El Caso Sperisen pone a la justicia suiza en el escrutinio de los guatemaltecos
“Esto en Suiza no pasaría”. Seguramente es una frase que se repite con continuidad en Latinoamérica ante los problemas que afectan a la región. Asimismo, se ha convertido en un enunciado entre la juventud en redes sociales. Sin embargo, el “paraíso suizo” al que se suele hacer alusión no es más que una simple añoranza.
Una "vergüenza", así describen tanto fiscales y abogados suizos como guatemaltecos que se han acercado a las salas de cine a ver el documental sobre el Caso Sperisen. La trama judicial que ha rodeado durante más de una década la vida de Erwin Sperisen, exjefe de la Policía de Guatemala. La película exhibida en cines locales y en televisoras de Suiza, revela la serie de irregularidades en el sistema judicial suizo.
El lunes 2 de septiembre Sperisen compareció por cuarta vez ante la justicia de Ginebra. Desde 2014 ha sido condenado tres veces por los tribunales de Ginebra, por supuestamente “haber participado en ejecuciones extrajudiciales”. Sin embargo, los demás involucrados han sido declarados como inocentes, incluyendo al expresidente Alejandro Giammattei—en ese entonces— director del Sistema Penitenciario del país.
“La corrupción es la misma aquí que allá”
Mientras el exfuncionario espera una nueva resolución el jueves 12 de septiembre, a 9354 km de distancia, los guatemaltecos se hacen presentes en las salas de cine y opinan tras ver el documental. La mayoría coincidió en que “la corrupción es la misma aquí que allá”.
Para Jenniffer, el exdirector de la Policía Nacional Civil siempre fue inocente y lo confirmó tras ver el documental. “La ironía es demasiado grande. Que en el país donde surge la ONU (organización formada para garantizar los derechos humanos de toda persona) tenga retenido sin pruebas legales suficientes a un suizo-guatemalteco. Esto va contra de todo lo que dicen ser”, mencionó.
Bajo la misma línea, Héctor Álvarez comentó que se creería que porque un juicio es llevado en un país desarrollado y de primer mundo sería diferente. Agregó que carece de sentido que la persona que supuestamente fue la perpetradora fue declarada inocente. La resolución del exjefe de la PNC debería ser similar, dijo.
Se refiere al caso de Javier Figueroa, subdirector de la PNC, quien en el juicio contra Sperisen es vinculado para condenar al exdirector, pero Figueroa fue juzgado y declarado inocente en Austria.
“Chocante y espeluznante”
María José Pinto es una joven estudiante de Derecho. Su mayor impresión fue ver cómo principios básicos que suele estudiar en su día a día (imparcialidad, presunción de inocencia, etc.) no son respetados en un caso como el de Sperisen.
Según Alejandro Granados, es "espeluznante" ver la agenda que existe en ciertos países para cometer injusticias. “Irónicamente, es en Suiza, donde deberían ser un ejemplo. Es increíble cómo le podría suceder a cualquier civil”, acotó.
“Es un caso interesante, uno no pensaría que se cometen este tipo de injusticias en un país de primer mundo. Deberíamos tener conocimiento de ello para apoyar a las personas que viven este tipo de casos”, declaró Ximena Pinto.
Intereses políticos
“Es una vez más una lucha del extremo izquierdo contra algo que ni siquiera es extrema derecha. Es una lucha política de poder. La respuesta son intereses políticos”, agregó Jenniffer. Según Ximena, esto nos hace entender que no solo ocurre en países tercermundistas. “Todos tienen sus intereses y al final los quieren cumplir”, sentenció.
Otro espectador mencionó que el caso denota que los jueces “son totalmente izquierdistas”, y eso respondería a las resoluciones que ha recibido Sperisen desde 2014, cuando fue detenido. Además, la mayoría de los asistentes a las salas de cine concordó en que “seguramente” hay dinero detrás del caso.
“Uno pensaría que puede pasar en nuestros países latinoamericanos, pero no en Europa y menos en Suiza, la cuna de tantas organizaciones para los derechos de las personas. Es triste que ni a su mismo ciudadano le respetaron sus derechos”, concluyó Álvarez.
El Caso Sperisen pone a la justicia suiza en el escrutinio de los guatemaltecos
“Esto en Suiza no pasaría”. Seguramente es una frase que se repite con continuidad en Latinoamérica ante los problemas que afectan a la región. Asimismo, se ha convertido en un enunciado entre la juventud en redes sociales. Sin embargo, el “paraíso suizo” al que se suele hacer alusión no es más que una simple añoranza.
Una "vergüenza", así describen tanto fiscales y abogados suizos como guatemaltecos que se han acercado a las salas de cine a ver el documental sobre el Caso Sperisen. La trama judicial que ha rodeado durante más de una década la vida de Erwin Sperisen, exjefe de la Policía de Guatemala. La película exhibida en cines locales y en televisoras de Suiza, revela la serie de irregularidades en el sistema judicial suizo.
El lunes 2 de septiembre Sperisen compareció por cuarta vez ante la justicia de Ginebra. Desde 2014 ha sido condenado tres veces por los tribunales de Ginebra, por supuestamente “haber participado en ejecuciones extrajudiciales”. Sin embargo, los demás involucrados han sido declarados como inocentes, incluyendo al expresidente Alejandro Giammattei—en ese entonces— director del Sistema Penitenciario del país.
“La corrupción es la misma aquí que allá”
Mientras el exfuncionario espera una nueva resolución el jueves 12 de septiembre, a 9354 km de distancia, los guatemaltecos se hacen presentes en las salas de cine y opinan tras ver el documental. La mayoría coincidió en que “la corrupción es la misma aquí que allá”.
Para Jenniffer, el exdirector de la Policía Nacional Civil siempre fue inocente y lo confirmó tras ver el documental. “La ironía es demasiado grande. Que en el país donde surge la ONU (organización formada para garantizar los derechos humanos de toda persona) tenga retenido sin pruebas legales suficientes a un suizo-guatemalteco. Esto va contra de todo lo que dicen ser”, mencionó.
Bajo la misma línea, Héctor Álvarez comentó que se creería que porque un juicio es llevado en un país desarrollado y de primer mundo sería diferente. Agregó que carece de sentido que la persona que supuestamente fue la perpetradora fue declarada inocente. La resolución del exjefe de la PNC debería ser similar, dijo.
Se refiere al caso de Javier Figueroa, subdirector de la PNC, quien en el juicio contra Sperisen es vinculado para condenar al exdirector, pero Figueroa fue juzgado y declarado inocente en Austria.
“Chocante y espeluznante”
María José Pinto es una joven estudiante de Derecho. Su mayor impresión fue ver cómo principios básicos que suele estudiar en su día a día (imparcialidad, presunción de inocencia, etc.) no son respetados en un caso como el de Sperisen.
Según Alejandro Granados, es "espeluznante" ver la agenda que existe en ciertos países para cometer injusticias. “Irónicamente, es en Suiza, donde deberían ser un ejemplo. Es increíble cómo le podría suceder a cualquier civil”, acotó.
“Es un caso interesante, uno no pensaría que se cometen este tipo de injusticias en un país de primer mundo. Deberíamos tener conocimiento de ello para apoyar a las personas que viven este tipo de casos”, declaró Ximena Pinto.
Intereses políticos
“Es una vez más una lucha del extremo izquierdo contra algo que ni siquiera es extrema derecha. Es una lucha política de poder. La respuesta son intereses políticos”, agregó Jenniffer. Según Ximena, esto nos hace entender que no solo ocurre en países tercermundistas. “Todos tienen sus intereses y al final los quieren cumplir”, sentenció.
Otro espectador mencionó que el caso denota que los jueces “son totalmente izquierdistas”, y eso respondería a las resoluciones que ha recibido Sperisen desde 2014, cuando fue detenido. Además, la mayoría de los asistentes a las salas de cine concordó en que “seguramente” hay dinero detrás del caso.
“Uno pensaría que puede pasar en nuestros países latinoamericanos, pero no en Europa y menos en Suiza, la cuna de tantas organizaciones para los derechos de las personas. Es triste que ni a su mismo ciudadano le respetaron sus derechos”, concluyó Álvarez.