Una definición de este concepto aparece en el sitio Definición.de. Escogí ésta pues es se apega al concepto más ampliamente utilizado, no por ello el correcto. Dice este sitio: “… la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales. En una sociedad con justicia social, los derechos humanos son respetados y las clases sociales más desfavorecidas cuentan con oportunidades de desarrollo”. Más adelante agrega: “La justicia social implica el compromiso del Estado para compensar las desigualdades que surgen en el mercado y en otros mecanismos propios de la sociedad…”
En Guatemala, como en muchos otros países, se le ha vendido a “las masas”, término despectivo utilizado por los quienes venden esto, que la riqueza es mala, que los grandes empresarios son una lacra, que no es justo que ellos tengan mucho y el resto no, etc. ¿A cuenta de qué?
El concepto socialista promueve que es el Estado el que debe proveer de los beneficios sociales para que no haya diferencias tan marcadas entre los que tienen mucho y los que tienen poco. O sea, el gobierno invierte los impuestos que pagamos los empresarios para darle, principalmente, salud, educación y justicia a los menos favorecidos. Esto es muy loable y considero que ninguno de nosotros se opone. Sin embargo, la forma en la que los gobiernos “invierten” los recursos para brindar estos satisfactores sociales mínimos, es demasiado ineficiente, la calidad es pésima y, al final del día, los miles de millones recaudados se los lleva el viento.
En el nombre de la justicia social se creó el índice Gini, una medida económica que sirve para calcular la desigualdad de ingresos que existe entre los ciudadanos de un país. Se encuentra entre 0 y 1, siendo cero la máxima igualdad (todos los ciudadanos tienen los mismos ingresos) y uno la mínima (todos los ingresos los tiene un solo ciudadano) (Economipedia.com). De acuerdo al Banco Mundial, el dato para Guatemala es de 0.524 (2011), lo que nos ubica en uno de los países más desiguales del mundo. La causa principal, según el BM, es la baja recaudación de impuestos, vista como el bajo porcentaje de ingresos versus el tamaño de la economía.
Ajá… Le pregunto a usted que amablemente lee este artículo, ¿estaría dispuesto a pagar más impuestos? Si es como yo, su respuesta es un rotundo ¡no!
El enfoque no es cantidad sino calidad. A lo largo de los años vemos que el presupuesto de ingresos y gastos del gobierno va en aumento, pero nunca vemos una mejora en la calidad de los servicios prestados. Tampoco vemos incremento en la cobertura. Pero sí se dan gastos innecesarios por montones, a lo largo y ancho del aparato estatal. Como el presupuesto nunca alcanza, de acuerdo a los burócratas de turno, surge la “necesidad” de incrementar impuestos. De todas formas no va a alcanzar pues el gobierno es el peor administrador. Y como hemos visto en estos últimos días, el dinero se va para complacer a los sindicatos. Joviel apareció para presionar a los diputados que le incrementen casi mil millones de quetzales al MinEduc para poder dar el aumento salarial que, irresponsablemente, el Presidente Morales firmó. También apareció el sindicato del Organismo Judicial pidiendo Q10,000 para cada empleado porque “la situación está difícil en el país”. ¿Qué tal?
Para mi, la justicia social está en el respeto a nuestro derecho humano de producir libremente, sin ser extorsionado. Que podamos transitar libremente, sin bloqueos, sin asaltos, sin carreteras en pedazos. Que el gobierno proteja y defienda nuestra vida, nuestra propiedad privada y nuestra libertad. Es justicia social el que haya precisamente eso, justicia, pronta, objetiva, apegada a lo que está escrito en la legislación y sin injerencias de nadie. Solo así podremos crecer, invertir, generar empleos y reducir la pobreza mediante el trabajo honrado y digno de más guatemaltecos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Una definición de este concepto aparece en el sitio Definición.de. Escogí ésta pues es se apega al concepto más ampliamente utilizado, no por ello el correcto. Dice este sitio: “… la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales. En una sociedad con justicia social, los derechos humanos son respetados y las clases sociales más desfavorecidas cuentan con oportunidades de desarrollo”. Más adelante agrega: “La justicia social implica el compromiso del Estado para compensar las desigualdades que surgen en el mercado y en otros mecanismos propios de la sociedad…”
En Guatemala, como en muchos otros países, se le ha vendido a “las masas”, término despectivo utilizado por los quienes venden esto, que la riqueza es mala, que los grandes empresarios son una lacra, que no es justo que ellos tengan mucho y el resto no, etc. ¿A cuenta de qué?
El concepto socialista promueve que es el Estado el que debe proveer de los beneficios sociales para que no haya diferencias tan marcadas entre los que tienen mucho y los que tienen poco. O sea, el gobierno invierte los impuestos que pagamos los empresarios para darle, principalmente, salud, educación y justicia a los menos favorecidos. Esto es muy loable y considero que ninguno de nosotros se opone. Sin embargo, la forma en la que los gobiernos “invierten” los recursos para brindar estos satisfactores sociales mínimos, es demasiado ineficiente, la calidad es pésima y, al final del día, los miles de millones recaudados se los lleva el viento.
En el nombre de la justicia social se creó el índice Gini, una medida económica que sirve para calcular la desigualdad de ingresos que existe entre los ciudadanos de un país. Se encuentra entre 0 y 1, siendo cero la máxima igualdad (todos los ciudadanos tienen los mismos ingresos) y uno la mínima (todos los ingresos los tiene un solo ciudadano) (Economipedia.com). De acuerdo al Banco Mundial, el dato para Guatemala es de 0.524 (2011), lo que nos ubica en uno de los países más desiguales del mundo. La causa principal, según el BM, es la baja recaudación de impuestos, vista como el bajo porcentaje de ingresos versus el tamaño de la economía.
Ajá… Le pregunto a usted que amablemente lee este artículo, ¿estaría dispuesto a pagar más impuestos? Si es como yo, su respuesta es un rotundo ¡no!
El enfoque no es cantidad sino calidad. A lo largo de los años vemos que el presupuesto de ingresos y gastos del gobierno va en aumento, pero nunca vemos una mejora en la calidad de los servicios prestados. Tampoco vemos incremento en la cobertura. Pero sí se dan gastos innecesarios por montones, a lo largo y ancho del aparato estatal. Como el presupuesto nunca alcanza, de acuerdo a los burócratas de turno, surge la “necesidad” de incrementar impuestos. De todas formas no va a alcanzar pues el gobierno es el peor administrador. Y como hemos visto en estos últimos días, el dinero se va para complacer a los sindicatos. Joviel apareció para presionar a los diputados que le incrementen casi mil millones de quetzales al MinEduc para poder dar el aumento salarial que, irresponsablemente, el Presidente Morales firmó. También apareció el sindicato del Organismo Judicial pidiendo Q10,000 para cada empleado porque “la situación está difícil en el país”. ¿Qué tal?
Para mi, la justicia social está en el respeto a nuestro derecho humano de producir libremente, sin ser extorsionado. Que podamos transitar libremente, sin bloqueos, sin asaltos, sin carreteras en pedazos. Que el gobierno proteja y defienda nuestra vida, nuestra propiedad privada y nuestra libertad. Es justicia social el que haya precisamente eso, justicia, pronta, objetiva, apegada a lo que está escrito en la legislación y sin injerencias de nadie. Solo así podremos crecer, invertir, generar empleos y reducir la pobreza mediante el trabajo honrado y digno de más guatemaltecos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo