Jueza Verónica Galicia: “La reinserción es posible, se debe confiar en el sistema de justicia”
Verónica Galicia, jueza de Ejecución de Medidas para Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, explicó que la reinserción es posible con apoyo de las instituciones responsables, familiares y amigos.
Aclaró que la mayoría que logran dar ese salto no tienen vinculados con las pandillas. Mientras que los adolescentes involucrados con las maras, el proceso es más complejo, muchos son víctimas de amenazas y ataques.
Persiste la desconfianza de la reinserción de los jóvenes. ¿Es posible en Guatemala?
Sí, es posible. El hecho de la detención, que se sientan presos y enfrentar que se les quitó la libertad, son razones que los hacen recapacitar. Algunos, al momento de ingresar al centro, recapacitan y deciden desvincularse de las pandillas, ingresan como paisas — no pertenecen a ninguna mara o pandilla—.
Hay jóvenes que no deciden desconectarse, así ingresan a los centros. Pero se dan cuenta de que la privación no es bonita, y que a pesar de que están con sus homies — compañero de pandilla— no es suficiente. En muchos de los casos se sienten abandonados y empiezan a valorar la compañía de sus familiares.
¿Cuántos adolescentes logran dar ese salto a la reinserción?
Todo es un proceso. Cada joven tiene un programa específico. Yo diría que de los adolescentes relacionados con los pandilleros del Barrio 18, se logra reinsertar a la sociedad en un 50 %. Con la Mara Salvatrucha, es más complicado porque ellos son más unidos. El dato podría alcanzar el 35 %.
No quiero ser tan fatalista, porque muchos de los jóvenes siguen en estos grupos por temor y por seguridad de sus propias familias. Un ejemplo reciente, un adolescente, decidió salir y al momento que se notificó a los líderes de la Salvatrucha se ordenó el ataque contra la madre. Por eso muchos siguen; hay casos que, luego que cumplen la sanción, se alejan de la mara y buscan un trabajo.
Con los paisas, es diferente. Con ellos es poco el número de reincidencias, me atrevería a decir que un 90 % de los jóvenes logra reinsertarse. Algunos, incluso cumpliendo su sanción, ingresan a programas con supervisión. Tenemos el caso de Casa Intermedia, que solamente ha tenido dos reincidencias.
¿Qué porcentaje de los jóvenes que ingresan a los centros están vinculados con las pandillas?
La mayoría de los que ingresan a los centros es por una relación directa con la pandilla. Podría confirmar que el 90 % se originaron porque eran miembros de las maras. No obstante, varios lograron desconectarse del grupo. De los casos que yo tengo, muchos de los jóvenes ingresan por delitos relacionados con el asesinato, porque estos no se pudieron desjudicializar. Siguen las extorsiones, posesión de armas de fuego, las violaciones y la violencia contra las mujeres.
¿Cómo se determinan los programas para atender a los adolescentes en conflicto?
Cuando se dicta la sentencia, el juez sentenciador manda que se elabore un plan individual y un proyecto educativo, que se ajuste a la necesidad del adolescente. Se tiene que verificar qué grado o nivel educativo se encuentra. Se ordena que se inscriba en el ciclo escolar, terapias psicológicas y orientaciones sociales.
Se programan audiencias, yo programo cada tres meses. En esas reuniones me acompaña el equipo técnico para dar seguimiento a los procesos. Allí se determina si se modifica el plan individual, porque en ocasiones la terapia que se había ordenado no funcionó.
Aquí la empatía es muy importante. En estos procesos tenemos apoyo de organizaciones. Por ejemplo, el Centro de Atención Integral para el Fortalecimiento de las Familias Guatemaltecas (CAIFGUA), ellos dan terapia una vez a la semana, mientras que los equipos técnicos de la secretaría dan una vez al mes. Pero no es porque no quieran, es porque no hay suficientes equipos (...).
¿Cuál sería el reto para Guatemala en la reinserción de jóvenes?
Yo creo que sus entrevistas ayudan para divulgar lo que se hace. Tengo muchos casos de reinserción exitosa, los adolescentes me escriben o me llaman. Hay un programa donde vamos a los centros educativos y a veces dan las charlas, algunos comparten sus experiencias.
La reinserción es posible, la sociedad tiene que confiar en el sistema de justicia y en el trabajo que hacemos. Se deben generar oportunidades para incorporar a los jóvenes en el sector laboral. Ahora hay varios chicos en Gaviotas que salen a trabajar por sus propios medios.
Jueza Verónica Galicia: “La reinserción es posible, se debe confiar en el sistema de justicia”
Verónica Galicia, jueza de Ejecución de Medidas para Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, explicó que la reinserción es posible con apoyo de las instituciones responsables, familiares y amigos.
Aclaró que la mayoría que logran dar ese salto no tienen vinculados con las pandillas. Mientras que los adolescentes involucrados con las maras, el proceso es más complejo, muchos son víctimas de amenazas y ataques.
Persiste la desconfianza de la reinserción de los jóvenes. ¿Es posible en Guatemala?
Sí, es posible. El hecho de la detención, que se sientan presos y enfrentar que se les quitó la libertad, son razones que los hacen recapacitar. Algunos, al momento de ingresar al centro, recapacitan y deciden desvincularse de las pandillas, ingresan como paisas — no pertenecen a ninguna mara o pandilla—.
Hay jóvenes que no deciden desconectarse, así ingresan a los centros. Pero se dan cuenta de que la privación no es bonita, y que a pesar de que están con sus homies — compañero de pandilla— no es suficiente. En muchos de los casos se sienten abandonados y empiezan a valorar la compañía de sus familiares.
¿Cuántos adolescentes logran dar ese salto a la reinserción?
Todo es un proceso. Cada joven tiene un programa específico. Yo diría que de los adolescentes relacionados con los pandilleros del Barrio 18, se logra reinsertar a la sociedad en un 50 %. Con la Mara Salvatrucha, es más complicado porque ellos son más unidos. El dato podría alcanzar el 35 %.
No quiero ser tan fatalista, porque muchos de los jóvenes siguen en estos grupos por temor y por seguridad de sus propias familias. Un ejemplo reciente, un adolescente, decidió salir y al momento que se notificó a los líderes de la Salvatrucha se ordenó el ataque contra la madre. Por eso muchos siguen; hay casos que, luego que cumplen la sanción, se alejan de la mara y buscan un trabajo.
Con los paisas, es diferente. Con ellos es poco el número de reincidencias, me atrevería a decir que un 90 % de los jóvenes logra reinsertarse. Algunos, incluso cumpliendo su sanción, ingresan a programas con supervisión. Tenemos el caso de Casa Intermedia, que solamente ha tenido dos reincidencias.
¿Qué porcentaje de los jóvenes que ingresan a los centros están vinculados con las pandillas?
La mayoría de los que ingresan a los centros es por una relación directa con la pandilla. Podría confirmar que el 90 % se originaron porque eran miembros de las maras. No obstante, varios lograron desconectarse del grupo. De los casos que yo tengo, muchos de los jóvenes ingresan por delitos relacionados con el asesinato, porque estos no se pudieron desjudicializar. Siguen las extorsiones, posesión de armas de fuego, las violaciones y la violencia contra las mujeres.
¿Cómo se determinan los programas para atender a los adolescentes en conflicto?
Cuando se dicta la sentencia, el juez sentenciador manda que se elabore un plan individual y un proyecto educativo, que se ajuste a la necesidad del adolescente. Se tiene que verificar qué grado o nivel educativo se encuentra. Se ordena que se inscriba en el ciclo escolar, terapias psicológicas y orientaciones sociales.
Se programan audiencias, yo programo cada tres meses. En esas reuniones me acompaña el equipo técnico para dar seguimiento a los procesos. Allí se determina si se modifica el plan individual, porque en ocasiones la terapia que se había ordenado no funcionó.
Aquí la empatía es muy importante. En estos procesos tenemos apoyo de organizaciones. Por ejemplo, el Centro de Atención Integral para el Fortalecimiento de las Familias Guatemaltecas (CAIFGUA), ellos dan terapia una vez a la semana, mientras que los equipos técnicos de la secretaría dan una vez al mes. Pero no es porque no quieran, es porque no hay suficientes equipos (...).
¿Cuál sería el reto para Guatemala en la reinserción de jóvenes?
Yo creo que sus entrevistas ayudan para divulgar lo que se hace. Tengo muchos casos de reinserción exitosa, los adolescentes me escriben o me llaman. Hay un programa donde vamos a los centros educativos y a veces dan las charlas, algunos comparten sus experiencias.
La reinserción es posible, la sociedad tiene que confiar en el sistema de justicia y en el trabajo que hacemos. Se deben generar oportunidades para incorporar a los jóvenes en el sector laboral. Ahora hay varios chicos en Gaviotas que salen a trabajar por sus propios medios.