Cada día en Guatemala, al menos cinco niñas violadas ―de 10 a 14 años― se convierten en madres. Muchas buscan regresar a la escuela, tener un trabajo, recibir apoyo para salir adelante y que se garantice la salud para ellas y sus hijos.
- No obstante, la realidad a la que se enfrentan es compleja. Es evidente que se vuelven más vulnerables a la pobreza y la exclusión.
Perspectiva. El análisis del Observatorio de Salud Reproductiva (OSAR) revela que de enero a octubre de 2024 se registraron 48 207 nacimientos de madres comprendidas entre 10 y 19 años. La tendencia parece mantenerse, ya que durante 2023 ―de enero a diciembre― los casos fueron 62 306, la disminución parece ser exigua.
- El documento detalla que el 3 % son niñas entre 10 y 14 años, es decir, unas 1650 en Guatemala. Los departamentos que concentran la mayor cantidad son: Alta Verapaz, Guatemala, Huehuetenango, Petén, Quiché y San Marcos.
- Todos los embarazos de niñas de 10 a 14 años están estipulados como violaciones, según la normativa guatemalteca ―Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, Decreto 9-2009―.
- Los principales factores de los embarazos se asocian a la violencia sexual y las prácticas culturales que aceptan las uniones de hechos y embarazos a edad temprana.
- También, las pocas oportunidades para que las niñas estudien y los aspectos sociales como la pobreza, discriminación y violencia, indicaron expertos consultados.
Por qué importa. En el país, la situación para la niñez es compleja, a pesar de los instrumentos legales que existen. Se complica para las niñas; aún más para aquellas niñas embarazadas y que viven en áreas rurales.
- Para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cuando una adolescente queda embarazada, su salud y oportunidades de desarrollo laboral pueden verse limitadas. Además, que la maternidad a edad temprana conlleva mayores riesgos de padecer morbilidad y mortalidad materna.
- OSAR indica que muchas de las niñas violadas embarazadas, dejan de estudiar por las responsabilidades que asumen ―se convierten en madres, deben seguir colaborando en la casa con oficios y cuidado de los hermanos, deben salir a trabajar, entre otros factores― y las que deciden seguir estudiando deben enfrentarse a señalamientos de sus compañeros y la sociedad. “La vida les cambia por completo”, coinciden los expertos.
- Además, indican que es importante el apoyo psicológico a las víctimas porque muchos de los embarazados ocurren en un entorno de confianza ―familia, escuela, iglesia, entre otros―. “La mayoría de los casos, las niñas son violadas por algún pariente o persona cercana, que normalmente supera la edad. Se ha evidenciado que adolescentes han sido abusadas por un victimario de 70 años”, agrega OSAR.
Ahora qué. Organizaciones y expertos aseguran que urge que las niñas y sus bebés reciban una atención integral para no enfermar o morir y también atención psicológica para enfrentar el trauma. También deben recibir el apoyo para que puedan seguir con sus estudios.
- La Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (CIPRODENI) asevera que urge aumentar significativamente la inversión pública para cumplir con los derechos de la niñez de forma eficaz, eficiente y transparente.
- Para OSAR se debe invertir en estadísticas continuas para dar seguimiento y protección a la madre y su hijo. En la actualidad, las cifras de las niñas madres ―consideradas violaciones― que ingresan al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPS) no coinciden con las denuncias en el Ministerio Público (MP) y tampoco con las del Ministerio de Desarrollo Social ―instituciones obligadas a dar acompañamiento―.
- En conclusión. Es evidente que las niñas son uno de los grupos más vulnerables en Guatemala, razón que hace urgente el compromiso de todos para asegurar las condiciones que favorezcan el disfrute y libre ejercicio de sus derechos, según las organizaciones.
Cada día en Guatemala, al menos cinco niñas violadas ―de 10 a 14 años― se convierten en madres. Muchas buscan regresar a la escuela, tener un trabajo, recibir apoyo para salir adelante y que se garantice la salud para ellas y sus hijos.
- No obstante, la realidad a la que se enfrentan es compleja. Es evidente que se vuelven más vulnerables a la pobreza y la exclusión.
Perspectiva. El análisis del Observatorio de Salud Reproductiva (OSAR) revela que de enero a octubre de 2024 se registraron 48 207 nacimientos de madres comprendidas entre 10 y 19 años. La tendencia parece mantenerse, ya que durante 2023 ―de enero a diciembre― los casos fueron 62 306, la disminución parece ser exigua.
- El documento detalla que el 3 % son niñas entre 10 y 14 años, es decir, unas 1650 en Guatemala. Los departamentos que concentran la mayor cantidad son: Alta Verapaz, Guatemala, Huehuetenango, Petén, Quiché y San Marcos.
- Todos los embarazos de niñas de 10 a 14 años están estipulados como violaciones, según la normativa guatemalteca ―Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, Decreto 9-2009―.
- Los principales factores de los embarazos se asocian a la violencia sexual y las prácticas culturales que aceptan las uniones de hechos y embarazos a edad temprana.
- También, las pocas oportunidades para que las niñas estudien y los aspectos sociales como la pobreza, discriminación y violencia, indicaron expertos consultados.
Por qué importa. En el país, la situación para la niñez es compleja, a pesar de los instrumentos legales que existen. Se complica para las niñas; aún más para aquellas niñas embarazadas y que viven en áreas rurales.
- Para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cuando una adolescente queda embarazada, su salud y oportunidades de desarrollo laboral pueden verse limitadas. Además, que la maternidad a edad temprana conlleva mayores riesgos de padecer morbilidad y mortalidad materna.
- OSAR indica que muchas de las niñas violadas embarazadas, dejan de estudiar por las responsabilidades que asumen ―se convierten en madres, deben seguir colaborando en la casa con oficios y cuidado de los hermanos, deben salir a trabajar, entre otros factores― y las que deciden seguir estudiando deben enfrentarse a señalamientos de sus compañeros y la sociedad. “La vida les cambia por completo”, coinciden los expertos.
- Además, indican que es importante el apoyo psicológico a las víctimas porque muchos de los embarazados ocurren en un entorno de confianza ―familia, escuela, iglesia, entre otros―. “La mayoría de los casos, las niñas son violadas por algún pariente o persona cercana, que normalmente supera la edad. Se ha evidenciado que adolescentes han sido abusadas por un victimario de 70 años”, agrega OSAR.
Ahora qué. Organizaciones y expertos aseguran que urge que las niñas y sus bebés reciban una atención integral para no enfermar o morir y también atención psicológica para enfrentar el trauma. También deben recibir el apoyo para que puedan seguir con sus estudios.
- La Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (CIPRODENI) asevera que urge aumentar significativamente la inversión pública para cumplir con los derechos de la niñez de forma eficaz, eficiente y transparente.
- Para OSAR se debe invertir en estadísticas continuas para dar seguimiento y protección a la madre y su hijo. En la actualidad, las cifras de las niñas madres ―consideradas violaciones― que ingresan al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPS) no coinciden con las denuncias en el Ministerio Público (MP) y tampoco con las del Ministerio de Desarrollo Social ―instituciones obligadas a dar acompañamiento―.
- En conclusión. Es evidente que las niñas son uno de los grupos más vulnerables en Guatemala, razón que hace urgente el compromiso de todos para asegurar las condiciones que favorezcan el disfrute y libre ejercicio de sus derechos, según las organizaciones.