En 2024, los ciberataques en Guatemala crecieron un 200% respecto al año anterior. Es un salto que no solo enciende las alarmas de los especialistas: coloca al país entre los 10 con mayor exposición en Latinoamérica, según el Cyber Insights Report Guatemala presentado por Mastercard.
Este incremento refleja una paradoja que atraviesa todo el mundo: mientras la digitalización impulsa el crecimiento económico, también amplía la superficie de ataque y obliga a empresas, gobiernos y ciudadanos a repensar la forma en que se protegen.
Un mapa de amenazas que evoluciona rápido
El informe revela que malware y ransomware concentran el 58% de los ataques detectados en Guatemala. Les siguen el Denial of Service (9,9%), que satura y paraliza sistemas, y el phishing (6,9%), que se aprovecha del error humano.
Los sectores más golpeados no sorprenden:
- Financiero (19,3%): hasta 3,800 ataques semanales.
- Industrial (16,8%).
- Tecnológico (7,9%).
- Público (7,8%).
Francisco Milian, Country Manager de Mastercard para Guatemala, Honduras y El Salvador, lo resume así:
“La digitalización genera enormes oportunidades, pero también exige nuevas formas de gestión del riesgo. Para Mastercard, la ciberseguridad no es una barrera al progreso digital, sino su mejor aliada”.
El botín: información y control
Los cibercriminales tienen objetivos claros:
- Datos personales de clientes (32%).
- Información financiera (21,4%).
- Datos internos del negocio (18,1%).
Estos activos, si se ven comprometidos, no solo generan pérdidas económicas. También pueden dañar de forma irreversible la confianza del mercado, una de las monedas más valiosas para cualquier organización.
Cuatro líneas de acción para cambiar el juego
Mastercard plantea que la respuesta no debe ser reactiva, sino estratégica y constante. Sus recomendaciones clave para Guatemala:
- Visibilidad total de riesgos: detectar vulnerabilidades propias y de la cadena de suministro.
- Planes de respuesta efectivos: capacitar equipos, simular ataques, documentar protocolos claros.
- Tecnología con visión preventiva: evaluar riesgos antes de implementar soluciones nuevas.
- Refuerzo de medidas básicas: contraseñas robustas, actualizaciones regulares y control de accesos.
El factor humano: la vulnerabilidad más común
Aunque las amenazas se vuelven más sofisticadas, una gran parte de los incidentes aprovecha errores humanos: clics en enlaces maliciosos, uso de contraseñas débiles, manejo inadecuado de información sensible. Por eso, la cultura de ciberseguridad —entrenamiento, políticas claras, responsabilidad compartida— sigue siendo una inversión crítica.
Tecnología para anticiparse
En los últimos seis años, Mastercard ha invertido más de $10,700 millones en capacidades de ciberseguridad, inteligencia artificial y prevención del fraude. Estas inversiones han dado lugar a herramientas como:
- NuDetect: valida identidades con biometría de comportamiento.
- RiskRecon: evalúa riesgos de ciberseguridad en terceros.
- CyberQuant: mide la madurez cibernética de una organización.
- Cyber Insights: inteligencia actualizada sobre amenazas emergentes.
Guatemala ante la ciberresiliencia
El reto no es menor. En un país donde las PYMES representan más del 80% del tejido empresarial, y muchas operan con recursos limitados, el acceso a buenas prácticas y herramientas adaptadas a su escala es clave.
La colaboración público-privada se vuelve indispensable: desde regulaciones y políticas nacionales hasta programas de concientización ciudadana, pasando por alianzas con empresas que ya cuentan con capacidades avanzadas de protección.
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