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Edson Zambrano: el riesgo de las motos comienza con una mala decisión familiar

.
Glenda Sanchez
15 de julio, 2025

En los últimos cinco años, las emergencias por accidentes de tránsito se han incrementado. Lo alarmante es el número de niños que se atienden por lesiones y quemaduras provocadas en los incidentes de motocicletas.

Edson Zambrano, jefe del servicio de Ortopedia Pediátrica del Hospital General de Accidentes del Ceibal, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), explica que la situación empeoró luego de la pandemia. El incremento del parque vehicular, la falta de transporte público y otras limitaciones, son algunos factores.

La motocicleta, originalmente una herramienta de trabajo, se convirtió en un medio de transporte familiar, sobre todo, después de 2020. Lo más preocupante es que, en la mayoría de los casos, ninguno de los pasajeros usa equipo de protección. La ley exige que el conductor utilice casco, coderas y botas metálicas, pero esto rara vez se cumple, asegura el especialista.

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Cuenta que a diario ingresan niños con lesiones en la emergencia del IGSS. “Vemos casos donde el niño va adelante o durmiendo medio agarrado al padre o piloto. Las consecuencias de una caída en adultos son graves; en los niños pueden ser devastadoras”.

Al día se atienden entre 15 y 18 pacientes por accidentes de motocicleta; de esos casos, entre tres y cuatro son de niños. Las lesiones más frecuentes incluyen fracturas en los pies, tibia y fémur. “El hospital —Ceibal — ha registrado un aumento anual entre el 20 % y 30 % en los últimos tres años”.

“Se atienden lesiones porque el niño metió el pie en los aros de la moto, fracturas o lesiones de piel que pueden requerir amputación. Algunos casos exigen reconstrucción muscular y ósea. Son tratamientos largos y con riesgo de infecciones”, señala Zambrano.

Alerta sobre un patrón de negligencia. “Llevar niños en moto se considera un fallo en la crianza y puede catalogarse como maltrato infantil, según estándares internacionales […] la seguridad del niño no empieza con el gobierno, sino con uno mismo. Como jefe de familia, uno debe tomar decisiones responsables”.

Añade que las lesiones pueden ser mortales o causar discapacidad permanente. “No se trata solo de la lesión, sino del impacto en su futuro, en su calidad de vida. Las osteoplastias requieren meses de recuperación, y en muchos casos no logran restaurar la funcionalidad completa”.

Algunas cicatrices necesitan revisión, hay huesos que no sanan del todo y, en los peores casos, aparece osteomielitis, una infección compleja que requiere manejo multidisciplinario.

Además, indica que el Ceibal atiende a pacientes principalmente del área metropolitana. Un gran porcentaje proviene de las zonas 7 y 11. Pero como único servicio de ortopedia infantil del IGSS, recibe referidos de todo el país, en especial del altiplano, donde hay mayor uso de motocicletas.

El IGSS ofrece la tecnología y los recursos para tratar lesiones graves. En el sector privado, estos tratamientos pueden costar hasta GTQ 300 000. “Cuando ocurre una lesión grave, las personas valoran el servicio del IGSS”, afirma.

Los beneficiarios —hijos— tienen derecho a la atención hasta los siete años, siempre que los padres estén al día con sus cuotas. “Nos llegan pacientes desde los seis meses de edad”. 

Por último, enfatizó que las lesiones por accidente en moto suelen ser más severas que en vehículos de cuatro ruedas. “En la moto, el cuerpo es el chasis y va completamente expuesto. Usar casco, evitar llevar niños y conducir con responsabilidad puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, concluye. 

Edson Zambrano: el riesgo de las motos comienza con una mala decisión familiar

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Glenda Sanchez
15 de julio, 2025

En los últimos cinco años, las emergencias por accidentes de tránsito se han incrementado. Lo alarmante es el número de niños que se atienden por lesiones y quemaduras provocadas en los incidentes de motocicletas.

Edson Zambrano, jefe del servicio de Ortopedia Pediátrica del Hospital General de Accidentes del Ceibal, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), explica que la situación empeoró luego de la pandemia. El incremento del parque vehicular, la falta de transporte público y otras limitaciones, son algunos factores.

La motocicleta, originalmente una herramienta de trabajo, se convirtió en un medio de transporte familiar, sobre todo, después de 2020. Lo más preocupante es que, en la mayoría de los casos, ninguno de los pasajeros usa equipo de protección. La ley exige que el conductor utilice casco, coderas y botas metálicas, pero esto rara vez se cumple, asegura el especialista.

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Cuenta que a diario ingresan niños con lesiones en la emergencia del IGSS. “Vemos casos donde el niño va adelante o durmiendo medio agarrado al padre o piloto. Las consecuencias de una caída en adultos son graves; en los niños pueden ser devastadoras”.

Al día se atienden entre 15 y 18 pacientes por accidentes de motocicleta; de esos casos, entre tres y cuatro son de niños. Las lesiones más frecuentes incluyen fracturas en los pies, tibia y fémur. “El hospital —Ceibal — ha registrado un aumento anual entre el 20 % y 30 % en los últimos tres años”.

“Se atienden lesiones porque el niño metió el pie en los aros de la moto, fracturas o lesiones de piel que pueden requerir amputación. Algunos casos exigen reconstrucción muscular y ósea. Son tratamientos largos y con riesgo de infecciones”, señala Zambrano.

Alerta sobre un patrón de negligencia. “Llevar niños en moto se considera un fallo en la crianza y puede catalogarse como maltrato infantil, según estándares internacionales […] la seguridad del niño no empieza con el gobierno, sino con uno mismo. Como jefe de familia, uno debe tomar decisiones responsables”.

Añade que las lesiones pueden ser mortales o causar discapacidad permanente. “No se trata solo de la lesión, sino del impacto en su futuro, en su calidad de vida. Las osteoplastias requieren meses de recuperación, y en muchos casos no logran restaurar la funcionalidad completa”.

Algunas cicatrices necesitan revisión, hay huesos que no sanan del todo y, en los peores casos, aparece osteomielitis, una infección compleja que requiere manejo multidisciplinario.

Además, indica que el Ceibal atiende a pacientes principalmente del área metropolitana. Un gran porcentaje proviene de las zonas 7 y 11. Pero como único servicio de ortopedia infantil del IGSS, recibe referidos de todo el país, en especial del altiplano, donde hay mayor uso de motocicletas.

El IGSS ofrece la tecnología y los recursos para tratar lesiones graves. En el sector privado, estos tratamientos pueden costar hasta GTQ 300 000. “Cuando ocurre una lesión grave, las personas valoran el servicio del IGSS”, afirma.

Los beneficiarios —hijos— tienen derecho a la atención hasta los siete años, siempre que los padres estén al día con sus cuotas. “Nos llegan pacientes desde los seis meses de edad”. 

Por último, enfatizó que las lesiones por accidente en moto suelen ser más severas que en vehículos de cuatro ruedas. “En la moto, el cuerpo es el chasis y va completamente expuesto. Usar casco, evitar llevar niños y conducir con responsabilidad puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, concluye. 

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