La crisis humanitaria que se vive en estos momentos es una muestra de la falta de voluntad política de los pueblos del Triángulo Norte para establecer modelos de desarrollo integrales, que más bien se centran en establecer líneas en las que se perpetúen los grupos que quieren mantener el Status Quo en la región, siempre generando beneficios a las minorías.
La columna humana de hermanos hondureños, es una muestra de la gran necesidad que existe en los países vecinos que lamentablemente no cuentan con políticas claras de desarrollo, por lo que las personas dejan su hogar y su país en busca de que comer y tener acceso a vidas dignas, un llamado muy fuerte a aquellos que desde su comodidad establecen lineamientos y ordenes que acaba en someter a la miseria a su pueblo.
Es un drama ver como miles de personas arriesgando su propia vida y su integridad buscan un refugio en otra parte, por eso es también de pensar que esta tragedia que estamos viviendo los centroamericanos en especial Guatemala, Honduras y El Salvador, nos muestra el lado más cruel de la pobreza y el lado nefasto de la misma humanidad.
Estar en esta situación de pobreza y pobreza extrema en la que nos encontramos no solo es consecuencia de una malísima administración sino además consecuencia de la corrupción que por décadas ha desmantelado las posibles formas de desarrollo, el impacto de la corrupción en nuestra región es devastadora y claro cuando se trata de combatirla los mismos de siempre estarán haciendo lo necesario para desacreditar esa lucha.
Es sumamente importante reconocer que si la corrupción sigue imperante, las columnas humanas seguirán ya que este mal acabará por devastar a cualquier Estado y por eso mismo es que resulta tan necesario primero limpiar al Estado de este cáncer de la corrupción para dejar y establecer reglas claras de juego.
Sin embargo, digo que sin equivocarme toda esa lucha fuerte se ve lejana porque en cuanto aquí en Guatemala, el Pacto de Corruptos está en una reestructura como tal, en donde con el apoyo de los legisladores ahora entusiasmados con las próximas elecciones han dado un golpe a la impunidad, abriendo de nuevo las puertas al financiamiento electoral ilícito a la corrupción y mafias de este país, asegurándose de nuevo espacio políticos de decisión.
Es claro que poco les importa el país, porque solo les interesa el bienestar de unos pocos que siempre han logrado a base de tretas condenar a nuestra sociedad a la pobreza, precariedad que ahora vemos en su más macabra expresión porque la migración de miles hacia la búsqueda de oportunidad para poder vivir es comprobable.
Hay que entender que la lucha contra la corrupción y la impunidad no es antojadiza ya que debemos comprender que la corrupción y la impunidad y por supuesto las políticas antojadizas nos están llevando a terminar en la desgracia social.
El llamado como siempre es reflexionar que estamos haciendo los guatemaltecos para evitar que ese esas condiciones se sigan dando y sobretodo si queremos un país sano con políticas publicas correctas y que permitan a todos tener oportunidades, la pasividad ante los abusos de las autoridades nos van a condenar, sino es que ya nos condenaron a la desgracia social.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
La crisis humanitaria que se vive en estos momentos es una muestra de la falta de voluntad política de los pueblos del Triángulo Norte para establecer modelos de desarrollo integrales, que más bien se centran en establecer líneas en las que se perpetúen los grupos que quieren mantener el Status Quo en la región, siempre generando beneficios a las minorías.
La columna humana de hermanos hondureños, es una muestra de la gran necesidad que existe en los países vecinos que lamentablemente no cuentan con políticas claras de desarrollo, por lo que las personas dejan su hogar y su país en busca de que comer y tener acceso a vidas dignas, un llamado muy fuerte a aquellos que desde su comodidad establecen lineamientos y ordenes que acaba en someter a la miseria a su pueblo.
Es un drama ver como miles de personas arriesgando su propia vida y su integridad buscan un refugio en otra parte, por eso es también de pensar que esta tragedia que estamos viviendo los centroamericanos en especial Guatemala, Honduras y El Salvador, nos muestra el lado más cruel de la pobreza y el lado nefasto de la misma humanidad.
Estar en esta situación de pobreza y pobreza extrema en la que nos encontramos no solo es consecuencia de una malísima administración sino además consecuencia de la corrupción que por décadas ha desmantelado las posibles formas de desarrollo, el impacto de la corrupción en nuestra región es devastadora y claro cuando se trata de combatirla los mismos de siempre estarán haciendo lo necesario para desacreditar esa lucha.
Es sumamente importante reconocer que si la corrupción sigue imperante, las columnas humanas seguirán ya que este mal acabará por devastar a cualquier Estado y por eso mismo es que resulta tan necesario primero limpiar al Estado de este cáncer de la corrupción para dejar y establecer reglas claras de juego.
Sin embargo, digo que sin equivocarme toda esa lucha fuerte se ve lejana porque en cuanto aquí en Guatemala, el Pacto de Corruptos está en una reestructura como tal, en donde con el apoyo de los legisladores ahora entusiasmados con las próximas elecciones han dado un golpe a la impunidad, abriendo de nuevo las puertas al financiamiento electoral ilícito a la corrupción y mafias de este país, asegurándose de nuevo espacio políticos de decisión.
Es claro que poco les importa el país, porque solo les interesa el bienestar de unos pocos que siempre han logrado a base de tretas condenar a nuestra sociedad a la pobreza, precariedad que ahora vemos en su más macabra expresión porque la migración de miles hacia la búsqueda de oportunidad para poder vivir es comprobable.
Hay que entender que la lucha contra la corrupción y la impunidad no es antojadiza ya que debemos comprender que la corrupción y la impunidad y por supuesto las políticas antojadizas nos están llevando a terminar en la desgracia social.
El llamado como siempre es reflexionar que estamos haciendo los guatemaltecos para evitar que ese esas condiciones se sigan dando y sobretodo si queremos un país sano con políticas publicas correctas y que permitan a todos tener oportunidades, la pasividad ante los abusos de las autoridades nos van a condenar, sino es que ya nos condenaron a la desgracia social.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo