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McKinsey & Company comparte su perspectiva energética mundial 2024

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Daniella Escobar
02 de octubre, 2024

A medida que el mundo avanza hacia una nueva fase en la transición energética, McKinsey & Company ofrece un análisis exhaustivo de los retos y oportunidades que enfrenta esta transformación. Desde el Acuerdo de París, los progresos han sido significativos, pero la urgencia por acelerar el cambio es mayor que nunca, en un contexto de creciente incertidumbre económica. 

La nueva era de la transición energética mundial, según McKinsey   

Se prevé que las emisiones globales alcancen su punto máximo entre 2025 y 2035. Según McKinsey, si se cumplen los compromisos actuales, las emisiones aún superarán la trayectoria de 1.5 °C hasta 2050, alcanzando entre 1.8 °C y 2.6 °C dependiendo del escenario. 

Incremento en la Demanda: La demanda global de energía continuará en aumento, especialmente en economías emergentes, con un crecimiento proyectado entre el 11 % y el 18 % hasta 2050. Este aumento se debe al crecimiento poblacional y la expansión de la clase media en estas regiones. 

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Consumo Eléctrico en Aumento: Se espera que el consumo de electricidad se duplique o triplique en los escenarios de transición más optimistas. La adopción de tecnologías como la inteligencia artificial y las criptomonedas será un motor clave en esta demanda. 

Cambio en el Mix Energético: Las energías de bajo carbono podrían representar entre el 65 % y el 80 % de la generación eléctrica mundial para 2050, impulsadas por la reducción de costos y políticas favorables. 

Retos en el Desarrollo de Energías Renovables: A pesar de los avances, la viabilidad económica de ciertos modelos de negocio de energías renovables aún debe abordarse para asegurar una transición efectiva. 

Rol Persistente de los Fósiles: Se estima que los combustibles fósiles seguirán representando entre el 40 % y el 60 % de la demanda energética hasta 2050, aunque su participación disminuye del 78 % actual. 

Expansión de la Red Eléctrica: La electrificación requerirá inversiones significativas en transmisión y distribución, que podrían triplicarse hacia 2050. Aunque esto podría elevar costos, la descarbonización podría reducir el precio promedio de la electricidad. 

Ralentización en Eficiencia Energética: La materialización de la demanda de electricidad sigue siendo incierta, especialmente en Europa, donde hasta el 40 % del aumento esperado podría no concretarse. 

Compromisos Firmes Necesarios: Menos de la mitad de los proyectos de energía con bajas emisiones de carbono han alcanzado la decisión final de inversión, debido a dudas sobre materias primas y competitividad de precios. 

Para navegar con éxito la transición de combustibles fósiles, es crucial que se aborden temas como la inversión, la regulación, la viabilidad tecnológica y el apoyo político, todo en un contexto de prioridades económicas y sociales en conflicto. La transición energética requiere no solo tecnología, sino un compromiso firme para materializar un futuro sostenible. 

McKinsey & Company comparte su perspectiva energética mundial 2024

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Daniella Escobar
02 de octubre, 2024

A medida que el mundo avanza hacia una nueva fase en la transición energética, McKinsey & Company ofrece un análisis exhaustivo de los retos y oportunidades que enfrenta esta transformación. Desde el Acuerdo de París, los progresos han sido significativos, pero la urgencia por acelerar el cambio es mayor que nunca, en un contexto de creciente incertidumbre económica. 

La nueva era de la transición energética mundial, según McKinsey   

Se prevé que las emisiones globales alcancen su punto máximo entre 2025 y 2035. Según McKinsey, si se cumplen los compromisos actuales, las emisiones aún superarán la trayectoria de 1.5 °C hasta 2050, alcanzando entre 1.8 °C y 2.6 °C dependiendo del escenario. 

Incremento en la Demanda: La demanda global de energía continuará en aumento, especialmente en economías emergentes, con un crecimiento proyectado entre el 11 % y el 18 % hasta 2050. Este aumento se debe al crecimiento poblacional y la expansión de la clase media en estas regiones. 

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Consumo Eléctrico en Aumento: Se espera que el consumo de electricidad se duplique o triplique en los escenarios de transición más optimistas. La adopción de tecnologías como la inteligencia artificial y las criptomonedas será un motor clave en esta demanda. 

Cambio en el Mix Energético: Las energías de bajo carbono podrían representar entre el 65 % y el 80 % de la generación eléctrica mundial para 2050, impulsadas por la reducción de costos y políticas favorables. 

Retos en el Desarrollo de Energías Renovables: A pesar de los avances, la viabilidad económica de ciertos modelos de negocio de energías renovables aún debe abordarse para asegurar una transición efectiva. 

Rol Persistente de los Fósiles: Se estima que los combustibles fósiles seguirán representando entre el 40 % y el 60 % de la demanda energética hasta 2050, aunque su participación disminuye del 78 % actual. 

Expansión de la Red Eléctrica: La electrificación requerirá inversiones significativas en transmisión y distribución, que podrían triplicarse hacia 2050. Aunque esto podría elevar costos, la descarbonización podría reducir el precio promedio de la electricidad. 

Ralentización en Eficiencia Energética: La materialización de la demanda de electricidad sigue siendo incierta, especialmente en Europa, donde hasta el 40 % del aumento esperado podría no concretarse. 

Compromisos Firmes Necesarios: Menos de la mitad de los proyectos de energía con bajas emisiones de carbono han alcanzado la decisión final de inversión, debido a dudas sobre materias primas y competitividad de precios. 

Para navegar con éxito la transición de combustibles fósiles, es crucial que se aborden temas como la inversión, la regulación, la viabilidad tecnológica y el apoyo político, todo en un contexto de prioridades económicas y sociales en conflicto. La transición energética requiere no solo tecnología, sino un compromiso firme para materializar un futuro sostenible. 

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