellos respetan y entienden a quienes somos mujeres u hombres tradicionales y comparten muchos de nuestros valores más importantes.

La familia, núcleo de la sociedad, está siendo destruida. Los hijos pueden ahora meter presos a sus padres si estos los reprimendan y no me refiero a que les den una paliza. Me refiero simplemente a los castigos como enviar al hijo a dormir sin postre o confiscarle el teléfono, o simplemente castigar a un hijo por sacar malas notas en la escuela. Todo eso es ahora ilegal y es considerado abuso de menores. Creo que hay mil formas de corregir a un hijo, sin tocarle un cabello o faltarle al respeto. Y entonces pregunto, ¿cómo se le inculcan buenos modales, buenas maneras, ética y responsabilidad a los hijos? Y si no aprende, como gente maleducada y descortes que vemos por ahí, será que tiene que aprender todo eso en la calle o mejor que crezca como un salvaje.

La Fe es otro tema que está bajo ataque, especialmente si se profesan cualquier forma de Cristianismo o de Judaísmo. Dios nos libre de admitir en público que creemos. Eso nos hace retrógrados, obsoletos, obtusos y fundamentalmente arcaicos. Algunos ven a Europa como la panacea. Personalmente veo a Europa como en una espiral descendiente a toda velocidad, de la que debemos tomar el ejemplo de lo que no debemos de hacer.

Guatemala es un país tradicional.  Tanto el indígena, como el ladino o las demás etnias existentes valoran la familia, con variantes, pero con enorme respeto por costumbres familiares y religiosas.  Sería interesante saber si los indígenas, que conforman la gran mayoría de la población, entienden lo que es el transexualismo, etc. y que opinan al respecto.

Y al final de cuentas es difícil no preguntarse ¿qué país es el que deseamos entonces? ¿Qué futuro le espera a sus hijos y nietos? Si es que llegan a nacer..

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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