Desafortunadamente para los venezolanos, la situación en su país, Venezuela, ha ido deteriorándose cada vez más. La vena dictatorial de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, se ha manifestado cada vez con mayor fuerza, tal como lo demuestra la sentencia de la sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia –TSJ-.
En dicha sentencia el TSJ asume las competencias de la Asamblea Nacional –AN-, y “advierte que mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga, para velar por el Estado de Derecho”.
Lo irónico del párrafo anterior es que hablan de velar por el Estado de Derecho, mismo que violan al quitarle sus funciones a la AN y erigirse como un supra poder por encima de la Constitución. Con lo anterior se abre la puerta para que un TSJ, acusado por la oposición de servir a los intereses de Maduro, le entregue el poder casi absoluto.
Anteriormente cuando la AN estaba controlada por los chavistas no era necesario bloquear con resoluciones judiciales todas las leyes y acuerdos que salían de la misma, ya que iban acordes a los deseos de Chávez y ahora de Maduro. Sin embargo, ahora que está dominada por la oposición, el TSJ se ha encargado de neutralizar mediante resoluciones judiciales el trabajo de los legisladores.
Hace tres años escribí: “Lo que hoy sucede en Venezuela es consecuencia de quince años de políticas populistas que fueron alejando la posibilidad de construir una República a través de modificaciones a la Constitución que otorgaron mayor poder a los gobernantes. Una historia -de terror para algunos- donde se fueron minando las Instituciones, donde mediante procesos democráticos los pocos contrapesos dejaron de existir, donde el Congreso dejó de ser bicameral y pasó a ser unicameral con el nombre de “Asamblea Nacional”. Un proceso donde se crea un “Consejo Moral Republicano” cuyas funciones, según se menciona en su sitio web, son “promover la educación como proceso creador de la ciudadanía” y que realmente ha servido más como un censor para quienes disienten, así como caja de resonancia para las ideas autoritarias del gobierno.
‘Por si no fuera suficiente, la “Ley Habilitante” es un poder que la Asamblea puede otorgar al Presidente para gobernar durante un año por decreto, es decir, emitir decretos con rango, valor y fuerza de ley sin necesidad de ser aprobadas por la Asamblea.”
La situación en Venezuela, ejemplifica como por medio de procesos democráticos se van perdiendo los pesos y contrapesos propios de la República. A través de la democracia, las dictaduras concentran cada vez más poder con la anuencia de la mayoría.
Es por medio de la democracia como se cambian Constituciones a la medida de los intereses del grupo en el poder, se elimina el objetivo principal del gobierno republicano que es velar por los derechos individuales de sus ciudadanos. A través de votaciones se elige al dictador de turno y se eliminan los límites de su poder.
A raíz de la sentencia que emite el TSJ para asumir las funciones de la AN y por ende eliminarla. Me pregunto si los venezolanos deberían pedir aún más democracia, como la que los llevó hasta ahí o cambiar el rumbo hacia instituciones republicanas que limiten el poder del gobernante.
Entre más democracia o más república, prefiero un sistema como la República donde nadie esté por encima de la Ley y el gobierno proteja los derechos individuales que un gobierno dirigido por las masas, donde la Ley es lo que decida la mayoría.
Los venezolanos deberán reflexionar acerca de cuál sistema les permitirá recuperarse del desastre que les dejará el Socialismo del siglo XXI. Deberán decidir si quieren más democracia o más república ¿cuál cree que elegirán?
@Md30
Facebook.com/Mda30
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Desafortunadamente para los venezolanos, la situación en su país, Venezuela, ha ido deteriorándose cada vez más. La vena dictatorial de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, se ha manifestado cada vez con mayor fuerza, tal como lo demuestra la sentencia de la sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia –TSJ-.
En dicha sentencia el TSJ asume las competencias de la Asamblea Nacional –AN-, y “advierte que mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga, para velar por el Estado de Derecho”.
Lo irónico del párrafo anterior es que hablan de velar por el Estado de Derecho, mismo que violan al quitarle sus funciones a la AN y erigirse como un supra poder por encima de la Constitución. Con lo anterior se abre la puerta para que un TSJ, acusado por la oposición de servir a los intereses de Maduro, le entregue el poder casi absoluto.
Anteriormente cuando la AN estaba controlada por los chavistas no era necesario bloquear con resoluciones judiciales todas las leyes y acuerdos que salían de la misma, ya que iban acordes a los deseos de Chávez y ahora de Maduro. Sin embargo, ahora que está dominada por la oposición, el TSJ se ha encargado de neutralizar mediante resoluciones judiciales el trabajo de los legisladores.
Hace tres años escribí: “Lo que hoy sucede en Venezuela es consecuencia de quince años de políticas populistas que fueron alejando la posibilidad de construir una República a través de modificaciones a la Constitución que otorgaron mayor poder a los gobernantes. Una historia -de terror para algunos- donde se fueron minando las Instituciones, donde mediante procesos democráticos los pocos contrapesos dejaron de existir, donde el Congreso dejó de ser bicameral y pasó a ser unicameral con el nombre de “Asamblea Nacional”. Un proceso donde se crea un “Consejo Moral Republicano” cuyas funciones, según se menciona en su sitio web, son “promover la educación como proceso creador de la ciudadanía” y que realmente ha servido más como un censor para quienes disienten, así como caja de resonancia para las ideas autoritarias del gobierno.
‘Por si no fuera suficiente, la “Ley Habilitante” es un poder que la Asamblea puede otorgar al Presidente para gobernar durante un año por decreto, es decir, emitir decretos con rango, valor y fuerza de ley sin necesidad de ser aprobadas por la Asamblea.”
La situación en Venezuela, ejemplifica como por medio de procesos democráticos se van perdiendo los pesos y contrapesos propios de la República. A través de la democracia, las dictaduras concentran cada vez más poder con la anuencia de la mayoría.
Es por medio de la democracia como se cambian Constituciones a la medida de los intereses del grupo en el poder, se elimina el objetivo principal del gobierno republicano que es velar por los derechos individuales de sus ciudadanos. A través de votaciones se elige al dictador de turno y se eliminan los límites de su poder.
A raíz de la sentencia que emite el TSJ para asumir las funciones de la AN y por ende eliminarla. Me pregunto si los venezolanos deberían pedir aún más democracia, como la que los llevó hasta ahí o cambiar el rumbo hacia instituciones republicanas que limiten el poder del gobernante.
Entre más democracia o más república, prefiero un sistema como la República donde nadie esté por encima de la Ley y el gobierno proteja los derechos individuales que un gobierno dirigido por las masas, donde la Ley es lo que decida la mayoría.
Los venezolanos deberán reflexionar acerca de cuál sistema les permitirá recuperarse del desastre que les dejará el Socialismo del siglo XXI. Deberán decidir si quieren más democracia o más república ¿cuál cree que elegirán?
@Md30
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República es ajena a la opinión expresada en este artículo