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La USAC urge de un presupuesto adecuado a sus necesidades

Antonio Melgar
13 de noviembre, 2018

Es por demás decirlo que si queremos alcanzar desarrollo, tenemos que tener bien claro que la educación superior es la clave, aunque tampoco debemos olvidar el resto de niveles educativos se encuentran en condiciones cuestionables.

Pero lo que sí es claro, es que el tema del presupuesto de la USAC a todas luces más parece ser un tema de interés político que técnico, sobretodo sabiendo que  el presupuesto será un arma poderosa ante las elecciones venideras.

Y es evidente que con las condiciones del país en el que nos encontramos, debemos generar una visión de carácter social y sobre todo ser auditores como ciudadanos de lo que tenemos ahora como clase política, porque de verdad lejos de beneficio común  esto parece un tema personal de cada uno de los actores políticos.

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Resulta penoso todo esto principalmente cuando vemos a “nuestros diputados”, negociando con el presupuesto de la USAC y, repitiendo que su intensión es  apoyar a la Universidad, todo ello sin llegar a propuestas claras y menos acercase a lo que de verdad necesitan los estudiantes, es por ello que debemos pensar en qué momento como sociedad podemos exigir verdaderos cambios.

¿Será que siempre nuestra clase política podrá actuar con cualquier libertad sin tener freno y hacer lo que siempre hacen?, porque al final actúan de acuerdo a sus propios intereses y dejan de hacer lo correcto para la mayoría de la población.

Es de decir, que si dejamos con un presupuesto débil a la educación superior estaríamos dejando ir posiblemente miles de sueños de estudiantes que quedarían a la intemperie de un sistema adecuado solo para quienes tienen posibilidades económicas.

Este es el escenario sombrío que nos quedaría; se dejarían de hacer propuestas en los 22 centros universitarios, la investigación académica se detendría y la propuesta de soluciones al Estado desde la Academia serían más lejanas y sobre todo nos convertiríamos en un Estado en donde la educación seria una utopía para las nuevas generaciones de guatemaltecos.

Si las condiciones se establecen como hasta ahora para la USAC con un presupuesto débil el mismo Estado se toparía con un sistema de Salud afectado, debido a la práctica que hacen los estudiantes de medicina en la red de hospitales públicos.

Eso es  una muestra de la necesidad de la academia en una sociedad y, si dejamos que esta Academia se apague estaríamos cayendo en una situación lamentable.

Es urgente y necesario encontrar una salida clara por parte de la clase política a esta problemática que enfrenta a la USAC y que demuestren la voluntad de hacer bien las cosas, ya que solo con educación de calidad podemos cambiar la estructura de país.

Guatemala se merece una educación de calidad y la Universidad es la herramienta por excelencia para conseguirla y es por ello que su presupuesto debe ser acorde a lo que constitucionalmente se establece y hasta se debería hablar incluso de un aumento.

Es inaudito que pensemos primero en darle recursos al Ejército y dejando de priorizar la educación. Nuestros índices de país hablan por sí solos, si retrocedemos los daños los daños serán todavía más graves.

Urge un presupuesto que responda a la necesidad educativa de miles de estudiantes del país, urge que los diputados procuren el bienestar común ahora más que nunca.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

La USAC urge de un presupuesto adecuado a sus necesidades

Antonio Melgar
13 de noviembre, 2018

Es por demás decirlo que si queremos alcanzar desarrollo, tenemos que tener bien claro que la educación superior es la clave, aunque tampoco debemos olvidar el resto de niveles educativos se encuentran en condiciones cuestionables.

Pero lo que sí es claro, es que el tema del presupuesto de la USAC a todas luces más parece ser un tema de interés político que técnico, sobretodo sabiendo que  el presupuesto será un arma poderosa ante las elecciones venideras.

Y es evidente que con las condiciones del país en el que nos encontramos, debemos generar una visión de carácter social y sobre todo ser auditores como ciudadanos de lo que tenemos ahora como clase política, porque de verdad lejos de beneficio común  esto parece un tema personal de cada uno de los actores políticos.

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Resulta penoso todo esto principalmente cuando vemos a “nuestros diputados”, negociando con el presupuesto de la USAC y, repitiendo que su intensión es  apoyar a la Universidad, todo ello sin llegar a propuestas claras y menos acercase a lo que de verdad necesitan los estudiantes, es por ello que debemos pensar en qué momento como sociedad podemos exigir verdaderos cambios.

¿Será que siempre nuestra clase política podrá actuar con cualquier libertad sin tener freno y hacer lo que siempre hacen?, porque al final actúan de acuerdo a sus propios intereses y dejan de hacer lo correcto para la mayoría de la población.

Es de decir, que si dejamos con un presupuesto débil a la educación superior estaríamos dejando ir posiblemente miles de sueños de estudiantes que quedarían a la intemperie de un sistema adecuado solo para quienes tienen posibilidades económicas.

Este es el escenario sombrío que nos quedaría; se dejarían de hacer propuestas en los 22 centros universitarios, la investigación académica se detendría y la propuesta de soluciones al Estado desde la Academia serían más lejanas y sobre todo nos convertiríamos en un Estado en donde la educación seria una utopía para las nuevas generaciones de guatemaltecos.

Si las condiciones se establecen como hasta ahora para la USAC con un presupuesto débil el mismo Estado se toparía con un sistema de Salud afectado, debido a la práctica que hacen los estudiantes de medicina en la red de hospitales públicos.

Eso es  una muestra de la necesidad de la academia en una sociedad y, si dejamos que esta Academia se apague estaríamos cayendo en una situación lamentable.

Es urgente y necesario encontrar una salida clara por parte de la clase política a esta problemática que enfrenta a la USAC y que demuestren la voluntad de hacer bien las cosas, ya que solo con educación de calidad podemos cambiar la estructura de país.

Guatemala se merece una educación de calidad y la Universidad es la herramienta por excelencia para conseguirla y es por ello que su presupuesto debe ser acorde a lo que constitucionalmente se establece y hasta se debería hablar incluso de un aumento.

Es inaudito que pensemos primero en darle recursos al Ejército y dejando de priorizar la educación. Nuestros índices de país hablan por sí solos, si retrocedemos los daños los daños serán todavía más graves.

Urge un presupuesto que responda a la necesidad educativa de miles de estudiantes del país, urge que los diputados procuren el bienestar común ahora más que nunca.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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