EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: La evolución no se detiene y una sociedad como la nuestra debe avanzar en varios aspectos, principalmente hablando de la clase política, porque el cambio que necesita Guatemala corresponde a todo el esquema jurídico como social.
Considero que esa reestructuración es necesaria porque como sociedad necesitamos una mejor visión de país, sí o sí, y por eso debemos entender que nosotros desde el espacio que ocupamos podemos convertirnos en agentes de cambio.
Por otro lado hay que entender que los cambios empiezan desde una condición de valores que se establecen por lo general desde la familia, y que en la actualidad presentan una debilidad porque es necesario tomar decisiones que deben ser valoradas por las características que tiene la buena fe.
Al escribir de valores se vienen a mi mente todos los casos de corrupción que han surgido, pasando por declaraciones presidenciales, diputados que parecen no tener tan clara su labor legislativa, con decisiones que se hacen pensando en aspectos personales y no por el bien común.
Es por ello que creo que todas esas coyunturas se deben a la falta de valores, y cuando escucho de casos como el de “La Línea”, todo me hace pensar en que los políticos deben contar con condiciones morales y éticas que los haga actuar en bienestar de toda la población y no solo de unos cuantos o a su favor como se evidencio.
Este caso en particular nos puso en contexto de un submundo que dirige decisiones para enriquecerse ilícitamente a costa de los bienes que por ley le corresponden al pueblo. Es preocupante aún más que con todas las pruebas algunos actores traten de atacar a las instituciones que sin dudarlo han destapado casos de corrupción importantes.
Debemos recordar entonces, que toda esa desvalorización de nuestra sociedad no permite que desde jóvenes los guatemaltecos actúen acorde a la cultura de legalidad que debería ser la norma del país que buscamos alcanzar.
Por eso los valores son importantes ya que estos de un momento a otro son los que dictan nuestro proceder como personas de una sociedad que debe luchar por un mejor futuro para todos.
La Línea puede ser un caso que deje una lección para aquellos que desde una posición de poder quieren aprovecharse para hacerse millonarios. No permitamos que aparezca una nueva estructura como esta, porque recordemos que todo se reacomoda, tratemos de acabar con el problema desde la familia con la enseñanza del hogar y el cimiento de buenos ciudadanos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
La evolución no se detiene y una sociedad como la nuestra debe avanzar en varios aspectos, principalmente hablando de la clase política, porque el cambio que necesita Guatemala corresponde a todo el esquema jurídico como social.
Considero que esa reestructuración es necesaria porque como sociedad necesitamos una mejor visión de país, sí o sí, y por eso debemos entender que nosotros desde el espacio que ocupamos podemos convertirnos en agentes de cambio.
Por otro lado hay que entender que los cambios empiezan desde una condición de valores que se establecen por lo general desde la familia, y que en la actualidad presentan una debilidad porque es necesario tomar decisiones que deben ser valoradas por las características que tiene la buena fe.
Al escribir de valores se vienen a mi mente todos los casos de corrupción que han surgido, pasando por declaraciones presidenciales, diputados que parecen no tener tan clara su labor legislativa, con decisiones que se hacen pensando en aspectos personales y no por el bien común.
Es por ello que creo que todas esas coyunturas se deben a la falta de valores, y cuando escucho de casos como el de “La Línea”, todo me hace pensar en que los políticos deben contar con condiciones morales y éticas que los haga actuar en bienestar de toda la población y no solo de unos cuantos o a su favor como se evidencio.
Este caso en particular nos puso en contexto de un submundo que dirige decisiones para enriquecerse ilícitamente a costa de los bienes que por ley le corresponden al pueblo. Es preocupante aún más que con todas las pruebas algunos actores traten de atacar a las instituciones que sin dudarlo han destapado casos de corrupción importantes.
Debemos recordar entonces, que toda esa desvalorización de nuestra sociedad no permite que desde jóvenes los guatemaltecos actúen acorde a la cultura de legalidad que debería ser la norma del país que buscamos alcanzar.
Por eso los valores son importantes ya que estos de un momento a otro son los que dictan nuestro proceder como personas de una sociedad que debe luchar por un mejor futuro para todos.
La Línea puede ser un caso que deje una lección para aquellos que desde una posición de poder quieren aprovecharse para hacerse millonarios. No permitamos que aparezca una nueva estructura como esta, porque recordemos que todo se reacomoda, tratemos de acabar con el problema desde la familia con la enseñanza del hogar y el cimiento de buenos ciudadanos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
