Hoy día un grado universitario no es garantía ni es suficiente para optar a un empleo productivo en una economía, entendiendo este como el que determina no solamente la prosperidad económica sino la consistencia y la fuerza del tejido social.
En este sentido, la obtención de posgrados se ha convertido en una necesidad e incluso un mercadeo de especializaciones que no necesariamente obedece a la demanda del mercado laboral.
De acuerdo al estudio “Momento decisivo. La educación superior en América Latina y el Caribe”, publicado esta semana por el Banco Mundial, la tasa de jóvenes de Latinoamérica y el Caribe que se matriculan en educación superior pasó de 21% a 43% entre 2000 y 2013. Este incremento de alumnos asciende a 20 millones en la región, y ha beneficiado especialmente a jóvenes.
El incremento de matriculaciones ha venido de la mano de un mayor número de instituciones y de más programas de estudios. Sin embargo, es necesario crear programas que tengan las posibilidades de éxito con planes e instituciones que agreguen valor.
El principal desafío que enfrentan las universidades hoy día es conectarse mejor con el mercado laboral, es decir, entender qué es lo que necesita el mercado conforme a la oferta de carreras, la duración, contenido y relevancia de las mismas.
En este sentido, es imprescindible crear programas con posibilidades de éxito, que realmente permitan agregar valor y se conecten con el mercado laboral.
Los jóvenes universitarios necesitan elegir muy bien su programa de estudios superiores en función a lo que el mercado exige y requiere. Por dar un simple ejemplo, hoy día ante los cambios tecnológicos, los datos representan el activo más grande en las compañías alrededor del mundo, por lo que todas las carreras que introduzcan manejo de datos, programación, análisis y procesos son parte de la nueva era.
Crear programas sin tomar en cuenta la demanda laboral, es el camino perfecto para desperdiciar el talento de los jóvenes de nuestros países. Conocer las necesidades del mundo cambiante y globalizado es una necesidad para transformar y agregar valor a la sociedad mediante la creación de empleo productivo.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Hoy día un grado universitario no es garantía ni es suficiente para optar a un empleo productivo en una economía, entendiendo este como el que determina no solamente la prosperidad económica sino la consistencia y la fuerza del tejido social.
En este sentido, la obtención de posgrados se ha convertido en una necesidad e incluso un mercadeo de especializaciones que no necesariamente obedece a la demanda del mercado laboral.
De acuerdo al estudio “Momento decisivo. La educación superior en América Latina y el Caribe”, publicado esta semana por el Banco Mundial, la tasa de jóvenes de Latinoamérica y el Caribe que se matriculan en educación superior pasó de 21% a 43% entre 2000 y 2013. Este incremento de alumnos asciende a 20 millones en la región, y ha beneficiado especialmente a jóvenes.
El incremento de matriculaciones ha venido de la mano de un mayor número de instituciones y de más programas de estudios. Sin embargo, es necesario crear programas que tengan las posibilidades de éxito con planes e instituciones que agreguen valor.
El principal desafío que enfrentan las universidades hoy día es conectarse mejor con el mercado laboral, es decir, entender qué es lo que necesita el mercado conforme a la oferta de carreras, la duración, contenido y relevancia de las mismas.
En este sentido, es imprescindible crear programas con posibilidades de éxito, que realmente permitan agregar valor y se conecten con el mercado laboral.
Los jóvenes universitarios necesitan elegir muy bien su programa de estudios superiores en función a lo que el mercado exige y requiere. Por dar un simple ejemplo, hoy día ante los cambios tecnológicos, los datos representan el activo más grande en las compañías alrededor del mundo, por lo que todas las carreras que introduzcan manejo de datos, programación, análisis y procesos son parte de la nueva era.
Crear programas sin tomar en cuenta la demanda laboral, es el camino perfecto para desperdiciar el talento de los jóvenes de nuestros países. Conocer las necesidades del mundo cambiante y globalizado es una necesidad para transformar y agregar valor a la sociedad mediante la creación de empleo productivo.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo