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Descubriendo qué es el Arte.

Redacción República
03 de junio, 2017

Me siento honrado al haber sido invitado por este medio de comunicación virtual REPÚBLICA y agradezco la oportunidad para poder crear un diálogo serio sobre una de mis más grandes pasiones en la vida: El Arte. Dedico mi columna a todas las mentes que deseen escuchar y opinar de manera seria, no importando si están o no están de acuerdo conmigo. Tuve un gran padre artista pintor, Walter Peter Koller, con el que a muy temprana edad discutíamos sobre lo que podía ser, era, no era, debía ser el arte. Hablábamos horas y horas filosofando sobre los que podrían ser los límites del arte, las corrientes modernas y antiguas de las artes visuales. Treinta y tres años llevo ya de estar investigando, reflexionando y analizando qué es el arte, si la belleza es objetiva o subjetiva, si la armonía y composición son una obligatoriedad en el arte, si existe el buen y el mal arte, si está bien o no buscar la excelencia y qué significa ésta, si una instalación o el llamado arte conceptual es o no arte. Hay tanto de qué hablar, comentar, opinar y compartir. Y he decidido comenzar por el principio: intentando definir qué es el Arte. He estudiado a muchos pensadores sobre este tema en particular y elijo iniciar con una de las que, yo considero, más inteligentes pensadoras del siglo pasado, influenciada muchísimo por Aristóteles y por el Movimiento Romántico en las artes del siglo IXX y principios del XX. Pienso que Ayn Rand desarrolló una de las definiciones más completas y claras sobre las artes en general y en particular.

Según Ayn Rand (en su capítulo Arte y Cognición de su obra magistral EL MANIFIESTO ROMÁNTICO) el arte es la recreación selectiva de la realidad según los juicios de valor metafísicos del artista; esto en términos más sencillos significa la recreación selectiva de la realidad según la filosofía del artista, según su visión de vida; el arte lo que expresa es un sentido de vida. La necesidad profunda del arte para el hombre, radica en el hecho de que su facultad cognitiva es conceptual, en esencia, que adquiere conocimientos por medio de abstracciones a través de su percepción visual inmediata. El arte llena esta necesidad por medio de una recreación selectiva, concretiza la visión y relación fundamental de sí mismo con la existencia. Le dice al hombre, en efecto, qué aspectos de su experiencia son los que tomará como esenciales, significativos e importantes. “El artista”, sostiene A.R.,” hace un uso especializado de los dos procesos básicos de la consciencia humana. Él utiliza el aislamiento e integración con respecto a los aspectos de la realidad que representan la visión fundamental de sí mismo y de la existencia. Entre el sinfín de concretos, el artista aísla las cosas que toma como metafísicamente esenciales y las integra en un nuevo concreto que representa en una abstracción encarnada, como una estatua, una pintura, o una fotografía etc.) El resultado es un microcosmos en el universo, que muestra los valores del hombre.” Y eso más importante, que es lo que para el artista más cuenta, es a lo que Ayn Rand llama juicios de valor metafísicos.

Las artes plásticas deberán simbolizar aquellos valores que el artista considere lo suficientemente importantes para ser incluidos en la obra y poder así expresar su visión de la existencia, representando los valores y virtudes que él profesa. Cada artista entonces, dependiendo de la filosofía que posea, de la moral que guía sus acciones, de su visión epistemológica sobre la realidad, ya sea si cree que ésta se percibe a través de los sentidos o a través de las emociones o por el consumo de drogas o en su defecto, a través de fuerzas místicas, así será el resultado final de su obra, de una claridad magnífica en sus medios de comunicación artística que sea el resultado de la misma claridad de su consciencia y el uso eficaz de sus sentidos y su poder conceptual utilizado lógicamente o todo lo contrario; del resultado   totalmente ineficaz de poder percibir la realidad de manera irracional. De cualquier manera, el artista hace identificables visualmente en la obra a través de símbolos, dándose a sí mismo una imagen concreta de su naturaleza; por ende, de su visión del hombre y de su relación con la realidad. En este sentido, el arte es una concretización de la metafísica. Pero también podríamos decir que es una concretización de toda su visión de la vida, una concretización de toda su filosofía y por ello es fundamental para su supervivencia, ya que el arte le ayuda al ser humano a confirmarle o no que algo está o no está bien, que vale o no vale la pena, que es o no es, que está haciendo las cosas como se debe o como no se debe. Rand continúa afirmando que el arte es una necesidad de la mente, del hombre como pensador y valuador. El arte le reafirma que está vivo, le dice que lo que expresa o que con lo que se identifica está normativamente correcto. Es por eso que, así como la filosofía, el arte ha existido siempre entre los hombres, desde la prehistoria hasta el presente, y que los animales no necesitan ni tienen arte ni algún equivalente del mismo. En ese sentido el arte es como el amor, como la amistad; uno se puede identificar o no se puede identificar con la otra persona, con la filosofía, con la moral, con la visión de la amiga o amigo con el que se comparte una idea; pues el arte es muy parecido: o uno se identifica o no se identifica con los juicios de valor que el artista está tratando de comunicar. Si uno se identifica, a uno le gusta esa obra porque valora lo que está expresando y si no se identifica, a uno no le gusta esa obra, uno no está valorando lo que representa. Otro tema muy distinto será la manera en la que expresa su visión, los símbolos que utilizará y la forma en la que los ordenará e integrará, para lo que dedicaremos capítulos siguientes.

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Podemos ya concluir también entonces, asumiendo que la ley de identidad aristotélica es irrefutable, en donde se afirma que A es A y no B y por ende Arte es lo que es y no otra cosa, es decir también que una entidad es lo que es según su naturaleza, lo que responde a la ley de la causalidad. La realidad es lo que recrea el arte y lo puede hacer únicamente de manera de manera simbólica. Rand dice: “Por el hecho de ser una recreación de la realidad, un objeto de arte debe ser representativo, la libertad de la estilización está limitada por su inteligibilidad, si no es inteligible deja de ser arte.” Y yo estoy muy de acuerdo, ya que no podemos representar lo que no se entiende, ya que lo que no se entiende se comunica en el arte como un no existente (un símbolo que representa nada). Cuando el artista está usando alguna de las artes visuales como medio de expresión, como lo es la pintura o la escultura, lo que está haciendo es crear una abstracción visual, una imagen en su mente, la pintura está concretando esa imagen por medios visuales sensoriales y si esa imagen es incomprensible, la comunicación se vuelve nada, como cuando un disque-artista dice que una mancha roja como un sencillo brochazo “para él” significa una batalla o la muerte o un genocidio. No necesariamente es arte lo que un artista hace. No necesariamente es arte lo que por capricho un artista quiere creer que su obra exprese. No necesariamente es arte lo que algún curador desee que el urinal invertido de Marcel Duchamp lo sea. Para que una pintura o una escultura sea arte debe responder a su definición objetiva, debe ser representativa, debe simbolizar una visión del hombre, debe ser inteligible. Ayn Rand dice que el estilo de un artista es el resultado de su visión de la consciencia del hombre, de su eficacia o impotencia. Por lo general un artista que tiene un estado mental de completa atención, creará un estilo de claridad radiante y precisión absoluta como el Hugolino de Jean Baptiste Carpeaux.

Ugolino y Sus Hijos, Jean-Baptiste Carpeaux, 1860s, Mármol, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York, USA.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Descubriendo qué es el Arte.

Redacción República
03 de junio, 2017

Me siento honrado al haber sido invitado por este medio de comunicación virtual REPÚBLICA y agradezco la oportunidad para poder crear un diálogo serio sobre una de mis más grandes pasiones en la vida: El Arte. Dedico mi columna a todas las mentes que deseen escuchar y opinar de manera seria, no importando si están o no están de acuerdo conmigo. Tuve un gran padre artista pintor, Walter Peter Koller, con el que a muy temprana edad discutíamos sobre lo que podía ser, era, no era, debía ser el arte. Hablábamos horas y horas filosofando sobre los que podrían ser los límites del arte, las corrientes modernas y antiguas de las artes visuales. Treinta y tres años llevo ya de estar investigando, reflexionando y analizando qué es el arte, si la belleza es objetiva o subjetiva, si la armonía y composición son una obligatoriedad en el arte, si existe el buen y el mal arte, si está bien o no buscar la excelencia y qué significa ésta, si una instalación o el llamado arte conceptual es o no arte. Hay tanto de qué hablar, comentar, opinar y compartir. Y he decidido comenzar por el principio: intentando definir qué es el Arte. He estudiado a muchos pensadores sobre este tema en particular y elijo iniciar con una de las que, yo considero, más inteligentes pensadoras del siglo pasado, influenciada muchísimo por Aristóteles y por el Movimiento Romántico en las artes del siglo IXX y principios del XX. Pienso que Ayn Rand desarrolló una de las definiciones más completas y claras sobre las artes en general y en particular.

Según Ayn Rand (en su capítulo Arte y Cognición de su obra magistral EL MANIFIESTO ROMÁNTICO) el arte es la recreación selectiva de la realidad según los juicios de valor metafísicos del artista; esto en términos más sencillos significa la recreación selectiva de la realidad según la filosofía del artista, según su visión de vida; el arte lo que expresa es un sentido de vida. La necesidad profunda del arte para el hombre, radica en el hecho de que su facultad cognitiva es conceptual, en esencia, que adquiere conocimientos por medio de abstracciones a través de su percepción visual inmediata. El arte llena esta necesidad por medio de una recreación selectiva, concretiza la visión y relación fundamental de sí mismo con la existencia. Le dice al hombre, en efecto, qué aspectos de su experiencia son los que tomará como esenciales, significativos e importantes. “El artista”, sostiene A.R.,” hace un uso especializado de los dos procesos básicos de la consciencia humana. Él utiliza el aislamiento e integración con respecto a los aspectos de la realidad que representan la visión fundamental de sí mismo y de la existencia. Entre el sinfín de concretos, el artista aísla las cosas que toma como metafísicamente esenciales y las integra en un nuevo concreto que representa en una abstracción encarnada, como una estatua, una pintura, o una fotografía etc.) El resultado es un microcosmos en el universo, que muestra los valores del hombre.” Y eso más importante, que es lo que para el artista más cuenta, es a lo que Ayn Rand llama juicios de valor metafísicos.

Las artes plásticas deberán simbolizar aquellos valores que el artista considere lo suficientemente importantes para ser incluidos en la obra y poder así expresar su visión de la existencia, representando los valores y virtudes que él profesa. Cada artista entonces, dependiendo de la filosofía que posea, de la moral que guía sus acciones, de su visión epistemológica sobre la realidad, ya sea si cree que ésta se percibe a través de los sentidos o a través de las emociones o por el consumo de drogas o en su defecto, a través de fuerzas místicas, así será el resultado final de su obra, de una claridad magnífica en sus medios de comunicación artística que sea el resultado de la misma claridad de su consciencia y el uso eficaz de sus sentidos y su poder conceptual utilizado lógicamente o todo lo contrario; del resultado   totalmente ineficaz de poder percibir la realidad de manera irracional. De cualquier manera, el artista hace identificables visualmente en la obra a través de símbolos, dándose a sí mismo una imagen concreta de su naturaleza; por ende, de su visión del hombre y de su relación con la realidad. En este sentido, el arte es una concretización de la metafísica. Pero también podríamos decir que es una concretización de toda su visión de la vida, una concretización de toda su filosofía y por ello es fundamental para su supervivencia, ya que el arte le ayuda al ser humano a confirmarle o no que algo está o no está bien, que vale o no vale la pena, que es o no es, que está haciendo las cosas como se debe o como no se debe. Rand continúa afirmando que el arte es una necesidad de la mente, del hombre como pensador y valuador. El arte le reafirma que está vivo, le dice que lo que expresa o que con lo que se identifica está normativamente correcto. Es por eso que, así como la filosofía, el arte ha existido siempre entre los hombres, desde la prehistoria hasta el presente, y que los animales no necesitan ni tienen arte ni algún equivalente del mismo. En ese sentido el arte es como el amor, como la amistad; uno se puede identificar o no se puede identificar con la otra persona, con la filosofía, con la moral, con la visión de la amiga o amigo con el que se comparte una idea; pues el arte es muy parecido: o uno se identifica o no se identifica con los juicios de valor que el artista está tratando de comunicar. Si uno se identifica, a uno le gusta esa obra porque valora lo que está expresando y si no se identifica, a uno no le gusta esa obra, uno no está valorando lo que representa. Otro tema muy distinto será la manera en la que expresa su visión, los símbolos que utilizará y la forma en la que los ordenará e integrará, para lo que dedicaremos capítulos siguientes.

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Podemos ya concluir también entonces, asumiendo que la ley de identidad aristotélica es irrefutable, en donde se afirma que A es A y no B y por ende Arte es lo que es y no otra cosa, es decir también que una entidad es lo que es según su naturaleza, lo que responde a la ley de la causalidad. La realidad es lo que recrea el arte y lo puede hacer únicamente de manera de manera simbólica. Rand dice: “Por el hecho de ser una recreación de la realidad, un objeto de arte debe ser representativo, la libertad de la estilización está limitada por su inteligibilidad, si no es inteligible deja de ser arte.” Y yo estoy muy de acuerdo, ya que no podemos representar lo que no se entiende, ya que lo que no se entiende se comunica en el arte como un no existente (un símbolo que representa nada). Cuando el artista está usando alguna de las artes visuales como medio de expresión, como lo es la pintura o la escultura, lo que está haciendo es crear una abstracción visual, una imagen en su mente, la pintura está concretando esa imagen por medios visuales sensoriales y si esa imagen es incomprensible, la comunicación se vuelve nada, como cuando un disque-artista dice que una mancha roja como un sencillo brochazo “para él” significa una batalla o la muerte o un genocidio. No necesariamente es arte lo que un artista hace. No necesariamente es arte lo que por capricho un artista quiere creer que su obra exprese. No necesariamente es arte lo que algún curador desee que el urinal invertido de Marcel Duchamp lo sea. Para que una pintura o una escultura sea arte debe responder a su definición objetiva, debe ser representativa, debe simbolizar una visión del hombre, debe ser inteligible. Ayn Rand dice que el estilo de un artista es el resultado de su visión de la consciencia del hombre, de su eficacia o impotencia. Por lo general un artista que tiene un estado mental de completa atención, creará un estilo de claridad radiante y precisión absoluta como el Hugolino de Jean Baptiste Carpeaux.

Ugolino y Sus Hijos, Jean-Baptiste Carpeaux, 1860s, Mármol, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York, USA.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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