Quieren darle el Premio Nobel de la Paz a Claudia Paz y Paz. A diferencia de otros personajes de la izquierda nacional que han aportado algo positivo a Guatemala, nos guste o no admitirlo, ella logró, gracias a Sandra Torres ex de Colón, llegar al prestigioso cargo de Fiscal General de la Nación. Nada más, y nada menos. El cargo le quedaba enorme, y usó su poder a su sabor y antojo. Esa abogada recibió un fuerte apoyo de la extrema izquierda que se propuso desprestigiar al entonces Fiscal General, Dr. Conrado Reyes Sagastume, porque éste no quiso apoyar la agenda ideológica de éstos. Es decir, el Dr. Reyes parecía más interesado por ejemplo, en perseguir el narco y la corrupción que en perseguir al General Ríos Montt y proteger al CUC. Orquestraron una campaña internacional para desacreditarlo acusándolo de estar ligado a grupos obscuros de poder, de lo cual jamás presentaron pruebas. Ético proceder, ¿Dígame usted qué piensa? Fue tal el apoyo y la efectiva campaña que lanzaron que obtuvieron para ella el apoyo del entonces Embajador de los Estados Unidos y de la Canciller, Hillary Clinton, quienes le consiguieron los mayores honores y premios existentes en Washington a la Paz y Paz. Entre sus logros principales destacan proteger a doña Sandra (mejor conocida en el mundo guerrillero como Marta) de denuncias que van desde corrupción y malversación de fondos hasta crímenes de guerra o terrorismo y quien podría ser investigada por la corrupción de los hospitales nacionales, junto con su ex colaborador Gustavo Alejos. Siendo hija, hermana, prima y sobrina de ex guerrilleros, es clarísimo donde está su corazón. Es comprensible entonces que se obstinara en perseguir al General Ríos Montt aún a costillas de violar todo artículo que protege al adulto mayor, más aún enfermo y senil, de ser tratado como un criminal apto.
Otro ejemplo de sus logros es el proteger a su amigo Daniel Pascual del CUC, a pesar de que la ex Fiscal Gilda Aguilar presentara pruebas suficientes en su contra. La Licda. Aguilar sufrió un atentado luego de negarse a retirar los cargos contra Pascual como se lo pidiera Paz y Paz. De nuevo pregunto, ¿Me equivoco o claramente abusó de su poder con agenda propia? Y le quieren dar el Nobel de la Paz como a su amiga Rigoberta Menchú. ¡Que pasó con la razón misma del Nobel de la Paz? Fue creado por Alfred Nobel para honrar «a la persona que ha hecho el mejor trabajo o la mayor cantidad de contribuciones para la fraternidad entre las naciones, la supresión o reducción de ejércitos así como la participación y promoción de congresos de paz y derechos humanos en el año inmediatamente anterior» Que pena pero ni Rigoberta Menchú ni Claudia Paz y Paz le llegan a Mahatma Ghandi a la planta del pié. ¿Alguien por favor me diga que han hecho estas señoras para fomentar la fraternidad y la paz en Guatemala?
Todo esto está documentado en Internet, de fuentes diversas, en inglés y en español.
Ahora pasemos al otro tema y hablemos del Congreso. La depuración del Organismo Legislativo es urgente. De la gran mayoría de diputados que debieran ser juramentados el 14 de enero, pocos se salvan. Urge exigir al Tribunal Supremo Electoral y a las autoridades competentes que impidan que los elementos no aptos tomar posesión de las curules, y especialmente esos con sendas acusaciones pendientes la Ley. Guatemala ya fue violada por el Congreso en todas las formas posibles. Desde la escasa productividad, hasta la compra de votos, pasando por el gasto obsceno, los contubernios, interpelaciones y antejuicios, su labor ha sido realmente nefasta. Que unas cuantas golondrinas no hacen verano, se le aplica por completo. Necesitamos gente honesta, gente ética, gente de calidad. ¿Qué reformas podemos esperar de semejante Congreso? No pidamos peras al Olmo. Ya tenemos dos proyectos de reforma horrendos en línea, que si son aprobados, después no nos quejemos. Se ríen del clamor popular y son tan desubicados, cara dura y descarados algunos diputados, como Salvador Baldizón, que se atreven a criticar al sector privado, a los mayores empleadores de la nación cuyos puestos de trabajo son de los mejor remunerados y cuya gente suele atesorar su trabajo precisamente por sentirse apreciada y valorada como parte integral de la empresa. Calladitos se ven más bonitos. Debieran aprender de diputados que ni deben ni temen, y que no sintiéndose aludidos, han respondido positivamente al clamor popular.
El dilema más profundo es pues ¿cómo hacer para depurar un Congreso vigente, en un período no electoral, y con un sistema de planilla que nos obliga a votar indirectamente por individuos que no queremos? En 1994, cuando se dio el mismo caos en el Legislativo, 71 diputados renunciaron. ¿Qué esperan estos padrastros para hacer lo mismo? La Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos dice que no se puede señalar quién debe irse y quién no. Yo creo que si el MP y la CICIG tienen claro con nombre y apellido quienes tienen sendos cuestionamientos legales, clarísimo que se pueden retirar de la curul y someterse al proceso legal para esclarecer su situación. Por ende, como lo ha pedido la mayoría del pueblo en las manifestaciones recientes, y lo han apoyado entidades como Visible y Fundesa, el TSE no debe entregar credenciales a los diputados con causas pendientes ante tribunales y sujetos a investigación del MP y la CICIG.
Para depurar al resto, especialmente a los que quedaron por primera vez y que es evidente no tienen ni idoneidad ni capacidad para ser Diputados de la nación, se les puede mandar a su casa con base en el Art. 113 de la Constitución Política de la República que reza: “Los guatemaltecos tienen derecho a optar a empleos o cargos públicos y para su otorgamiento no se atenderá más que razones fundadas en méritos de capacidad, idoneidad y honradez”.
Quién entre a participar en la Administración Morales, deberá comprender que en esta nueva Guatemala debe trabajar con gente de todos los sectores y corrientes de pensamiento, y quizás la base para lograrlo sea el mantener presente siempre que nadie tiene el monopolio de la razón, que no existen verdades absolutas, que el ser humano es intrínsecamente falible y por ende, debemos ser un poco más amplios de criterio, y que nadie es enteramente bueno o malo, excepto algunas contadas excepciones (gracias a Dios los buenos somos más). Todos tenemos la obligación de contribuir a salvar Guatemala, así sea de nosotros mismos. Poniendo los pies en la tierra, podemos lograr que la corrupción que actualmente impera se minimice al máximo, ya que no es realista pensar que podamos exterminar éste flagelo social por completo. Alan Greenspan, el honorable Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos que sirvió a su país durante los períodos de Reagan, Bush padre y Clinton, nos dice que “la corrupción, la malversación, el fraude se dan en todas partes. Tristemente es cómo funciona la naturaleza humana, nos guste o no. Lo que hacen las economías exitosas es mantenerlo al mínimo. Nadie ha podido eliminarlos por completo”. Total, por algún lado debemos comenzar, ¡y para luego es tarde!
Quieren darle el Premio Nobel de la Paz a Claudia Paz y Paz. A diferencia de otros personajes de la izquierda nacional que han aportado algo positivo a Guatemala, nos guste o no admitirlo, ella logró, gracias a Sandra Torres ex de Colón, llegar al prestigioso cargo de Fiscal General de la Nación. Nada más, y nada menos. El cargo le quedaba enorme, y usó su poder a su sabor y antojo. Esa abogada recibió un fuerte apoyo de la extrema izquierda que se propuso desprestigiar al entonces Fiscal General, Dr. Conrado Reyes Sagastume, porque éste no quiso apoyar la agenda ideológica de éstos. Es decir, el Dr. Reyes parecía más interesado por ejemplo, en perseguir el narco y la corrupción que en perseguir al General Ríos Montt y proteger al CUC. Orquestraron una campaña internacional para desacreditarlo acusándolo de estar ligado a grupos obscuros de poder, de lo cual jamás presentaron pruebas. Ético proceder, ¿Dígame usted qué piensa? Fue tal el apoyo y la efectiva campaña que lanzaron que obtuvieron para ella el apoyo del entonces Embajador de los Estados Unidos y de la Canciller, Hillary Clinton, quienes le consiguieron los mayores honores y premios existentes en Washington a la Paz y Paz. Entre sus logros principales destacan proteger a doña Sandra (mejor conocida en el mundo guerrillero como Marta) de denuncias que van desde corrupción y malversación de fondos hasta crímenes de guerra o terrorismo y quien podría ser investigada por la corrupción de los hospitales nacionales, junto con su ex colaborador Gustavo Alejos. Siendo hija, hermana, prima y sobrina de ex guerrilleros, es clarísimo donde está su corazón. Es comprensible entonces que se obstinara en perseguir al General Ríos Montt aún a costillas de violar todo artículo que protege al adulto mayor, más aún enfermo y senil, de ser tratado como un criminal apto.
Otro ejemplo de sus logros es el proteger a su amigo Daniel Pascual del CUC, a pesar de que la ex Fiscal Gilda Aguilar presentara pruebas suficientes en su contra. La Licda. Aguilar sufrió un atentado luego de negarse a retirar los cargos contra Pascual como se lo pidiera Paz y Paz. De nuevo pregunto, ¿Me equivoco o claramente abusó de su poder con agenda propia? Y le quieren dar el Nobel de la Paz como a su amiga Rigoberta Menchú. ¡Que pasó con la razón misma del Nobel de la Paz? Fue creado por Alfred Nobel para honrar «a la persona que ha hecho el mejor trabajo o la mayor cantidad de contribuciones para la fraternidad entre las naciones, la supresión o reducción de ejércitos así como la participación y promoción de congresos de paz y derechos humanos en el año inmediatamente anterior» Que pena pero ni Rigoberta Menchú ni Claudia Paz y Paz le llegan a Mahatma Ghandi a la planta del pié. ¿Alguien por favor me diga que han hecho estas señoras para fomentar la fraternidad y la paz en Guatemala?
Todo esto está documentado en Internet, de fuentes diversas, en inglés y en español.
Ahora pasemos al otro tema y hablemos del Congreso. La depuración del Organismo Legislativo es urgente. De la gran mayoría de diputados que debieran ser juramentados el 14 de enero, pocos se salvan. Urge exigir al Tribunal Supremo Electoral y a las autoridades competentes que impidan que los elementos no aptos tomar posesión de las curules, y especialmente esos con sendas acusaciones pendientes la Ley. Guatemala ya fue violada por el Congreso en todas las formas posibles. Desde la escasa productividad, hasta la compra de votos, pasando por el gasto obsceno, los contubernios, interpelaciones y antejuicios, su labor ha sido realmente nefasta. Que unas cuantas golondrinas no hacen verano, se le aplica por completo. Necesitamos gente honesta, gente ética, gente de calidad. ¿Qué reformas podemos esperar de semejante Congreso? No pidamos peras al Olmo. Ya tenemos dos proyectos de reforma horrendos en línea, que si son aprobados, después no nos quejemos. Se ríen del clamor popular y son tan desubicados, cara dura y descarados algunos diputados, como Salvador Baldizón, que se atreven a criticar al sector privado, a los mayores empleadores de la nación cuyos puestos de trabajo son de los mejor remunerados y cuya gente suele atesorar su trabajo precisamente por sentirse apreciada y valorada como parte integral de la empresa. Calladitos se ven más bonitos. Debieran aprender de diputados que ni deben ni temen, y que no sintiéndose aludidos, han respondido positivamente al clamor popular.
El dilema más profundo es pues ¿cómo hacer para depurar un Congreso vigente, en un período no electoral, y con un sistema de planilla que nos obliga a votar indirectamente por individuos que no queremos? En 1994, cuando se dio el mismo caos en el Legislativo, 71 diputados renunciaron. ¿Qué esperan estos padrastros para hacer lo mismo? La Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos dice que no se puede señalar quién debe irse y quién no. Yo creo que si el MP y la CICIG tienen claro con nombre y apellido quienes tienen sendos cuestionamientos legales, clarísimo que se pueden retirar de la curul y someterse al proceso legal para esclarecer su situación. Por ende, como lo ha pedido la mayoría del pueblo en las manifestaciones recientes, y lo han apoyado entidades como Visible y Fundesa, el TSE no debe entregar credenciales a los diputados con causas pendientes ante tribunales y sujetos a investigación del MP y la CICIG.
Para depurar al resto, especialmente a los que quedaron por primera vez y que es evidente no tienen ni idoneidad ni capacidad para ser Diputados de la nación, se les puede mandar a su casa con base en el Art. 113 de la Constitución Política de la República que reza: “Los guatemaltecos tienen derecho a optar a empleos o cargos públicos y para su otorgamiento no se atenderá más que razones fundadas en méritos de capacidad, idoneidad y honradez”.
Quién entre a participar en la Administración Morales, deberá comprender que en esta nueva Guatemala debe trabajar con gente de todos los sectores y corrientes de pensamiento, y quizás la base para lograrlo sea el mantener presente siempre que nadie tiene el monopolio de la razón, que no existen verdades absolutas, que el ser humano es intrínsecamente falible y por ende, debemos ser un poco más amplios de criterio, y que nadie es enteramente bueno o malo, excepto algunas contadas excepciones (gracias a Dios los buenos somos más). Todos tenemos la obligación de contribuir a salvar Guatemala, así sea de nosotros mismos. Poniendo los pies en la tierra, podemos lograr que la corrupción que actualmente impera se minimice al máximo, ya que no es realista pensar que podamos exterminar éste flagelo social por completo. Alan Greenspan, el honorable Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos que sirvió a su país durante los períodos de Reagan, Bush padre y Clinton, nos dice que “la corrupción, la malversación, el fraude se dan en todas partes. Tristemente es cómo funciona la naturaleza humana, nos guste o no. Lo que hacen las economías exitosas es mantenerlo al mínimo. Nadie ha podido eliminarlos por completo”. Total, por algún lado debemos comenzar, ¡y para luego es tarde!